El director general de El Pozo en Almería

Rafael Fuertes: “Hay que salir de la zona de confort, de forma física y de pensar”

  • El presidente del Grupo Fuertes, señala los hábitos de consumo, la internacionalización y la sucesión como sus principales retos. La compañía está inmersa en un proyecto en Rusia

Rafael Fuertes, presidente del Grupo Fuertes, en Almería

Rafael Fuertes, presidente del Grupo Fuertes, en Almería / Rafael González (Almería)

Aunque supone la tercera generación al frente del Grupo Fuertes, Rafael Fuertes Quintanilla, se considera uno más del proyecto empresarial que tiene como fin aumentar su zona influencia y generar las dos riquezas que están en el ADN del empresario: “La social, que es el empleo, y la económica, que es el impuesto”. El presidente del grupo, participaba ayer en ‘Una mañana con...”, el encuentro con directivos organizado por la Fundación Almeriense para la Excelencia Empresarial (Faeem). El también director general de El Pozo, una de las empresas del grupo, mantiene que es necesario “salir de la zona de confort, no sólo en lo físico sino también en la forma de pensar, para adaptarse a la nueva era. Hay que abrirse al mundo, si te quedas quieto podrán venir amenazas y si te mueves podrás captar oportunidades”. En esta línea, y respecto a sus antepasados familiares en la empresa, Rafael Fuertes considera que hay que saber distinguir entre cambiar lo cambiable y mantener lo mantenible, “lo mantenible son los valores y los principios y lo cambiable son las formas de hacer negocio. Hoy en día tiene gran impacto lo digital y la inexistencia de fronteras”.

El grupo gestiona una veintena de empresas organizadas en dos grandes áreas de negocio: agroalimentación e inversiones diversificadas, siempre manteniendo, como apunta Fuertes, la ecuación 80-20, es decir, el 80% del grupo es agroalimentario y después un 20% diversificación; su penetración se puede observar, por ejemplo, en la firma El Pozo, la empresa del grupo más conocida, cuyos productos se ‘cuelan’ en ocho de cada diez hogares españoles. Prácticamente todo lo que la empresa produce, lo hace en España: “Solamente tenemos un acuerdo con el principal operador cárnico ruso donde estamos creando al 50% un modelo similar al de España. Tenemos que estar ahí porque se cerraron fronteras”.

Entre las cosas que más preocupan a la empresa son los cambios de hábitos de consumo, la internacionalización y la sucesión. Respecto a lo primero, por ejemplo, el presidente del grupo apunta a la corriente de productos vegetales, “al final no hay productos buenos o malos de alimentación, sino dietas buenas o malas; no puedes desequilibrar. Está sucediendo que en los países emergentes están pasando del arroz a la carne y si no se produce suficiente carne ésta se encarece y nos interesará entonces que en esos países que comen carne coman arroz”.

En cuanto a la internacionalización, su fin queda reflejado en el título de su intervención de ayer ‘Alimentando el mundo’, así Rafael Fuertes recuerda que la población mundial crece a tasas de 2,7 personas por segundo. Además de señalar la exportación y el negocio en Rusia, y preguntado sobre las oportunidades en China después de que España haya intensificado recientemente las relaciones, el presidente del grupo expone que es una gran noticia: “Nos abre más oportunidades en ese mercado emergente que tiene mucho recorrido, si bien para el chino todavía el jamón curado es como el sushi en España hace 15 años, ellos curan jamón pero muy poca cantidad y lo hacen para cocinar no para tapear”. En esta línea, recuerda la planta de jamón ibérico que la compañía ha desarrollado en Jabugo (Huelva), “donde la apuesta no es para el mercado nacional sino internacional”.

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