Finanzas

Dimensión, talento, I+D y digitalización, cóctel de Baamonde para mejorar la productividad

  • El presidente de Cajamar participa en el Foro Líderes de la Universidad de Almería donde analiza el impacto de la COVID-19 y los retos de la economía española y almeriense

Eduardo Baamonde, presidente de Cajamar

Eduardo Baamonde, presidente de Cajamar

Un reajuste del modelo productivo, a partir de cambios estructurales, normativos y del uso eficiente de los fondos comunitarios, convirtiéndose la sostenibilidad en eje central de cualquier estrategia. En síntesis estos son los retos de la economía española puestos de manifiesto por parte de Eduardo Baamonde, presidente de Cajamar, quien esta mañana ha sido el protagonista del Foro Líderes, enmarcado en el Programa de Experiencias Profesionales de la Fundación Universidad de Almería, con un análisis del impacto de la COVID-19.

En el centro, el rector de la UAL, Carmelo Rodríguez, junto al presidente de Cajamar, Eduardo Baamonde, protagonista del primer Foro Líderes En el centro, el rector de la UAL, Carmelo Rodríguez, junto al presidente de Cajamar, Eduardo Baamonde, protagonista del primer Foro Líderes

En el centro, el rector de la UAL, Carmelo Rodríguez, junto al presidente de Cajamar, Eduardo Baamonde, protagonista del primer Foro Líderes / Diario de Almería

Baamonde definía esta crisis como una sin precedentes y distinta a la de 2008, cuando su origen fue económico y financiero, mientras que en la actual la crisis económica deriva de una sanitaria. En 2020, el producto interior bruto (PIB) se contrajo en el mundo un 3,5%, un 7% en la Zona Euro y un 11% en España. “Las perspectivas siguen dependiendo de la evolución de la pandemia y del proceso de vacunación”, ha dicho el máximo representante de la entidad financiera, quien tras repasar el comportamiento de la actividad económica tras la salida del confinamiento con el primer estado de alarma, apuntaba que, una vez se supere la crisis sanitaria, se producirá una reactivación intensa y rápida de dicha actividad.

Con esta pandemia como escenario, Baamonde, de acuerdo a los datos del Banco de España, ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de las empresas que ya existía en un escenario pre-COVID, pero que se ha visto acentuada con la situación actual. En este sentido, destacan las empresas de la hostelería, restauración y ocio que, de acuerdo al índice de vulnerabilidad en cuanto a la ratio de deuda neta sobre activo neto, rozaban el 45% en 2020 si bien las vulnerables en este sector antes de la COVID ya suponían un 15%. Esto se acentúa tomando el índice en base a la ratio de deuda sobre los resultados; en este sentido, casi el 70% de dichas empresas se califican de vulnerables siendo un 20% antes de declararse la pandemia. Esto, según el presidente de Cajamar, indica que antes de la crisis sanitaria se tenían que haber emprendido medidas para reforzar el tejido empresarial, con la COVID este proceso se ha acelerado.

Eduardo Baamonde: “Estamos necesitando más que nunca el talento y el conocimiento para salir de la crisis”

En cuanto a los mecanismos de corrección puestos en marcha, destaca la celeridad del Banco Central Europeo para aportar liquidez con intereses bajos, la compra de deuda para evitar la fragmentación del mercado, entre otros, y la puesta en marcha de fondos comunitarios, entre los que Baamonde se ha detenido en los Next Generation, financiados a través de emisión de deuda conjunta, cuya solidaridad se atisba como posible precedente a los eurobonos. Estos fondos ponen sobre la mesa 750.000 millones de euros de los que a España llegarán 70.000 y que, junto al desembolso de otras administraciones aumentarán hasta 140.000, siendo una de las claves el hecho de que tengan que ser ejecutados en unos tres años. En lo que respecta a las medidas nacionales se encuentra los ERTE, avales ICO y las moratorias.

En este contexto de incertidumbre, el presidente de Cajamar ha señalado que el déficit púbico se ha disparado, pero la COVID no ha provocado su aumento, sino que lo ha acentuado. En este sentido, alude a la recomendación del Banco de España que apunta a reformas estructurales para no disparar la deuda pública.

En cuanto a Cajamar concretamente, Eduardo Baamonde señalaba que a 31 de marzo del presente ejercicio, la entidad ha concedido 1.955 millones de euros en préstamos ICO y 1.034 millones en moratorias para aliviar pagos a empresas y particulares, sobre todo de hipotecas. De estas últimas, 437 millones se corresponde a moratorias con carencia finalizada y 597 con carencia en vigor.

Acelerar el ritmo de vacunación a nivel mundial, evitar la fragmentación económica de los países y acuñar a la solidaridad, son claves para España y el mundo. Si bien el primer protagonista de este foro de la UAL ha señalado la necesidad de atender el problema de productividad que existe en España y que debería haberse resuelto antes de la COVID con medidas estructurales. En esta línea, Baamonde se refería a la elevada tasa de paro y de empleo temporal, sobre todo entre los jóvenes, y fijaba la mirada en cambios estructurales basados en que las empresas ganen dimensión, en que se invierta más en investigación e innovación, se atraiga y retenga el talento, y en la digitalización. En cuanto a los cambios normativos, estos deben dirigirse hacia favorecer la empleabilidad, reforzar su permanencia y la retribución del conocimiento, “estamos necesitando más que nunca el talento y el conocimiento para salir de la crisis”, ha dicho. Por último, el presidente de Cajamar se ha referido al uso correcto y eficiente de los fondos comunitarios teniendo en cuenta la sostenibilidad, en sus tres vertientes: económica, medioambiental y social, que pasará a ser el eje central de cualquier estrategia.

En cuanto a Almería, los retos, de acuerdo a las palabras de Baamonde, no son muy distintos a los nacionales. “Antes de la crisis ya se estaba ralentizando la economía almeriense; ahora hay una oportunidad con los fondos Next Generation”, ha mencionado el representante de la cooperativa de crédito almeriense, quien también ha llamado la atención sobre la variación de la población en la provincia, poniendo el acento en que en la última década se ha desplomado, sobre todo, en la zona de interior. Con ello, la adaptación de la agricultura a la revolución tecnológica, acelerar el proceso de digitalización, potenciar el ecosistema de creación y apoyo a la innovación de la provincia (industria auxiliar) y reequilibrar territorialmente la provincia, ya que el proceso de despoblación del interior se ha vuelto a reactivar, son indiscutibles para que Almería avance.

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