Rohig conserva la prehistoria de los invernaderos en dos 'insole'
El vivero de El Parador (Roquetas) tiene dos instalaciones semienterradas con paredes de ladrillo y cemento y doble capa de plástico · Cada año recibe a estudiantes de Agricultura que reviven el pasado del 'agro'
Los invernaderos y viveros de flor cortada y plantas ornamentales han ido proliferando en la provincia, especialmente en la zona del Poniente, durante los últimos años. Este tipo de segmento es una alternativa al más 'tradicional' en cuanto a cultivos invernados, el de productos hortofrutícolas. Los hay especializados en un determinado tipo de especies como los cactus y las suculentas y algunos más variados en los que se mezclan las flores 'de toda la vida' (geranios, rosas, hibiscus…) con especies 'raras' traídas desde diversos puntos del mundo.
El Jardín Vivero Rohig, ubicado en El Parador (Roquetas de Mar), va en esta segunda línea pero alberga un 'secreto' que lo hace único. Y es que dos de sus instalaciones invernadas, de 4.000 y 3.000 metros respectivamente, son del tipo insole, un modelo que forma parte de la "prehistoria" de estas estructuras y que se caracteriza por estar semienterrado y tener "doble capa de plástico y paredes de ladrillo y cemento".
Construirlos requería inversiones importantes por el tipo de materiales empleados y por la cantidad de tierra que había que extraer para lograr posicionarlos bajo el nivel del suelo. De hecho, para entrar en uno de ellos hay que agacharse y nada más dar el primer paso se nota el aumento de la humedad en el ambiente. Esta peculiaridad lo hace idóneo para la conservación de algunas especies.
El gerente de la empresa, Juan José Higuera, recuerda que su padre comenzó trabajando en este tipo de instalaciones que, ya por aquel entonces, contaban con "calefacción". Según cuenta son muy pocos los insole que se conservan actualmente y por eso cada año recibe la visita de alumnos de la Escuela de Formación de Agricultores, ávidos de conocer estas estructuras ya olvidadas.
La firma Rohig se creó en 1992. El próximo mes de marzo cumplirá veinte años.
En todo este tiempo su evolución ha sido constante. De los 600 metros iniciales con los que contaban las instalaciones centrales se pasó a los 1.200. El propietario de la empresa familiar, José Higuera, fue sumando nuevos productos a su oferta: plantas interior, exterior, leña o piedra artificial.
Actualmente su línea de negocio más 'fuerte' es la comercialización de plantas y flores ornamentales y accesorios complementarios, aunque su gama de servicios es mucho más amplia: decoración de interiores con plantas, piedra artificial y complementos; diseño, proyecto y plantación de jardines; limpieza y mantenimiento de jardines y piscinas; arreglos florales para ramos y centros de boda… Pese a la crisis el gerente asegura que las ventas no decaen. "Solo lo hicieron en el año fuerte de la crisis, en 2008. Cayeron un 20% y desde entonces nos hemos mantenido".
La mayor parte de sus productos proceden de Holanda y de productores locales o de provincias cercanas como Murcia aunque sí producen una de sus referencias: un manto de 3.500 Poinsetias o flores de Pascua ocupa un insole de 3.000 metros, listos para la comercialización en pocas semanas. "Normalmente se empiezan a vender a partir del 20 de noviembre".
En plantas de interior posee unas 200 variedades diferentes, en la gama de las exteriores la cifra aumenta hasta las 300 aproximadamente. Entre las más exóticas se puede observar una orquídea azul. "Su color es natural es muy rara de encontrar". Esta semana las ha traído por primera vez. Su originalidad duplica el precio respecto a otras orquídeas. "Ésta cuesta unos 39 euros… es algo más del doble incluso".
Otras de las 'rarezas' con que cuentan son las flores carnívoras Nepentes, las Medinillas, o la Amaryllis, más conocida como 'la suegra y la cuñada' porque sus dos flores miran en direcciones opuestas. También cuentan con bonsáis "autóctonos" de olivo, higuera o ficus y con una gran cantidad de árboles frutales que van de la naranja a la lima, el kiwi, el albaricoque o el pistacho.
Su cuota de venta se circusncribe al ámbito provincial, por lo que el stock se renueva continuamente para conservar la frescura de plantas y flores.
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