"Muchas madres prefieren alimentar con productos ecológicos a sus hijos"

La base de todo es la alimentación. Eso es lo que deben pensar las madres que acuden religiosamente a hacer la compra a la tienda de productos ecológicos Semilla Verde. Anteponer la calidad al precio o la cantidad es la premisa básica a la hora de entrar en un negocio de este tipo. El incremento en el coste de los artículos biológicos supone en algunos casos (huevos, carne) hasta el doble respecto a los que se comercializan en los negocios tradicionales, véase grandes superficies o establecimientos de barrio. Sin embargo, en los últimos años son muchos los progenitores que "prefieren alimentar primero a sus hijos" con productos ecológicos y, "si pueden, también los comen ellos mismos", explica la dueña de la firma, Luisa Díaz Gálvez.

La clave de esta manutención podría resumirse en una palabra: frugalidad. "Yo prefiero comer un huevo a la semana, pero que sea bueno", afirma Díaz. Los productos ecológicos alimentan y sacian más, por eso "quizá no haya que comer tanto, sino más sano. Además, los convencionales se compran de manera masiva por su menor coste, y suelen ir a parar a la basura con menos reparos que los orgánicos.

La sociedad europea se sumerge poco a poco en una tendencia hacia lo orgánico que, desde hace unos años, viene impregnando también a los almerienses. No podía ser de otra manera. La provincia ostenta el liderato en cuanto a producción hortofrutícola de tipo ecológico con una superficie que ocupa algo más de 34.000 hectáreas, lo que representa el 5,86% de toda Andalucía.

El creador de Semilla Verde supo ver este viraje ecológico ya en 1999, año en el que abrió el negocio. Dos años después se lo traspasó a la propietaria actual, Luisa Díaz, no sin antes asegurarse de que seguiría su 'espíritu verde'. Desde entonces, la sociedad ha ido ampliando su oferta, hasta tal punto que en 2005 fue necesario trasladarse a un local más grande.

Las ventas se han ido incrementando "sobre todo de dos años a esta parte por el boca a boca y algunas campañas televisivas", explica la propietaria. También han sido de gran ayuda las iniciativas a las que se han ido sumando: Ferial, Terracultura, ciclos de cine ecológico...

Todo es poco para fomentar la visibilidad y el interés de los clientes, dada la "falta de publicidad por parte de las instituciones", asegura Díaz.

En un intento de dar una "mayor seguridad y garantía a los compradores", desde Semilla Verde se ha solicitado el Certificado de Tienda Ecológica al Comité Andaluz de Agricultura Ecológica (CAAE). No obstante, todos y cada uno de los artículos que se venden, independientemente del país de procedencia, llevan el sello o aval ecológico que los acredita como libres de cualquier sustancia química o perjudicial para el medio ambiente.

Consumir ecológicos implica elegir una opción de vida. No es sólo comer más sano, explica Díaz, también significa "colaborar con el medio ambiente, con la biodiversidad y con que los agricultores tengan unas condiciones de trabajo más saludables".

Otro de los motivos que acercan a los compradores a este segmento de mercado es el progresivo aumento de las intolerancias alimentarias o la inclinación hacia culturas como el vegetarianismo.

En este pequeño minimercado que es Semilla Verde se puede encontrar cualquier producto, desde frutas y verduras a lácteos, carne, pañales, cosméticos o detergentes para la limpieza del hogar, entre otros. La sección de verdulería es totalmente almeriense. "Intentamos obtener productos lo más locales posibles, es nuestra filosofía", asevera la propietaria del negocio. Los que no se pueden adquirir en la provincia se suministran desde Andalucía, el resto de España o países como Francia, Italia, Alemania y Japón. Aunque cada vez hay más empresas andaluzas que, además de cultivar su género, lo envasan.

La pregunta es obligada: ¿has comido sano hoy?