La pandemia ha llevado al ciudadano a replantearse muchos aspectos de su vida, entre otros, el organizar sus posesiones y decidir a quién y cómo dejarlas, lo que, además, ahorra dinero y trámites a quienes en el futuro hereden, aparte de posibles conflictos familiares. Marta Arrieta, notaria en Almería (notaría Marta Arrieta y Jesús Reguero) y censora en la junta directiva del Colegio Notarial de Andalucía, explica que desde la crisis sanitaria la cifra de testamentos va en aumento, no solo por los fallecidos, sino también porque el perfil del testador ha cambiado y hay quienes no quieren dejar para un posible ‘quizás sea demasiado tarde’ la toma de decisiones.

De acuerdo a los números del colegio a nivel autonómico, en el segundo semestre de 2019, antes del estallido de la crisis sanitaria, se realizaron en la comunidad andaluza 53.257 testamentos; en el segundo semestre del año 2020, el número de testamentos registrados se elevó hasta 65.580, es decir, tras el periodo más duro de confinamiento, se incrementó en un 23% el número de personas que decidieron pasar por el notario para regular su sucesión, nombrando uno o más herederos, mediante acto jurídico, individual, libre y revocable.

Años atrás, quienes decidían dejar organizados sus bienes se correspondían, en su mayoría, con personas que habían cumplido la edad de jubilación; ahora, según Arrieta, la edad ha bajado y son más habituales quienes tienen en torno a 50 años. Llevar a cabo esta acción tiene ventajas económicas, puesto que hacer un testamento ronda los 45 euros y, sin él, la declaración de herederos simplemente asciende a unos 200 euros, “además evita trámites engorrosos”. Por norma general, la despreocupación aumenta cuando hay hijos, pues en caso de defunción de los progenitores y sin testamento todo va hacia ellos, si bien esta percepción también está cambiando como apunta la notaria, puesto que, como ejemplo, hay parejas divorciadas que optan por atar en vida quiénes prefieren que gestione el patrimonio de sus hijos en caso de fallecer y estos sean menores de edad, o simplemente hacer el reparto que consideren de acuerdo a las circunstancias que tengan actualmente, “al final se trata de organizar y decidir tú”.

Hacer un testamento abierto notarial es sencillo. Para hacerlo se necesita el documento de identidad y explicar al notario cómo se desea repartir el patrimonio. “En la notaría asesoramos y ayudamos al testador a encajar su voluntad dentro de la legalidad vigente”, dice Arrieta.