Agroponiente, sinónimo de concentración desde 1987
La firma ha apostado por un modelo mixto de comercialización y subasta desde sus inicios, hace 26 años Aboga por la unión del sector para reforzar el 'agro' almeriense
Tanto las instalaciones de Vegacañada como las de Agroponiente son un hervidero de gente a cualquier hora. Su producción abarca los 365 días del año (apuestan por un doble ciclo), y mueven millones de kilos al día. De aparecer en los ránking de su segmento agrícola, ocuparían el primer o segundo puesto en lo que a volúmenes se refiere. Aunque prefieren no dar cifras en un intento de preservar la "humildad" que abanderan, transmiten su filosofía en cada paso que dan, imprimiéndola en su cadena de trabajo.
La columna vertebral de Grupo Agroponiente es la concentración, una apuesta que dio origen a su empresa y que día a día refuerzan. No en vano, la primera sede de la firma en El Ejido nació como un centro mixto donde confluían comercialización-confección y subasta.
De eso hace ya 26 años, pero lejos de quedar obsoleto, el modelo sigue procurándole a la empresa esa fuerza que la caracteriza y que se ha replicado en instalaciones más modernas como las de Vegacañada, que este año cumple una década de vida.
El director general de Grupo Agroponiente, Antonio Escobar Rubio, explica que "desde su nacimiento hace más de un cuarto de siglo, Grupo Agroponiente no ha hecho sino seguir avanzando en los procesos de comercialización. Para nosotros, la filosofía de crecer ordenadamente, tanto en expansión geográfica y cercanía al agricultor como en capacidad productiva para poder ser más competitivos ante nuestros clientes ha sido una parte central en la filosofía corporativa que nos ha guiado en estos 26 años. No ha sido ni ha querido ser ni un crecimiento ni un proceso de concentración meteórico o rápido, sino más bien uno constante, muy reflexionado e intentando no dar nunca pasos en falso".
Por su parte, el director de producción del grupo, Antonio Tarifa, asegura que el futuro del sector agrícola almeriense pasa por la concentración. Admite que "no es fácil", pero sostiene que solo con una filosofía común de trabajo el campo puede prosperar y diferenciarse en tiempos en los que la presión de países terceros y el aumento del coste de los insumos siguen procurando no pocos dolores de cabeza a los productores.
"Hacer las cosas bien, con la máxima calidad, y procurar ser competitivos, buscando el máximo rendimiento". Son las claves que da Tarifa para forjar la tan ansiada unión del campo bajo el paraguas de una marca Almería que adolece de la ayuda de las administraciones.
"Almería la vende el agricultor de forma particular, pero todos, incluidas las administraciones, tenemos que mojarnos para que sea un proyecto fuerte", admite.
La concentración lleva aparejado un mayor control de la producción. De eso sabe mucho el director de la subasta y encargado del departamento comercial, Juan Antonio Martínez. Cada día se sienta en una de las antiguas sillas de madera de la subasta de Agroponiente en La Redonda y media entre agricultores y clientes. Una tarea nada fácil.
"Le debemos fidelidad al agricultor, es el alma mater del grupo. Intentamos garantizarle un precio para que su trabajo sea lo más rentable posible, pero también tenemos que procurar que el comprador adquiera las partidas a un precio ventajoso y hay que servirle unos determinados volúmenes de venta durante el año".
La compañía hortofrutícola cuenta con una plantilla de alrededor de 700 personas y 5.000 agricultores que llevan su producto a las centros de El Alquián, Níjar, La Redonda, Guardias Viejas, Cuevas de Almanzora y otros repartidos por la costa granadina como Castell, Puntalón o Motril.
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