Manuel García: “Las explotaciones pequeñas de cabras tienen ya poco futuro”

Entrevista

Manuel García hace un año y medio que vendió su ganado tras toda la vida dedicado a la ganadería caprina

Ahora se dedica a la política y forma parte de la corporación municipal del Ayuntamiento de Canjáyar

Manuel García: “Las explotaciones pequeñas de cabras tienen ya poco futuro”
Manuel García: “Las explotaciones pequeñas de cabras tienen ya poco futuro” / Macarena González
Macarena González

15 de junio 2024 - 06:00

DEL campo a la política. Así ha cambiado la vida de este ex-cabrero canjilón, Manuel García, que tras más de treinta años dedicado al ganado caprino de leche, abandonó el corral para dedicarse a otra de sus grandes pasiones como teniente-alcalde del Ayuntamiento de Canjáyar. Y es que este hombre vale para lo que se proponga, y así lo demuestra en esta conversación con Diario de Almería en la que relata su vocación por el ganado mientras supervisa una de las obras del Plan de Fomento del Empleo Agrario (PFEA).

–Cabrero retirado, pero ¿Cuántos años te has llevado dedicado al sector caprino?¿Te viene de tradición familiar?

-Cuando yo tenía cinco años ya recuerdo que había cabras en mi casa, mi padre se dedicaba a esto y cuando él las quitó yo la recuperé. Así he estado toda la vida, dedicándome a las cabras, porque somos de raza de pastores.

–¿En qué consistía tu trabajo?

-En alimentar, guardar, ordeñar y pastorear a las cabras. Me levantaba a las seis de la mañana para ir a la nave a empezar a ordeñarlas, después las alimentaba y les acondicionaba el espacio para que estuvieran lo mejor posible. Luego sacaba al campo a las aproximadamente 300 cabras que me daban la leche necesaria para sacar adelante a mi familia.

-¿Por qué decidiste dejar el negocio de la ganadería?

-La leche empezó a bajar y yo estaba cansado. Hace apenas un año y medio que las dejé, pero con 63 años uno ya espera una vida más tranquila para llegar a la jubilación. Últimamente la leche bajó mucho y los precios comenzaron a subir de manera desorbitada, así que se me presentó la oportunidad, y las vendí muy bien vendidas. Igual no las hubiese vendido tan pronto pero no podía dejar escapar una buena oferta.

–Dejas las cabras, y apuestas por la política. ¿Por qué este salto? ¿Qué relación tiene un trabajo y otro?

-Bueno, no tienen nada que ver, no se parecen en nada. Lo que sí puedo decir es que siempre me ha gustado mucho estar metido en negocios y lo relacionado con la política. Formé parte del consejo rector de la Cooperativa Lechera de Los Filabres porque en cuanto entré como socio me ficharon. El hecho de estar en política en un pueblo tan pequeño como Canjáyar en el que se vive de la agricultura y la ganadería, me hace poder ayudar a los vecinos orientándoles según mis experiencias en el campo, permitiéndome además empatizar con las necesidades de ellos.

–¿Qué era lo que más te gustaba de tu trabajo? ¿Lo echas de menos?

-De mi trabajo me gustaba todo, y me sigue gustando. No lo echo de menos, porque lo que hago ahora también me apasiona, pero me acuerdo de ello todos los días. Son muchos ratos que se quedan para el recuerdo. Si tuviese que quedarme con algo, me quedo con el pastoreo y la satisfacción de ver a mis cabras comiendo al aire libre en toda su plenitud.

–¿Qué era lo más difícil para ti de ser pastor?

En la ganadería es todo difícil. Mucho trabajo durante todas las fases: ordeño, comida, parideras, lactación de los cabritos…Es sin duda un trabajo muy sacrificado en el que hay que poner mucha dedicación y que tiene que ser vocacional, si no te gusta es imposible sacarlo adelante porque se pierden muchas cosas en el camino y el esfuerzo es muy grande.

-¿Cómo crees que va a ser el futuro de la ganadería? ¿Se acabará perdiendo el pastoreo?

-Esa pregunta para mí es difícil. Creo que no se va a perder nunca pero las explotaciones pequeñas como la mía ya tienen poco futuro, pero las grandes cada día lo van a ser más y más. No es rentable tener 200 o 300 cabras, eso tiene los días contados.

–¿Qué le dirías a las nuevas generaciones que quieran dedicarse a esto?

-Si les gusta, adelante. Es un trabajo muy bonito, y lo más bonito del mundo es dedicarse a lo que a uno le gusta. Además las cosas han cambiado y hay muchas ayudas para jóvenes emprendedores del sector. Les animo a empezar, y que si emprenden, que sea a lo grande.

–¿Cómo ha cambiado este sector desde que empezó hasta hoy?

- Ha cambiado muchísimo. Cuando estaba en la Cooperativa, había aproximadamente 700 u 800 socios ganaderos y aunque no te puedo decir exactamente la cantidad de litros que echábamos, pero hoy con 100 ganaderos se recogen muchos más. Eso es porque las explotaciones son mucho más grandes y están mejor preparadas. Ahora es mucho más rentable tener una explotación grande que tener pequeñas explotaciones, porque estas están abogadas al fracaso, de hecho sólo si dispone de una gran cantidad de animales vas a poder vivir de ello. Aunque la inversión sea mayor, merece la pena.

La OCA, apoyo imprescindible para emprender

Manuel García, una vez retirado del sector ganadero caprino, anima a los jóvenes a seguir apostando por este negocio “de toda la vida” y a informarse sobre las ventajas disponibles para contribuir con el relevo generacional. Gracias a su presencia en el Ayuntamiento de Canjáyar como concejal, ha experimentado un contacto aún más directo con la Oficina Comarcal Agraria (OCA), donde se encargan de todas las labores administrativas que tienen que ver con la agricultura y la ganadería. “Desde que estoy en el consistorio estoy enterado de todas las subvenciones que se ofrecen hoy en día, algo que envidio porque en mis tiempos las ayudas y oportunidades para emprender estaban muy limitadas. “Existen subvenciones buenísimas que dan un importante impulso para empezar en este mundo, haciéndote el camino muchísimo más fácil”. “Eso sí, hay que trabajar mucho porque las subvenciones no lo son todo".

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