Cunicultura, una actividad de capa caída por la crisis de precios

El municipio de Abrucena alberga una de las granjas de conejos "más grandes de Andalucía". Con 2.400 metros cuadrados de superficie techada divididas en tres naves, alberga a 7.000 conejos, contando el millar de madres, los padres, los conejos recién nacidos y los que ya están casi a punto de comercializarse. La capacidad total asciende a 15.000 animales y ha llegado a tener 2.000 madres (en el sector se contabiliza así el rendimiento de la finca) en su mejor año.

Su propietario, el empresario Carlos Fernández Romero, así lo afirma. Montó la explotación de cunicultura en 1985 y continua con la actividad a pesar de que, como tantos otros segmentos agroganaderos, la rentabilidad ya no es lo que era. "Es un sector con mucha crisis", asiente. A fecha del 8 de abril el conejo se comercializaba en granjas andaluzas a solo 2 euros/kilogramo (kg) y algo menos incluso en Madrid, 1,87 euros/kg.

Fernández ya casi no recuerda buenas épocas en este sector. "En medio de la crisis Zapatero dijo que comiéramos conejo en Navidad porque era más barato que otras carnes y no sé qué pasó, pero el precio se desplomó". No ha vuelto a subir, al contrario que el coste de los insumos. El coste de los piensos está "disparado". En poco tiempo han subido 13 euros/tonelada, pasando a costar de poco más de 0,30 euros/kg a 0,35.

El elevado coste de la materia prima que abastece de alimento a los conejos supone uno de los mayores problemas para los propietarios de explotaciones. "Ya han cerrado muchas granjas y mataderos de toda España. Esto no se costea". Haciendo las cuentas de lo que supone 'sacar adelante' un animal y teniendo en cuenta solo lo referente al capítulo de la comida, el dueño de la granja estima que "hay que gastar 4 kilos de pienso entre la madre, el padre y los hijos para obtener un kilo de carne". Los conejos se comercializan cuando alcanzan los 2 kilos de peso, así que habría que duplicar esa cifra y a todo ello añadirle el precio del resto de insumos.

"Son muy delicados". Hay que tratarlos con diferentes medicamentos para evitar las enfermedades más frecuentes, la mixomatosis del conejo (una enfermedad vírica capaz de alcanzar hasta del 100% de mortalidad en la etapa inicial) y diarreas provocadas "por los piensos compuestos".

Para intentar evitar la proliferación de virus y bacterias las instalaciones cuentan con luces de desinfección que penden del techo y emiten radiaciones contra las mismas. "Todos los días hay que dejarlas encendidas varias horas, principalmente durante el tiempo en el que nosotros no entramos, porque no son buenas para los humanos".

La actividad diaria en la finca es rutinaria y tranquila, lo más destacable es la intensa producción de nuevos conejos. Las inseminaciones se realizan cada 14 días. Cada madre tiene de media 8 o 9 conejos por parto (el récord de la granja está en un parto de 20) y la gestación apenas dura un mes. Así las cosas, el propietario de la explotación ha llegado a vender "más de 2.000 conejos cada dos semanas".