Agrobío avisa al campo para que no baje la guardia con la plaga de la Tuta
La firma especializada en producir insectos auxiliares alerta de la escasa implantación de la lucha biológica en tomate y del peligro del calor primaveral · El trichogramma achaeae, eficaz al 95%
A la altura que se encuentra la campaña agrícola, técnicos, productores y comercializadores coinciden en señalar el avanzado estado de propagación en el que se encuentra la plaga de Tuta absoluta en la provincia, al igual que ocurre en el resto de zonas productoras de tomate de la península.
Los más precavidos, como es el caso de Agrobío, empresa almeriense especializada en producción de insectos auxiliares, ha lanzado un mensaje de alerta al campo para que, sin pretender alarmar, sí poner sobre la mesa la importancia de no bajar la guardia. Sobre todo, de cara a los próximos meses de primavera y verano, cuando se incrementen las temperaturas, ya que, el frío ralentiza el proceso de reproducción de la denominada polilla del tomate, por lo que, estás últimas semanas, el nivel de incidencia se ha mantenido estable.
Desde la firma con sede en La Mojonera lo tienen claro y lanzan el mensaje de que la clave para solventar este problema pasa por las técnicas de control biológico, pues son más eficaces y poseen un precio prácticamente idéntico a los productos fitosanitarios.
Según un estudio de costes que está desarrollando el Instituto Andaluz de Investigación Agraria y Pesquera (Ifapa), el control químico de la Tuta absoluta asciende a una media de 2.600 euros la hectárea, casi idéntico al uso de la lucha biológica, que arroja 2.700 euros por hectárea.
Desde Agrobío están convencidos de que estos precios son un hecho y quieren acabar así con el mito de que el uso de insectos naturales contra la polilla del tomate es muy caro. "Esto es falso, al igual que ocurre con muchas de las cuestiones que se dicen en el sector en relación con los motivos de la escasa implantación de estas técnicas para el cultivo de tomate bajo plástico", asegura Enric Vila, director del Departamento de I+D+i de Agrobío.
Según los últimos datos elaborados por el Departamento de Control de Plagas de Coexphal, dirigido por Jan van der Blom, el tomate, a pesar de ser el producto estrella de la huerta almeriense, sólo utiliza control biológico en el 21% de la superficie, un porcentaje muy alejado del pimiento, que ya roza el 100%, sobre todo, impulsado por la crisis que el sector padeció a finales de 2006. Son muchas las voces que consideran, precisamente, que las grandes revoluciones se llevan a cabo en momentos de crisis, que fue lo que ocurrió entonces con el pimiento. Sin embargo, con el tomate parece que el sector sigue sin reaccionar y se ha extendido entre los productores la idea falsa de que no hay un sistema natural claramente identificado contra la Tuta.
Precisamente, Agrobío puede sacar pecho por el desarrollo de un insecto autóctono contra esta polilla, después de tres años de investigación, para lo que han contado con la colaboración de la Universidad de Almería y, muy especialmente, del entomólogo Tomás Cabello.
Se trata del Trichogramma achaeae, que parasita los huevos de la Tuta absoluta, impidiendo su desarrollo y presenta un grado de eficacia del 95%. La compañía lo ha lanzado de forma comercial desde este verano, perfeccionando los protocolos de suelta en función de las condiciones y factores de cada invernadero, gracias a los continuos ensayos de campo que ha venido realizando, primero en los centros de investigación del Ifapa y en la Estación Experimental de Las Palmerillas, y posteriormente, en fincas de agricultores, que han apostado por el uso de este insecto, con excelentes resultados, sobre todo, combinado con Nesidiocoris tenuis.
Almería debe reaccionar ante esta situación, pues otras zonas productoras de España, como Murcia, está apostando decididamente por la lucha biológica, al igual que ocurre en otros países, pues Marruecos, lejos de utilizar químicos en el 100% de sus cultivos, está tomando posiciones, algo peligroso para Almería pues, su gran elemento diferenciador con los países terceros a la Unión Europea es, precisamente la calidad de sus hortalizas, merced a su forma de cultivarlas, más respetuosa y sostenible con el medio ambiente.
Agrobío ha optimizado en estos meses los protocolos de suelta del insecto para minimizar los costes y lograr la eficacia deseada, pues empezó por 50 individuos por metro cuadrado y ahora llega a 25 entre una y dos semanas. Ha mejorado las dosis, el tamaño de los dispensadores (pasando de los 2.500 a los 5.000) y el alimento para los insectos auxiliares, que permite que los parásitos se encuentren en un estado más vigoroso y realicen mejor su trabajo.
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