Crean alternativas a las hormonas para el crecimiento del calabacín en invierno
La combinación de polinización natural, investigada por Cajamar, y una variedad de cultivo que produce flores masculinas en los meses de mucho frío, desarrollada por la UAL, a la práctica la próxima campaña
La próxima campaña, el campo podrá sacar mayor rentabilidad a la producción de calabacín sin riesgo de dejar residuos en el fruto; y es que podrá llevarse a la práctica la combinación de dos investigaciones llevadas a cabo por la Fundación Cajamar y la Universidad de Almería: la polinización natural en el calabacín y la obtención de una variedad muy masculina, respectivamente.
Según la explicación de Manuel Jamilena, catedrático de Universidad y responsable grupo 'Genética de hortícolas' del departamento de Biología Aplicada de la UAL, una vez que se ha averiguado que la polinización natural es eficaz en el calabacín, existe un problema en invierno, concretamente en el periodo de un mes, en el que la planta de calabacín, por su estructura, no produce flores masculinas y por tanto carece de polen, "por lo que por muchos abejorros que haya, no hay polinización y el fruto no crece". En ese periodo la producción es muy necesaria porque los precios son muy altos. Para evitar el uso de hormonas, que en ocasiones crean alerta por sobrepasar los límites de residuos permitidos, investigadores de la UAL han desarrollado una variedad que es muy masculina, "alternando variedades productivas que desarrollan las empresas de semillas y esa variedad polinizadora que viene de nuestro grupo de investigación. Se han obtenido resultados prometedores".
El método expuesto es la vía rápida, según detalló el catedrático en el marco del quinto seminario técnico agronómico de la campaña actual 'Biotecnología aplicada a la producción y mejora de hortalizas que organiza la Fundación Cajamar, la Coexphal y la UAL. Su grupo de investigación está trabajando en la mejora de la partenocarpia del calabacín. En las variedades que son partenocárpicas los frutos cuajan y se desarrollan sin necesidad de polinización ni tratamientos hormonales. Puesto que en invierno la polinización con abejas es muy complicada, actualmente el calabacín que se produce en Almería se trata con auxinas sintéticas para su cuajado y crecimiento. Por ello, la identificación de una variedad partenocárpica eliminaría estos tratamientos que se quedan como residuos en los frutos.
Jamilena detalla que no siempre debe asociarse la biotecnología a los transgénicos. " Cuando se habla de biotecnología pensamos en plantas transgénicas, y uno de los logros de la biotecnología ha sido eso, pero en horticultura y, menos en Europa, utilizamos alguna variedad transgénica, sino mejorada genéticamente desde un punto de vista convencional".
El catedrático detalla que la biotecnología la están utilizando para hacer una selección más eficiente de aquellos caracteres de interés agronómico que pueden ser relevantes para el campo. "Para ello podemos usar dos estrategias: desarrollar una variedad transgénica que sea partenocárpica, que ya se ha obtenido en el calabacín, berenjena tomate..., pero por la situación de la transgenia y más en horticultura es impensable su introducción en el mercado; y nuestra investigación que consiste en desarrollar marcadores para identificar qué material es un partenocárpico y, posteriormente, con un programa de mejora clásico, seleccionar plantas y variedades que finalmente sean partenocárpicas".
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