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  • Desde la Universidad de Almería aclaran que su informe refleja todo lo contrario al realizado por la Junta que asume el aumento de la desalación

Fuego cruzado por la viabilidad de la desaladora de Almería

Según el informe de la UAL las pruebas de final de año esclarecen la necesidad de buscar alternativas. Según el informe de la UAL las pruebas de final de año esclarecen la necesidad de buscar alternativas.

Según el informe de la UAL las pruebas de final de año esclarecen la necesidad de buscar alternativas. / Rafael González (Almería)

Diez de agosto de 2018. Diario de Almería se hacía eco por primera vez de lo que entonces fue una primera denuncia y que hoy, casi tres años después, se ha convertido en una de las grandes polémicas en la capital. Desaladora sí o desaladora no.

En aquel momento, la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Almería registraba el escrito en el que se ponía en duda el funcionamiento de la desaladora de Almería. Dicho documento denunciaba que los 21 sondeos que se encuentran en tierra firme, junto a la playa y en frente de la instalación desaladora, en el delta del Río Andarax, “tienen más de 100 metros de profundidad” y provocaban que “el acuífero del Bajo Andarax se vaya secando y que los pozos y norias de la zona próxima, más que bicentenarios, se vayan secando”.Esta denuncia se presentó de manera conjunta por la Asociación de Norias y Pozos de Almería, l a Asociación Bomar, la Asociación en Defensa de la Agricultura de la Vega de Almería, la Comunidad de Regantes del bajo Andarax y la Asociación de Vecinos Plataforma Vega de La Cañada.

El escrito se pregunta dónde están los informes de la Universidad de Almería que decían que esta extracción de agua no iba a afectar al acuífero. “¿Qué técnico o profesional competente propone colocar una desaladora para absorber agua del mar en la desembocadura de un río con un régimen de lluvias torrenciales?”, cuestiona. A lo que añade: “No, lo hace a sabiendas de que va a absorberla en tierra firme; del acuífero”, pues “le saldrá con menos costes, aunque los pozos de la zona se queden sin agua”. Según el documento registrado ante la Fiscalía, “si la desaladora absorbiera el agua del mar, “no habría afectado al acuífero del Bajo Andarax”, reza.

Poco después de presentar la denuncia ante la Fiscalía del Medio Ambiente, en concreto en octubre del mismo 2018, el fiscal José María López Cervilla resolvía archivarla “al no encontrar hechos concretos constitutivos de delito”. De ahí, que los representantes de los afectados presentaran escrito formal 13 de marzo de 2019 al Defensor del Pueblo Andaluz poniendo en su conocimiento “la incorrecta actividad de la Desaladora de Almería que, con sus 21 sondeos en tierra firme, está esquilmando el acuífero, bajando su nivel y aumentando su salinidad”.

Ha sido en los últimos días cuando esta denuncia por parte de más de 600 personas, todas ellas vecinas de la Vega del término municipal de Almería, y a través de las cinco asociaciones, han vuelto a denunciar la situación de la desaladora a raíz de que la concejala de Sostenibilidad Ambiental, Margarita Cobos, anunciara que ya se cuenta con el informe favorable de la Junta de Andalucía que respalda la puesta en marcha de nuevos bastidores de la desaladora de Almería para seguir avanzando en la estrategia de incorporación del agua desalada a la ciudad.

La idea prevista desde el Consistorio para esta infraestructura creada en 2006 y que solo tiene en este momento dos bastidores en funcionamiento de los siete que tiene disponibles es aumentar la capacidad de desalación a cinco, tres más. Con ello, el temor de unos vecinos de la zona que dicen constatar los efectos sobre el acuífero han hecho saltar la voz de alarma.

Según el informe de la Universidad de Almería, firmado por el investigador del Fernando Sola del Departamento de Biología y Geología, área de conocimiento Geodinámica Externa de la Universidad de Almería, desde la puesta en marcha la desaladora se ha extraído con variaciones entre el 14 y el 34% de agua dulce. Es decir, agua directamente del acuífero y por tanto no toma solo agua de mar del acuífero del delta del Río Andarax. Esto provocaría que el agua dulce de esta localización cada vez sea menor y llegaría el momento que esa franja de masa dulce que está por encima de la sala proveniente del mar iría adelgazando hasta prácticamente desaparecer.

En este contexto, José María Calaforra, catedrático de geodinámica externa de la Universidad de Almería y director del Grupo de Investigación de Recursos Hídricos y Geología Ambiental, quien además habla del informe del informe en relación al realizado por la Junta de Andalucía sobre el de la UAL para dar el visto bueno a un aumento de las extracciones, avisa de que existe una falta de planificación patente. “Lo más curioso es que se dice que el objetivo es que la desaladora y a través de convenio ceda un hectómetro cúbico de agua a los regantes. Y digo yo: ¿Y por qué en lugar de planificar tan mal los recursos no se hace que la desaladora tome solo agua de mar y los regantes tendrían tres hectómetros cúbicos en lugar de uno de desalada?”.

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