Solmeraya idea placas solares para aprovechar zonas inútiles del campo
El soporte y módulos flexibles de sus productos permiten su ubicación sobre superficies 'pasivas' como la cubierta de balsas, naves e invernaderos sin interferir con la producción agrícola
Aprovechar al máximo cada centímetro de espacio y obtener beneficios paralelos y complementarios a los generados por la actividad agrícola. Sobre estas dos premisas iniciales se apoya un nuevo concepto de placas solares fotovoltaicas flexibles ideado por la empresa de base tecnológica Solmeraya. Nacida hace apenas seis meses en la provincia de la mano de tres socios mayoritarios (Enrique Myro, José Antonio Navarro y la cooperativa murciana Alimer), la firma ha sido avalada con un crédito de 200.000 euros del proyecto Campus y ha recibido un premio de 3.000 euros del Consejo Social de la Universidad de Almería (UAL) como reconocimiento al mejor proyecto de base tecnológica del año.
La novedad del producto se basa en su adaptabilidad a cualquier superficie, haciéndolo idóneo para su instalación en zonas 'pasivas' del sector agrícola, como son la superficie de las balsas, la cubierta de naves y zonas de la parte superior de los invernaderos. Además, su protección con materiales plásticos mantiene la temperatura del agua y evita la pérdida por evaporación en balsas y la formación de algas, aportándole un valor añadido.
"Utilizando tecnología de segunda generación se consigue un peso diez veces menor que el de las placas tradicionales", explica uno de los promotores de la firma, Enrique Myro. Actualmente la investigación se encuentra "en su última fase", y se prevé iniciar la producción en la segunda quincena de octubre, en una nave provisional ubicada en Almería. "Siempre hay cosas que no funcionan y que hay que modificar", explica Myro, "y es cuando se comienza a producir cuando uno se da cuenta". Asimismo está en contacto con el PITA para ubicar allí su sede definitiva, con una factoría de ensamblaje que ocupará 450 metros cuadrados de superficie y para la cual han previsto una inversión que ronda los 400.000 euros.
Para el desarrollo de la investigación y del producto, la empresa ha establecido diversos contratos de colaboración con el Centro Catalán de Plástico y los departamentos de Ingeniería Rural y Economía Aplicada de la UAL y compra los módulos, ya fabricados, a factorías de Estados Unidos, Japón y Suiza, para después ensamblarlos y montarlos directamente en las superficies requeridas, aunque planea poder llegar a fabricarlos ella misma "a medio o largo plazo".
Aunque aún no han comenzado la fase de producción, Solmeraya tiene ya un par de pedidos de empresas de la provincia que servirán como "planta demostrativa".
También te puede interesar
Lo último