Restaurar canteras, una inversión en sostenibilidad ambiental y social
La ley exige a la minería que recupere las zonas que ha explotado para la extracción de materiales no energéticos · Holcim va más allá: posee una Guía de Restauración, reforesta y promueve la biodiversidad
La Constitución Española recoge, en su artículo 45.2: "Los poderes públicos velarán por la utilización racional de todos los recursos naturales, con el fin de proteger y mejorar la calidad de la vida y defender y restaurar el medio ambiente, apoyándose en la indispensable solidaridad colectiva". Es un ejemplo de la importancia de la restauración de las explotaciones mineras, que responde a dos principios rectores que aparecen reflejados en la legislación y doctrina jurisprudencial: el uso racional de los recursos naturales y la armonización de los diversos intereses generales que concurren en las actividades extractivas y mineras.
Ello se completa con la Ley de Minas de 1973 y un Real Decreto de 1982 sobre Restauración del espacio natural afectado por actividades mineras. Como consecuencia, el titular de una solicitud de este tipo de explotaciones, debe presentar un Plan de Restauración del Espacio Natural, afectado por las labores extractivas, que una vez aprobado por la Administración, se convierte en obligatorio para el titular del derecho minero, para lo cual lo garantiza mediante el denominado 'Aval de Restauración'.
Andalucía cuenta con 823 explotaciones activas, según los datos que maneja la Asociación de Fabricantes de Áridos y Afines de la Comunidad Autónoma, que se corresponden con las sustancias objeto de análisis del Plan de Ordenación de Recursos Minerales de Andalucía, destacando Almería como la provincia con mayor número de explotaciones, 198, casi la cuarta parte del total en la región.
Por grupos de sustancias, la mayoría de ellas, casi el 70% de las explotaciones se corresponden a rocas industriales, áridos principalmente, y un 22% a rocas ornamentales, esencialmente explotaciones de mármol y caliza ornamental.
Enmarcado en su política ambiental, el Grupo Holcim va más allá de la obligación legal de la restauración de canteras y graveras, integrando la reforestación y el impulso a la biodiversidad en sus proyectos.
Precisamente, Holcim cuenta con una amplia Guía de Restauración, que recoge un decálogo de acciones: cumplir con los requisitos legales; conocer el depósito y sus impactos; formar un equipo multidisciplinar; implicar a los agentes sociales; planificar la restauración; realizar una provisión financiera; restaurar y controlar el proyecto; informar del estado de la restauración; revisar y actualizar la planificación de la iniciativa; y gestionar la documentación.
Con estas bases, Holcim actúa en cada restauración en función de una serie de variables, entre las que destacan el tipo de explotación y sus características, su entorno medioambiental y socioeconómico, sus tipos de uso del suelo, los intereses de las entidades locales, el acuerdo con los propietarios del terreno, la sostenibilidad durante la restauración y los costes de la misma.
Cada proceso de restauración es único, no existe una actuación estándar, sino que depende de cada tipo de explotación; se pueden diferenciar las canteras, cuyo uso del suelo antes de la actividad minera solía ser forestal, y las graveras, donde el uso previo solía ser agrícola.
"Restaurar no es solamente revegetar. Es un concepto más amplio en el que entran en juego los valores fundamentales del desarrollo sostenible", explican desde Holcim.
En este sentido, la restauración se considera una inversión en activos ambientales y nunca un coste adicional a la producción.
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