Almería rozará las 20.000 toneladas de producción de raf en esta campaña

El considerado como 'pata negra' de los tomates almerienses, el raf, cuyo nombre responde a las siglas de resistente al fusarium, es un cultivo estable en la provincia, si bien, ha sabido encontrar su hueco de mercado, a pesar de las dificultades comerciales que conlleva el hecho de tener unas determinadas limitaciones de alcance geográfico, debido a sus delicadas características organolépticas, lo que ha motivado que se consuma, prácticamente al completo, en el mercado nacional.

A pesar de ello, el cultivo de tomate raf ha mejorado sustancialmente en la última década en cuanto a sus rendimientos, merced a la apuesta que ha realizado el sector hortofrutícola almeriense por variedades mucho más productivas, que abren el abanico de compradores y mejora la rentabilidad del producto, cuyo precio final oscila entre los tres y los cinco euros el kilo, si bien, en fechas navideñas ha llegado a coquetear con los diez euros por kilo.

Según las estimaciones de la Delegación Territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de Almería, este año la cosecha de tomate raf será de 304 hectáreas, un ligero aumento respecto a las 281 del año anterior, aunque las mismas que en la campaña de 2011-2012.

Níjar es el municipio cuyo término dedica más hectáreas a este cultivo, con algo más de 200 hectáreas, seguido de la capital almeriense, que roza la centena. Otros municipios mantienen una cuota residual de poco más de dos hectáreas.

La producción prevista de tomate raf para la actual campaña es de casi 20.000 toneladas, con 19.744, concretamente, lo que supondrá un aumento de algo más del 8%, aunque la campaña de 2011-2012 arrojó una cosecha aún mayor, de 21.144 toneladas.

El delegado territorial de Agricultura, José Manuel Ortiz, recuerda que el raf "se ha orientado a un mercado mucho mas competitivo" para lograr mejores precios para el productor. Además, "se ha convertido desde hace unos años en un producto gourmet ligado a la Navidad, a la altura de otros productos tradicionales de las cenas y las comidas de estas fiestas, como pueden ser la gamba roja, el jamón o un buen vino de Almería, y como en estos casos, los consumidores están dispuestos a pagar algo más", apostilla Ortiz.