Campaña de primavera en el campo
  • Crece la superficie destinada a sandía (+3%), y especialmente a melón (+6%), que ya la pasada campaña tuvo una subida en su comercialización del 15% dejando atrás años en los que parecía abonado al ostracismo

  • Ambos cultivos aglutinarán casi 14.000 hectáreas según las previsiones de Coexphal

Melón y sandía almeriense: el sabor que marca el verano

Hace un lustro el melón parecía condenado a la desaparición, pero la demanda ha hecho que vuelva a resurgir en el campo almeriense y crece a un mayor ritmo que la sandía. Hace un lustro el melón parecía condenado a la desaparición, pero la demanda ha hecho que vuelva a resurgir en el campo almeriense y crece a un mayor ritmo que la sandía.

Hace un lustro el melón parecía condenado a la desaparición, pero la demanda ha hecho que vuelva a resurgir en el campo almeriense y crece a un mayor ritmo que la sandía. / Rafael González (El Ejido)

Una campaña más, ya en estas fechas, comienza a cuajar la primavera en el campo almeriense, o lo que es lo mismo, los primeros melones y sandías; el sabor que marca el verano y en el que el sector de la provincia es un referente productor en el continente.

Son muchos los agricultores de la provincia que se lanzan al cultivo de estas, las variedades primaverales, para ajustar los ingresos de unas campañas que cada vez son más duras en lo que a precio se refiere. Y claro, en las últimas campañas, de manera sostenida, pero sí que viene creciendo la superficie destinada a estos cultivos dada la situación que se ha registrado en origen con las cotizaciones. Y es que, también hay que tener en cuenta que los costes de producción de melón y sandía hacen que merezca la pena quitar antes de tiempo el pepino, el pimiento o el tomate.

Sin embargo, si se atiende al transcurso de la actual campaña 2020-2021, los precios de momento parecen han registrado una mejora prácticamente en todos los cultivos y por tanto, se antoja como una incógnita cuál será el comportamiento del agricultor que en los últimos cursos había apostado todo al melón y la sandía. Alargar o no, cuestión esta que este año sí que parece una auténtica encrucijada.

Las organizaciones agrarias y las asociaciones de la comercialización almeriense llevan trabajando desde hace meses para conocer cuál será este comportamiento, y con los datos y registros mostrados ya hay una aproximación a las primeras previsiones que deparará esta campaña de primavera en el campo almeriense.

El Departamento de Inteligencia de Mercados de Coexphal, que trabaja en una nutrida representación de comercializadoras productoras de ambos cultivos en Almería, 29 en el caso del melón y 32 de la sandía; arroja que en el caso de esta última se espera que se cultiven unas 10.800 hectáreas de que producirán aproximadamente 627.000 toneladas, lo que supone un incremento del 3%, tendiendo a la variedad mini. Aunque avisan que estas son cifras provisionales y que luego pueden variar, por eso de estar ahora en un momento clave para muchos de los productores en su decisión de alargar o decantarse por las frutas del verano por antonomasia.

Por su parte, en el caso del melón, la superficie rondará las 2.930 hectáreas con una producción de 130.000 toneladas, Esto es una subida muy considerable que se tasa en un 6%, donde principalmente mejora el volumen del melón amarillo.

El melón, ya la campaña pasada tuvo una importante subida, por lo que su presencia vuelve a tomar cuerpo después de unos años en los que llegó a estar casi denostado. En la 2019-2020 se comercializaron 56.756.666 kilos, por los 49.558.030 de la 2018-2019; un 15% más. Además, atendiendo a la comparativa del pasado curso, esta comercialización fue de un 23% más con respecto a las tres campañas anteriores.

El melón almeriense llegó de abril a julio del pasado 2020 a 26 países, siendo el grueso por volumen Centroeuropa. Alemania fue el principal destino, a donde llegó un 8% más que en 2019. Eso sí, se vendió más barato, un 6% menos. Llamativo fue el aumento de volumen (43% más) y de precio (+32%) en el caso de Reino Unido, en segundo lugar. En cómputo general, el valor exportado fue de casi 21 millones de euros, un 8% más.

En Sandía, el crecimiento también se registró en todos estos parámetros, pero no de manera tan acentuada. Almería comercializó 365.721.008 kilos por los 362.779.920 del 2019; un 1% más, y su aumento fue del 6% comparándolo con las tres campañas anteriores.

Eso sí, a diferencia del melón, ésta perdió valor en los mercados. Se puso algo menos de cantidad, un 6%, pero se comercializó un 15% más barata, alcanzando los 73.744.000 euros.

Ambos cultivos son muy fluctuantes, y la demanda suele depender mucho de la climatología que se registre en los países importadores de los productos almerienses. Y claro, esta crece si las temperaturas suben.

También influye en el precio las que comercializan otros países, que en el caso de España son cada vez más las que llegan en detrimento del producto nacional. Los datos muestran cómo se han multiplicado casi por 9 durante el último lustro, al pasar de 10.572 toneladas en 2014 hasta las 88.603 toneladas del pasado año. Así se desprende el estudio elaborado por la organización agraria Coag, que destaca especialmente la entrada de este producto coincidiendo con la salida de las primeras sandías españolas al mercado.

“Importadores y plataformas de compra de cadenas de distribución concentran el grueso de las mismas entre marzo y junio (88% del total) para forzar unos precios a la baja en el inicio de nuestra campaña y mantener una tensión artificial que lastra la rentabilidad de nuestra producción”, subraya Andrés Góngora, responsable del sector de frutas y hortalizas de Coag.

Por países destaca especialmente la procedencia de Marruecos: en 2020 supusieron el 81% del total de sandías importadas, seguidas a gran distancia por las de Senegal (10%) y Brasil (1,8%). Este producto tiene liberalizada su entrada a la Unión Europea por los acuerdos comerciales entre la UE y Marruecos. “Lo denunciamos en su momento. Es caldo de cultivo para la especulación de multinacionales euro-marroquís. Acabamos engordando la cuenta de resultados de unos pocos a costa de sacrificar el futuro de nuestros agricultores”, recuerda Góngora.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios