Finanzas
  • Los hermanos Zamani montan ladrillo a ladrillo su centro de entrenamiento, que hoy lunes estrenan

  • Son marroquíes, llevan 19 años en Almería y destacan la valía profesional de su barrio de adopción

  • Gimnasios urbanos en los parques de Almería

'PowerFull': un negocio deportivo en Almería desde la humildad del Puche

Said, con su grupo de entrenamiento en Las Almadrabillas. Said, con su grupo de entrenamiento en Las Almadrabillas.

Said, con su grupo de entrenamiento en Las Almadrabillas. / Rafael González

Escrito por

· Pablo Laynez

Redactor

Los Zamani, Said y Youssef, están dando la última mano de pintura a su nuevo local de trabajo bajo techo, mientras se despiden a de su antiguo local de trabajo bajo el sol. O la luna. Gozan de unas vistas privilegiadas al Mediterráneo, eso sí, en el pequeño parque de calistenia que hay en Las Almadrabillas. Pero como empresarios del deporte que son, saben que tienen que ofrecer un producto de calidad a sus clientes y cuatro paredes siempre transmiten más confianza que la calle. Además, quien ha entrenado al raso, sabe lo que significa el sol almeriense a partir de primavera, lo molesto que llega a ser el aire y las ganas de que aparezca las famosas avionetas yoduro de plata cuando vienen cuatro nubes con ganas de verter barro.

Como para tantos otros, la pandemia marcó un antes y un después en la vida de ambos. Pero en su caso, positivo por lo menos a nivel laboral. Su vida siempre ha estado ligada al deporte, han trabajado en diferentes gimnasio y en los meses esos de la nueva normalidad en los que se podía entrenar en la calle, pero no en los locales, decidieron emprender el negocio por su cuenta. “Conozco bien este mundo, poco a poco nos hacemos ido haciendo nuestra cartera de clientes y confiamos mucho en nuestra personalidad, somos peculiares y creo que eso gusta”, asegura Said en el parque de calistenia de Las Almadrabillas donde ha entrenado a diferentes grupos de almerienses hasta el domingo.

Y es que desde hoy, el negocio se traslada a la calle Universidad de Texas, paralela a San Juan Bosco. Allí, los Zamani han montado su centro de trabajo físico. Y lo han hecho con el sudor de su frente. Pero sudor de real. no metafórico. En los ratos libres entre grupo de entrenamiento y grupo de entrenamiento, Said y Youssef cogían martillo, cincel, brocha y pintura. Dos años pasando de la sentadilla al martillazo, de trabajar la propiocepción en bosu a instalar las tuberías de desagüe. “Entre mi hermano y yo, y unos familiares que son oficiales de obras, lo hemos ido haciendo”, dice Said, que quiere agradecer a la Asociación Ítaca que siempre “haya estado allí” con ellos y que les haya “abierto puertas” cuando otros se lo cerraban.

Sus orígenes humildes les han inoculado el adn del sufrimiento, del trabajo y la constancia para salir adelante. Magrebíes de nacimiento, estos dos jóvenes empresarios llevan 19 años viviendo en un barrio obrero como es el Puche. La mala fama persigue a los vecinos de estas viviendas, pero ellos se empeñan en demostrar que más allá de la marginalidad, allí vive “buena gente, humilde”, con ganas de entrar al mercado laboral.

El preparador corrige una posición en trabajo con pesas rusas. El preparador corrige una posición en trabajo con pesas rusas.

El preparador corrige una posición en trabajo con pesas rusas. / Rafael González

“Los chicos del barrio también quieren salir adelante y hacer una vida mejor. Hay algunos que han conseguido carreras importantes como policía o maestro”, indica orgulloso: “Pero cuando salimos de allí, comenzamos a vivir rechazos o discriminación, simplemente por ser del Puche y de otro origen. Mi consejo a toda mi gente es que trabajen, que sean buenas personas, que no se echen atrás por un comentario negativo, porque hay vecinos que se han quedado atrás por comentarios raciales o discriminación”. Razón no le falta, como también le da la razón su lucha para llegar a ser un pequeño empresario almeriense.

Así, este lunes los dos hermanos inauguran el centro de entrenamiento del club ‘PowerFull’. Sin miedo al fracaso, con ganas de éxito. Como quien empieza con las dominadas, lleva cinco y ve que hombros y bíceps responden a la perfección. “Sé que nos va ir muy bien. Un negocio para nosotros es un sueño, hemos atravesado muchas puertas y lo hemos hecho en nuestra tierra, Almería. Lo vamos a disfrutar y que todos los almerienses disfruten a nuestro lado”, comenta el marroquí, dichoso de su barrio de adopción, el Puche, y por supuesto de su ciudad, que ha alumbrado su primer negocio. Valor y a trabajar.

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