Miguel Ángel y la fábrica de chocolate
Berja alumbra la primera chocolatería de la provincia desde el siglo XIX
Un joven amante de la repostería junto a tres amigos ha dado vida a un negocio que en un año no para de crecer
Después de casi dos siglos, la provincia recupera una tradición con tanta solera como es la fabricación y elaboración del chocolate para hacer las delicias de los paladares más exigentes. Miguel Ángel Rodríguez, un joven virgitano de origen motrileño, es el artífice de que Almería tenga hoy chocolate con sello propio.
Hace poco más de un año, y casi de casualidad, este emprendedor dejó su trabajo como comercial de productos de limpieza para instalar su fábrica con otros tres amigos, que le animaron y se sumaron a este dulce proyecto cuya acogida ya sobrepasa con creces las expectativas con las que lo iniciaron.
Miguel Ángel, que siempre había tenido en el chocolate su gran pasión, viajó hasta Barcelona para formarse en obradores de prestigio y junto a los mejores artesanos. Una aventura que le sirvió para conocer todos los entresijos y las posibilidades que ofrece el que puede ser uno de los alimentos más codiciados del mundo y la joya de la corona en el ámbito de la repostería.
Constituyó la cooperativa Alpujarra'Delicassi junto a sus socios y gracias al Ayuntamiento de Berja se instalaron en el vivero de empresas del municipio, dentro del Polígono Las Tomilleras en una nave donde estos días se trabaja a un ritmo frenético para dar salida a la importante demanda con la que cuentan.
"Ahora con la Semana Santa a la vuelta de la esquina los encargos aumentan, igual que pasó con otras fechas señaladas como Navidad o San Valentín. Trabajamos los cuatro socios por turnos, pero en periodos así contratamos a dos personas más", explica Rodríguez sobre su fábrica de chocolate que, además de deleitar los sentidos de los almerienses, también ha conseguido generar puestos de trabajo.
Pese su poco tiempo en liza, la Fábrica de Chocolate La Virgitana dispone de un total de 85 variedades diferentes de chocolate donde Miguel Ángel ha sabido materializar su gran creatividad.
Tabletas, bombones y delicias de chocolate mezclados con sabores casi inimaginables forman parte del abanico de posibilidades de este templo del cacao. Mango, galleta, naranja, melón, chicle, menta, nuez, almendra, kiwi... son solo algunas de las combinaciones casi desconocidas y cuyo sabor no deja indiferente a nadie.
La Virgitana obtiene el cacao con el que trabaja, 100% natural, desde Ecuador y Sudáfrica principalmente. Y para la elaboración de sus chocolates lo combina con "productos también naturales y especialmente con los que trabajan otras empresas artesanas como nosotros", explica Rodríguez sobre una apuesta que le da un mayor valor añadido si cabe a un producto ya de pos sí característico y que se erige como garante de las bondades gastronómicas de Almería allá donde va.
Además, cabe destacar que prácticamente el 99% de sus variedades de chocolate son sin gluten. Eso, unido a la creatividad y al sabor que le otorga ese proceder artesano de unas materias primas 100% naturales es lo que han convertido a esta chocolatería en un negocio distinto y del que los profesionales de la alta cocina ya se han hecho eco. De hecho, La Virgitana ya es cliente habitual de dos estrellas Michelin.
La próxima semana, La Virgitana en colaboración con Lasolana 2, una empresa familiar productora de Aceite de Oliva Virgen Extra y propietarios de una explotación agrícola en Cultivo Ecológico, presentarán el bombón y la tableta de AOVE, una delicatessen que pone de manifiesto ese afán por la gastronomía local de Miguel Ángel Rodríguez e imprimir ese carácter innovador en sus chocolates a través de las bondades alimenticias de la tierra.
Actualmente en la fábrica de chocolate almeriense elaboran del orden de 500 tabletas de media diarias "y bombones no sabría decirte, pero miles"; por las 200 que salían cuando empezaron esta aventura. Este volumen arroja una media de unas 6.000 tabletas al mes.
El proceso para la elaboración de las tabletas tiene su clave en la templadora de chocolate, donde se mezclan los ingredientes a la temperatura óptima. Y no menos importante es el siguiente paso, donde Miguel Ángel manipula el chocolate de manera artesanal para que la cristalización de la manteca de cacao sea estable.
Una vez alcanzado el estado deseado, se vierte la mezcla en los moldes, donde se la adereza con los frutos secos u otras delicias como fruta, por nombrar algunas de las posibilidades. En torno a unas 24-36 horas después la mezcla ya ha alcanzado su estado de solidificación para ser consumida.
"El clima de Berja es muy benigno para la elaboración del chocolate y por mi aprendizaje se que es un factor esencial, de no ser así las condiciones del local tendrían que ser distintas para aislar la materia prima", explica Rodríguez, quien no esconde su orgullo por la gran aceptación y las muestras de cariño que está recibiendo tanto en Berja, como en el sector de la alimentación en general, que han acogido sus productos con los brazos abiertos y le han depositado su confianza, especialmente dentro del mundo de la hostelería.
Este joven emprendedor es consciente de que no solo con un gran producto se consiguen los objetivos. Por eso, la única fábrica de chocolate almeriense tiene una importante agenda de ferias alimentarias en las que participará y a donde llevará el nombre de Berja y la provincia. La próxima parada será la 3ª edición de Andalucía Productores en Arcos de la Frontera, Cádiz del 10 al 12 de Marzo. Mientras tanto, continúa con su labor de promoción a nivel provincial y ya prepara su participación en ferias de mayor calado a nivel nacional bajo el paraguas de Diputación con la 'Sabores de Almería', de la que forma parte.
Reciben grupos de escolares para aprender el proceso de elaboración
Como buena chocolatería que se precie, La Virgitana realiza visitas guiadas dirigidas a escolares a fin de que conozcan la elaboración de uno de sus alimentos preferidos. Tal y como sucedía en la afamada novela 'Charlie y la fábrica de chocolate' del escritor galés Roald Dahl, Miguel Ángel Rodríguez ejerce de anfitrión para decenas de niños a los que muestra sus instalaciones y lo mejor de todo, les pone el mono de trabajo y les enseña a que sean ellos mismos quienes se pongan manos a la obra en el obrador para elaborar las tabletas de chocolate a su gusto. De lacasitos, chicle o conguitos son algunas de las más demandas por unos pequeños que viven una experiencia poco habitual a la vez que enriquecedora para ellos. La próxima semana recibirán la visita de un colegio del término municipal de Níjar y hasta final de curso serán muchos los que pasen por La Fábrica.
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