Almendras de Almería mueve el mercado

Un año más, este no ha sido el mejor año para la almendra almeriense. La producción sigue disminuyendo debido a la sequía galopante que asola a la provincia en el último lustro, lo que ha provocado también que los precios se encarezcan cada vez más.

En SAT Almendras de Almería llevan desde el año 2000 procesan este codiciado fruto y a donde muchos campesinos van para vender su recolección, este año, escasa pero, por lo menos, mejor pagada que el pasado. Es más, el valor del kilo ha subido desde los 0,60 hasta 1,30 euros.

Al entrar en las instalaciones de esta empresa está Diego Alarcón, al que se le puede ver junto a José Manuel Vergara, gerente, midiendo el rendimiento de su porte de almendras. "Diego, está bien. Te sale a 2,33 el kilo", le explica con total familiaridad el propietario mientras observa atento el pesaje del grano. Y es que son ya muchos los años y muchos los campesinos que confían en la SAT para la venta de lo cosechado en sus fincas.

Para quien no lo conozca, el proceso que sigue la almendra en la fábrica hasta que está lista para su venta es complejo y requiere de una maquinaria, que ya sí es lo suficientemente avanzada para abaratar unos costes que hace poco eran bastante elevados.

Los camiones llegan y depositan toda la carga en unos depósitos de cuatro metros de profundidad aproximadamente de los que pasan directamente por una cita al laboratorio, donde se medirá el rendimiento.

Esta fase se hace manualmente y es sencilla en esencia, pero lleva su tiempo. Se trata de seleccionar un kilo exacto de almendra; se pela manualmente y se extrae todo el grano eliminando aquellas que puedan estar picadas o en mal estado. Una vez quitada la cáscara se pesa. Lo que marque la balanza electrónica será el rendimiento en este caso.

En este punto, todo el porte de almendra pasa a un conjunto de seis máquinas en las que se le quita la cáscara y pasan por otra, de última generación, que por láser va eliminando lo que pueda quedar de ella.

El exhaustivo proceso continúa con la mano humana. En este punto, una serie de mujeres van quitando de la cadena aquellas almendras que puedan tener el más mínimo residuo o, en cualquier caso, que aún no esté limpias del todo.

Continúa con el repelado. Un paso básico en la cadena, que termina dejando la almendra lista para el consumo o la venta a otras empresas. El repelado consiste en dejar la almendra, una vez sin cáscara, también sin piel. Se consigue mediante una máquina a vapor que sube la temperatura a 90 grados y, por medio de aire a presión, ese pellejo salta y va a parar a otro departamento que permite que el fruto salga totalmente inmaculado.

Todo el proceso tiene una duración que ronda la hora y veinte minutos y en el que la almendra termina totalmente limpia. La comercializan en tres formatos diferentes, que son en granillo, repelada y en harina.

En su mayor parte, la clientela SAT Almendras de Almería están relacionados con la repostería, donde la almendra es muy demandada. Entre ellos la conocida Turrón 1880 se nutre íntegramente del producto que le vende la empresa de Gérgal.

En los últimos años, la SAT está incrementando sus volúmenes comerciales, concentrados principalmente en el mercado nacional, pero también con salida a Italia, Francia y de manera importante en Alemania para la producción de mazapán.

Entre agosto y diciembre, época de recolección, la empresa comercializará un total de 10 millones de kilos de almendra y el año pasado arrojaron una facturación de 30 millones de euros, de la que este año se espere que ronde los 40.

Entre los retos a medio plazo está "en nuestros planes hacer empaquetados de frutos tratados con marca propia", adelanta José Manuel Vergara, Gerente de la Sociedad Agrícola de Transformación, que en estos momentos se encuentra también realizando una importante ampliación de sus instalaciones en las que incorporarán nuevas máquinas frigoríficas.