En menos de una década, Almería, como principal productora y comercializadora española de tomate, ha pasado de ocupar la tercera posición en el ranking mundial como exportadora tras México y Países Bajos en la campaña 2012-2013 a situarse en la quinta posición al ser adelantada por Marruecos y Turquía. Así lo expone Roberto García Torrente, director de Desarrollo Sostenible de Cajamar durante la presentación del ‘Análisis de la Campaña Hortofrutícola de Almería 2020-2021’.

Y es que el tomate sigue perdiendo peso en el campo almeriense y, por tanto, en su venta exterior. En cuanto a superficie, las hectáreas de tomate continúan descendiendo, aunque a un ritmo menor que en anteriores campañas, de manera que en la última temporada agrícola ha ocupado unas 8.423 hectáreas, un 2,75% menos que en la campaña 2019-2020, si bien, se percibe un descenso mayor observando las últimas cinco temporadas, entonces se aprecia una bajada del 15,17%.

En cuanto a producción, en el último ejercicio agrícola la cosecha en Almería de este cultivo ha sido de 739.363 toneladas, un -7,3%, si bien en la comparación de la campaña anterior con la media de las cinco precedentes la disminución en la producción es del -23,7%.

De acuerdo al informe de Cajamar, el tomate está siguiendo los pasos de la judía, siendo en este caso aún más negativo para la provincia debido a la importancia económica que tiene en el sector. Los principales motivos de esta regresión de la producción son, de acuerdo al análisis de campaña: la competencia creciente en el mercado, siendo el tomate la hortaliza con mayor presión por parte de otros orígenes de producción; el incremento de especialidades de tomate, con menores rendimientos por hectárea; el incremento de los costes, especialmente el correspondiente a la mano de obra a partir de 2019; la disponibilidad de agua de mejor calidad procedente de desaladora en zonas de producción tradicionalmente destinadas a tomate y que ahora permite una mayor diversificación de cultivos; y la libre elección de cultivos por parte del agricultor para optar por otras hortalizas.

Con todo esto, el aumento del precio medio de tomate, que se ha situado en los 0,70 euros el kilo frente a los 0,65 euros de la campaña 2019-2020, no ha podido compensar la menor producción. En este sentido, los ingresos de los agricultores que han trabajado con tomate en la pasada temporada han caído un 0,44%.

Respecto al comercio exterior, las exportaciones de tomate han alcanzado las 379.413 toneladas, cifra que representa un -5,7% en cuanto a la campaña anterior y un 27,5% menos si el análisis se amplía a los últimos cinco años. En este sentido, su peso en las exportaciones hortofrutícolas almerienses respecto al total ha vuelto a descender, situándose en un 13,8% el menor volumen desde la campaña 2005/06; llegando a ser del 26,35% en la temporada 2012-2013.

En cuanto a su valor comercializado en el exterior es de 4,9 millones de euros, lo que supone un -1,5%; un -4,2% si el análisis se amplía a cinco años.