Finanzas

Ence dará salida energética al problema de los restos vegetales

  • Llega a un acuerdo con Ejido Medio Ambiente en cuyos terrenos ubicará la planta

L. C. Martínez, director de Comunicación, F. Torroba, director de Energía y F. Schwartz, responsable de Desarrollo de nuevas plantas.

L. C. Martínez, director de Comunicación, F. Torroba, director de Energía y F. Schwartz, responsable de Desarrollo de nuevas plantas. / c. fenoy

"El cuidado del medio ambiente es capital para Ence", así lo mantiene Fernando Schwartz, director de Desarrollo de Nuevas Plantas de Energía de la compañía. Ésta será una de las máximas que plasmará en la planta de generación de energía de baja emisión con biomasa con matas de invernadero que tiene en proyecto para El Ejido, que se encuentra en trámites para la obtención de la autorización ambiental y cuyo presupuesto ronda los 100 millones de euros.

Según los datos expuestos por Ence, Energía & Celulosa en la provincia almeriense se generan un millón de toneladas anuales de matas de invernadero a partir de las 32.351 hectáreas de superficie invernada. Hasta el momento, sólo el 25% acaba en manos de gestores de residuos, que actualmente carecen de capacidad suficiente para tratarlo. El 65% se desaprovecha, siendo en ocasiones origen de incendios, vertidos incontrolados con el consecuente impacto medioambiental, visual y de malos olores.

La planta que Ence tiene previsto poner en marcha, difícilmente antes de tres años por temas administrativos y, posteriormente, de acondicionamiento de la instalación y logística, valorizará esos restos vegetales, unas 650.000 toneladas al año. De acuerdo a las palabras de Felipe Torroba, director general de Energía, el proyecto ejidense tendrá una capacidad para generar 31,5 megavatios (MW) -unas dimensiones mayores serían inviables por la limitación de capacidad de la red para evacuar-; asimismo, la producción de energía estimada es de más de 250 millones de kWh/ año, lo equivalente al consumo de 240.000 habitantes.

En la planta se utilizarán al máximo todos los recursos generados. En este sentido, el calor residual de la misma se empleará para el secado de la biomasa, pues en determinadas épocas, como puntualiza Schwartz, las matas llegan con un 70% de humedad. Esto a su vez también repercute en la máxima eficiencia del uso del agua, puesto que tras el secado de la biomasa con vapor sobrecalentado (cogeneración) se reinyecta un 25% más de agua a la red de regantes que la utilizada en el proceso de secado; además el empleo de aerocondensadores hace posible una reducción de hasta 15 veces del consumo de agua. Hay que añadir, a la conclusión del proceso en la planta se generan cenizas de alto valor añadido que pueden ser destinadas para el empleo en fertilizantes, la mejora de terrenos o los procesos industriales. Con todo ello, se logra contribuir a una economía circular.

Además de regirse por la legislación europea, en Ence se "autoimponen" decálogos de sosteniblidad. En esta línea, las instalaciones de almacenamiento estarán techadas, así como todas las operaciones de trituración y cribado se llevarán a cabo en naves cerradas y con filtros de mangas para la captación de polvo; minimizarán las emisiones contaminantes en los gases de combustión emitidos pro la chimenea, alimentarán la caldera con biomasa agrícola acondicionada, entre otras medidas.

La planta, que generará cerca de 975 empleos directos, indirectos e inducidos (según cálculos basados en el estudio de Analistas Financieros Internacionales que determina que se crean 31 empleos por MW de generación con biomasa instalado), estará ubicada en los terrenos de Ejido Medio Ambiente, sociedad con la que Ence ha llegado a un acuerdo, convirtiéndose, además, la primera en "colaboradora" de la segunda.

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