Mare Siccus lo hace de nuevo: lanzan el 'snack de mejillón'
Después del polvo de pulpo, la empresa especializada en el secado de pescados, vuelve a conquistar el sector gourmet con un nuevo producto y con un formato que ya han patentado
Mare Siccus es una empresa familiar y joven (nació hace poco más de tres años) que ha irrumpido con fuerza en el sector alimentario con una gama de productos gourmet muy novedosos, artesanales y que guardan una relación muy directa con una de las tradiciones más importantes de su lugar de nacimiento: el secado de pescados de Adra, municipio pesquero por antonomasia.
María José y Eusebio Alcázar son los responsables, con su gran trabajo y creatividad, de haber recuperado y dar a conocer una práctica con tanta solera en la idiosincrasia almeriense y ponerla en el mercado como una novedad que está conquistando los paladares.... ya de buena parte del mundo.
Ese es precisamente su objetivo y lo están consiguiendo: ofrecer productos de gran calidad y dar a conocer esta forma tan peculiar de consumir productos del mar a todos los amantes del buen comer.
Después de triunfar con el pulpo seco y dar el golpe sobre la mesa definitivo con el polvo de pulpo seco, un producto este patentado, reconocible y reconocido por todo el sector gourmet del país y que se ha convertido en un condimento indispensable en muchas cocinas de chefs Estrella Michelin, a principios del pasado mes de mayo y en el marco del Salón de Gourmets en Madrid, la firma abderitana presentaba un nuevo producto que dejó sin palabras a los profesionales del sector. Cuando parecía difícil dar un paso más allá, Mare Siccus mostraba al mundo el snack de mejillón, también seco, claro, un delicioso aperitivo con todo el sabor del mar.
"Este nuevo producto se erige como un nuevo formato, o más bien concepto, de comer mejillón. Es crujiente como una patata frita o chip, y una vez entra en boca comienzan a salir todos esos matices del sabor propio de este producto. Además, como aperitivo es muy saludable y, como no, exquisito para el paladar", explica María José Alcázar, gerente de Mare Siccus, junto a su marido, Eusebio, creador del gran abanico de productos con el que cuentan.
Ha sido precisamente esta semana, y después de su presentación en Salón de Gourmets donde quedó como uno de los finalistas y fue cocinado en varias demostraciones con los chefs más prestigiosos, cuando ha sido lanzado al mercado de manera definitiva.
Este snack, que cruje igual que las chips al llevárselo a la boca, se comercializa a través de la página web de la firma (www.secaderodepulpomaresiccus.com) en latas de 45 gramos. "Y probablemente sacaremos otro tipo de formato industrial y adaptado al sector hostelero", adelanta la familia Alcázar.
Precisamente con el mejillón, y su nuevo formato, además de hacer un producto muy atractivo para el ámbito gourmet y de la alta cocina, Mare Siccus ha conseguido hacerlo también más accesible a los más pequeños. Ese nuevo concepto fácil de consumir y que se asemeja a las chips de patata, tan atractivas para los niños, hace ahora que el mejillón también pueda entrar entre sus 'golosinas'.
Todos los productos de Mare Siccus, además de poder tomarse por si solos, son un excelente complemento en otras recetas. Como por ejemplo, el polvo de pulpo seco para paellas, risottos, cremas... que da mucho juego en la cocina. Un auténtico regalo para la alta cocina, que permite combinarlo de muchas maneras diferentes.
Mare Siccus utiliza la mejor materia prima para la elaboración de sus productos secos. Y como no, toda ella proviene exclusivamente de las lonjas del Mediterráneo andaluz, especialmente de las almerienses. El proceso de elaboración, realizado por Eusebio Alcázar y que realizan en sus instalaciones de Adra, es totalmente artesanal y exhaustivo, necesitando un desarrollo lento desde que entra el pescado hasta que sale ya envasado, lo que le da un valor añadido aún mayor si cabe.
El amplio abanico de gourmet de Mare Siccus lo completan los lomos de caballa oreada, lomos de pintarroja seca, espeto de boquerón seco e incluso, casquería de pulpo, este último un producto pionero y más económico, destinado a dar sabor a muchas recetas y que encaja a la perfección en el sector de la hostelería más tradicional.
Sus principales clientes son los restaurantes más prestigiosos y después de conseguir presencia en prácticamente todas las provincias de la geografía española, y creciendo, Mare Siccus ha comenzado también a comercializar sus productos fuera de nuestras fronteras en el presente 2018. Italia, Grecia, e incluso China, son algunos de los destinos donde ya han aterrizado. Pero lo tienen claro: "Queremos ir poco a poco, no a lo loco, y crecer de manera sostenida y tener capacidad de absorber la demanda que nos a surgiendo", asegura María José Alcázar sobre la filosofía de una firma que, a buen seguro nos volverá a sorprender de nuevo cuando parecía imposible hacerlo. Mientras tanto, los consumidores son los que disfrutan de su inigualable porfolio de productos. Esos que han conquistado hasta a los paladares más exigentes y que están llevando la tradición almeriense, y esencialmente la de un municipio marinero como Adra, por todos los rincones del mundo.
Una tradición familiar que siguen manteniendo muy viva
María José y Eusebio Alcázar son claros ejemplos de emprendimiento y éxito. Amantes de las tradiciones de siempre, las de su propia familia que otrora estuvo ligada al mar al igual que la de muchos abderitanos donde antes de que llegara la agricultura, la pesca era el principal motor económico, han sabido recuperar tan antigua y arraigada práctica de la mejor manera. El trabajo duro y los dotes especiales de Eusebio a la hora de llevar a cabo el secado, que rozan lo artístico, han dado lugar a una gama de productos que no deja indiferente a nadie y que destaca por un sabor capaz de deleitar los sentidos, haciendo de esta técnica de preservación de alimentos con tanta solera una novedad en el ámbito de la cocina. La familia Alcázar siempre ha tenido un eminente carácter marinero. Varias generaciones en las que el pulpo colgado, en pleno proceso de secado, era un habitual de la ornamentación del hogar. "Incluso, en fotos familiares de nuestros padres, tíos o abuelos... que se remontan a hace más de cuarenta años, siempre se veían". Hoy, son ellos los que mantienen esta tradición muy viva.
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