Productos ecológicos, vino y aceite, en el top de más riesgo de fraude

Bruselas propone analizar la estafa alimentaria para ganar la confianza del consumidor

La Plaza Vieja de Almería acogió a principios del pasado mes de julio una feria de productos ecológicos.
La Plaza Vieja de Almería acogió a principios del pasado mes de julio una feria de productos ecológicos.
E. Sancho

07 de diciembre 2013 - 01:00

Los controles para evitar el fraude alimentario cada vez son mayores gracias a los avances tecnológicos que aparecen en el ámbito de la alimentación. Pese a ello, en ocasiones aparecen nuevos casos que afectan de manera negativa la confianza de los consumidores. Fruto de la necesidad de ganar esta confianza en la seguridad y calidad de los alimentos, la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo ha presentado un "proyecto de informe sobre la crisis alimentaria, el fraude en la cadena alimentaria y el control de los mismos", tal como ha publicdo la Revista Consumer, que edita Eroski, en un artículo que explica cuáles son los casos más habituales y cómo dar apoyo legislativo a este problema para desempeñar un mayor control.

Cuando se habla de fraude alimentario se suelen emplear palabras como "sustitución","adulteración" o "manipulación". Según el informe del Parlamento Europeo, la lucha contra el fraude alimentario "es relativamente nueva" ya que "en el pasado nunca ha sido una prioridad clave de legislación y ejecución a nivel de la UE o nacional". Los europarlamentarios destacan la necesidad de aportar mayor información sobre qué es el fraude alimentario para poder hacerle frente, a través del intercambio de información entre países cuando se detecta algún caso. Los expertos plantean medidas como esta con la finalidad de frenar la tendencia al alza de este tipo de problemas.

Entre los casos más habituales de fraude se encuentran sustituir ingredientes, etiquetar de forma incorrecta, vender alimentos convencionales como ecológicos o usar logotipos con un origen o calidad específicos en materia de bienestar animal son algunos de los casos más recientes detectados, según el informe. Por tanto, hablar de fraude alimentario podría definirse como "el incumplimiento de la legislación alimentaria o la inducción a error del consumidor, la intencionalidad, o el lucro económico". El mismo documento enumera los alimentos con más riesgo de fraude alimentario: aceite de oliva, pescado, productos ecológicos, cereales, miel, café, té, especias, vino, ciertos zumos de frutas y leche. El fraude alimentario suele ser un acto intencional para obtener beneficios, mientras que un incidente de seguridad alimentaria es un acto no intencionado.

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