Campomar acudirá al TSJA al retirarle el concierto la Junta

Mantendrá la diferenciación en las matrículas y asegura tener alternativas para su continuidad

Raúl Rebollo-Galiana, director de la Escuela Familiar Agraria Campomar, en las instalaciones del centro.
Raúl Rebollo-Galiana, director de la Escuela Familiar Agraria Campomar, en las instalaciones del centro.
Elio Sancho

12 de julio 2013 - 01:00

La Escuela Familiar Agraria (EFA) Campomar tiene más de cuatro décadas de historia a sus espaldas y piensa cumplir muchas más. A pesar de la retirada del concierto educativo por parte de la Consejería de Educación, mediante la Orden publicada el pasado 25 de junio en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA), los titulares del centro de formación profesional no van a cambiar su política de matriculación, que continuará siendo de educación diferenciada, sin permitir la matriculación de mujeres, a la vez que acudirán al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) para solicitar medidas cautelares contra la decisión de la Consejería de Educación y que esta quede en suspenso, mientras este tribunal toma una decisión al respecto. La presentación del recurso ante el TSJA es "inminente" y se llevará a cabo en los próximos días, tal como explica el director de la EFA Campomar, Raúl Rebollo-Galiana a Diario de Almería.

Mientras tanto, la continuidad del centro formativo está garantizada, según Rebollo-Galiana, que destaca que existen multitud de alternativas en las que está trabajando la escuela para obtener financiación alternativa que garanticen el normal funcionamiento de su 'maquinaria'.

Prueba de ello es que el periodo de matriculaciones, que se ha abierto esta semana, concretamente, el 10 de julio, ya cuenta con un gran número de alumnos, según afirma el director, que recalca que el el ciclo superior, que siempre ha sido privado al 100%, ha permanecido repleto a lo largo de su historia.

Campomar cuenta con diez profesores y unas instalaciones compuestas por 14 aulas, una sala de profesores, sus despachos, un salón de conferencias y, para realizar prácticas, un invernadero y un vivero.

"Desde el centro, queremos disipar cualquier tipo de incertidumbre sobre su futuro, pues vamos a buscar todas las vías y métodos de financiación posibles", apunta el director, que recuerda que el mejor aval es el trabajo de más de cuatro décadas, el reconocimiento de antiguos alumnos, muchos de ellos en puestos de responsabilidad en empresas agrícolas y el incremento de las prácticas con firmas hortofrutícolas.

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