Alfonso Sevilla: "El cambio climático es algo inevitable con o sin el hombre"

El Centro de Investigaciones de Medio Ambiente de la Fundación Cajamar trabaja intensamente en la restauración de suelos y la producción de biocombustibles que permitan ser más competitivos

La lucha contra la desertificación es un importante campo de acción para el CIMA.
La lucha contra la desertificación es un importante campo de acción para el CIMA.
Javier Peño Iglesias / Almería

20 de julio 2009 - 01:00

El Centro de Investigaciones de Medio Ambiente (CIMA), que pertenece a la Fundación Cajamar, de la que es su particular "ala verde". Puesto en marcha el pasado mes de enero, desarrolla su actividad práctica en la provincia de Almería poniendo en práctica sus ensayos principalmente dedicados a la restauración forestal y a la producción de biocombustibles, al tiempo que lucha contra la erosión y degradación del suelo.

La Fundación lleva tres años trabajando en distintos campos, uno de ellos es el dar a conocer a la sociedad algunas medidas beneficiosas para el Medio Ambiente, pero la labor del CIMA es otra ya que lo que busca es la restauración ecológica forestal, es decir, poner el suelo y la masa vegetal, si es posible, en su estado anterior. Con una plantilla de cinco personas, se trata de un grupo multidisciplinar que se encarga de los ensayos de laboratorio, hay biólogos o geólogos, pero en líneas generales se puede decir que todos participan de cada uno de los proyectos en cualquiera de las fases del mismo.

Los ayuntamientos y la Junta de Andalucía a través de la Consejería de Medio Ambiente les ceden los terrenos donde realizan sus estudios, pero CIMA no tiene más colaboración con ellos como sí pasa con la Fundación, que, por ejemplo, colabora con la Agenda 21, que es la propuesta de la ONU para fomentar un desarrollo sostenible. Y para lograrlo es conveniente estar bien informados de qué es la propia sostenibilidad para luego ponerla en marcha. La Fundación enseña a los municipios todo ello, como se mide su estado actual, el proceso de conocimiento para que las instituciones lo puedan poner en marcha.

En la provincia de Almería se trabaja mucho con la desertización y la erosión del suelo. En ese camino, una de las tareas concretas que realiza CIMA es el intentar adaptar las plantas a un clima en el que no llueve y unos suelos secos, conseguir que sobrevivan, a todo eso se dedica el Centro, a buscar todo aquello que cumpla esas características. En el caso de la restauración forestal en zonas desérticas se tienen todas las papeletas para fracasar, como reconoce Alfonso Sevilla, director del Centro, por lo que a veces resulta difícil captar gente que colabore pero está muy centrado, siendo cada grupo dedicado al medio ambiente "una especie del puzzle" que complete el trabajo de los demás.

Respecto al cambio climático, Alfonso Sevilla afirma que "se trata de un proceso inevitable, pero que es verdad que todo indica que se ha podido acelerar con la acción del hombre". Eso sí, en ningún caso señala que se trate de un proceso únicamente provocado directamente por el incremento de CO2 en el aire, como así hay gente que lo ratifica.

El director de CIMA cuenta que a lo largo de la historia han sido normales los grandes cambios de clima. "Se pasaba del frío polar al desierto absoluto sin que el hombre estuviera de por medio y pudiera influir, es desde hace veinte mil años el clima que tenemos el actual. Yse sabe por los estudios del hielo que nunca la historia de la humanidad tuvo un período tan largo de un clima tan bueno". Por ello, prosigue, "es lógico que cambie y es previsible que de aquí a cientos de años varíe otra vez". A pesar de ello, insiste en que " es atrevido decir que es irrelevante la actuación del hombre en la aceleración del proceso". La experiencia de milenios pasados indica qué puede pasar: "El aumento de temperatura la tierra lo digerirá de alguna manera imprevisible y la reestructurará otra vez. Puede que sea una glaciación o no", concluye.

Respecto a la polémica algo catastrofista que dice que la humanidad pueda estar en peligro, Sevilla se muestra cauto y recuerda el de los homínidos, "que ya vivían en unas condiciones extremas en un proceso de glaciación, aunque es verdad que al ritmo de vida actual no se puede decir qué va a pasar. "Será un clima radicalmente distinto y tocará adaptarse a él, pero nosotros no lo sufriremos, para ello quedan, como poco, un par de siglos".

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