Empresas almerienses denuncian que se les debe 5 millones en obras

Alerta roja. Las empresas almerienses dedicadas a realizar trabajos de obra civil como subcontratistas, la gran mayoría de ellas, de tamaño familiar y con gran número de autónomos, dieron ayer la voz de alarma ante la situación que están atravesando, motivada, en gran medida, por la grave crisis que atraviesa la construcción.

Para hacerse oír, lo primero que han hecho ha sido constituirse como asociación provincial en el seno de la confederación, Asempal, cuya puesta en marcha se ha hecho definitiva el pasado 15 de octubre.

A partir de ahí, y tras haber superado las reticencias tradicionales de un sector poco dado a la unión y al asociacionismo, como ellos mismos reconocen, han puesto toda la carne en el asador para denunciar que desean cambiar la mala imagen que transmiten las subcontratas por culpa de la "competencia desleal", puesto que "la gran mayoría cumplimos rigurosamente la normativa en cuanto a formación o trabajadores en alta", explicó el presidente de la asociación (AESOM), Jerónimo Parra Castaño.

Además de "vigilar al sector", los representantes de esta actividad, que cuenta con 160 empresas en la provincia y da empleo directo a 3.200 personas, denunciaron que la crisis y los impagos ha provocado el cierre del 30% de las empresas existentes en el último año.

Una tendencia que, de continuar así, podría abocar a la desaparición del sector. Hartos de la situación, no dudaron en dar los nombres de algunas de las empresas que "nos están asfixiando con los impagos". Entre ellas, destaca una firma cordobesa subcontratada para enterrar la tubería del gasoducto que promueve Enagás y que distribuirá el gas natural procedente de Argelia.

Se trata de Hermanos Lucena Conde, que fue subcontratada por la italiana Bonatti, la adjudicataria de las obras promovidas por Enagás. Los subcontratistas almerienses denunciaron que esta compañía cordobesa adeuda nada menos que cinco millones de euros a más de 60 empresas del ramo en Almería.

Para acabar con este tipo de situaciones, el presidente de AESOM solicitó mayor protección por parte de las admi nistraciones y, sobre todo, que se amplíe la responsabilidad subsidiaria a la empresa principal encargada de cada proyecto para que se escude en el concurso de acreedores. Además, explicó que su actividad tiene un efecto arrastre en restaurantes, talleres o gasolineras.