Agrobío desarrolla un insecto para atajar la polilla del tomate

Agrobío presenta hoy de forma oficial un insecto revolucionario que viene a atajar los daños que está causando en la provincia la plaga de tutta absoluta, conocida como polilla del tomate, que según los propios actores del sector hortofrutícola almeriense, está haciendo más estragos que la pasada campaña, sobre todo, en la zona del levante, por donde penetró, procedente de Murcia y la Comunidad Valenciana, con el agravante de que en Poniente también se está observando su avance.

La compañía almeriense ha gestado, durante algo más de un año, el desarrollo y mejora de un nuevo insecto en las instalaciones de la Estación Experimental de la Fundación Cajamar, que ha dado un "excelente resultado", según fuentes del propio sector, "por su elevadísimo grado de eficacia contra esta plaga".

Se trata de un parasitoide de huevos, autóctono, que actúa de forma natural contra la polilla del tomate, parasitando los huevos de la plaga, impidiendo así su desarrollo y su reproducción de una forma natural.

De esta forma, la firma almeriense da una vuelta de tuerca más y ofrece más y mejores soluciones a un problema que está padeciendo el campo en un tipo de cultivo para el que aún estaba 'muy verde' el desarrollo de un verdadero enemigo natural, más allá de los plaguicidas: el tomate, un cultivo que supone una de las hortalizas estrella de la provincia, rozando el millón de toneladas producidas en la pasada campaña agrícola, según los datos del balance de la Fundación Cajamar, con un valor superior a 467 millones de euros.

En los últimos siete años, el tomate ha sido el cultivo con más toneladas de producción, con una media de más de 840.000 toneladas al año, además de la hortaliza que más valor medio ha aportado entre 2000 y 2007, por encima de los 413 millones de euros anuales.

El parasitoide de huevos que ha desarrollado Agrobío es, como indica su nombre, un insecto parasítico que en su estado inmaduro se alimenta y desarrolla dentro o sobre el cuerpo de otro insecto denominado hospedante. La larva del parasitoide se alimenta de su hospedante, que detiene su desarrollo después de ser parasitado (los huevos), una acción que causa a la polilla del tomate con una gran eficacia, tal como se ha demostrado en los ensayos realizados en las instalaciones de 'Las Palmerillas' de Cajamar.

De momento, sólo un 20% de tomate utiliza control biológico en Almería, con unos resultados aún poco eficaces, por lo que el producto marcará un antes y un después.