Finanzas

Tiendas de barrio y formato familiar ‘salvan’ la venta de chuches y snacks

  • La distribución se enfrenta a nuevos retos, como el cierre de tiendas especializadas y quioscos, a los que este año se ha sumado la crisis sanitaria que ha cambiado las formas de consumo

Rocío Jiménez y Patricia Contreras, socias de Jiménez y Contreras, con Fernando Jiménez, uno de los dos fundadores de la empresa

Rocío Jiménez y Patricia Contreras, socias de Jiménez y Contreras, con Fernando Jiménez, uno de los dos fundadores de la empresa / Javier Alonso (Almería)

Hace algo más de una década que la sociedad Jiménez y Contreras, dedicada a la venta y distribución de frutos secos, golosinas y aperitivos, entre otros, pasaba a la segunda generación. Fernando Jiménez y Juan Contreras dejaban paso a sus hijas Rocío y Patricia, respectivamente, al frente de la empresa en 2009. Las chucherías y los snacks siguen siendo debilidades para pequeños y también para mayores, pero son muchos los cambios a los que se enfrentan las dos gestoras y el sector en su conjunto, que como el resto, este año, además, han tenido que hacer frente a la pandemia y sus consecuencias.

Rocío Jiménez, socia de Jiménez y Contreras Rocío Jiménez, socia de Jiménez y Contreras

Rocío Jiménez, socia de Jiménez y Contreras / Javier Alonso (Almería)

Respecto a este último ejercicio, marcado por la crisis sanitaria derivada de la COVID-19, desde la empresa, ubicada en Huércal de Almería, señalan que ha sido las tiendas de barrio y el formato familiar los que la han salvado. A pesar de que el comercio online aumentaba, sobre todo, en los primeros meses de confinamiento, las compras en el comercio de proximidad también se incrementaron, como se refleja en el IV Observatorio para la Evolución del Comercio Electrónico en Alimentación 2020: Hacia la Proximidad Digital, presentado en verano por Asedas (Asociación de Empresas de Supermercados) y realizado junto a las universidades Complutense y Autónoma de Madrid y en el que se señala: “El comportamiento de los consumidores durante estas fechas pone de manifiesto la complementariedad de los canales físicos y digital. De hecho, los consumidores que más han crecido en comparación con el año 2019 son los “mixtos” (los que utilizan ambos canales), quienes han experimentado un incremento de un 4,8%”.

Jiménez y Contreras distribuye la firma Risi en Almería en exclusiva al igual que hará en breve con Borges

El negocio de la empresa se ha mantenido en “tablas” en 2020 respecto al año anterior. Ha habido pros y contras, así se ha disparado el consumo en el hogar, mientras las cantinas y los institutos, por ejemplo, cerraron. En este sentido, Rocío Jiménez explica: “Antes, el formato de impulso, es decir, la bolsa pequeña era el 90% de nuestro negocio, ahora es el formato familiar el que tiene ese peso. El consumidor prefiere llevarse el producto a casa para consumirlo allí”. Ella recuerda los momentos de incertidumbre tras la declaración del primer estado de alarma, cuando cerraron la empresa durante dos semanas porque no estaba claro que pudieran seguir trabajando, algo que finalmente sí sucedió al estar enmarcado su sector en alimentación y toda actividad relacionada con ella fue calificada de esencial. En esta línea, desde Jiménez y Contreras hacen un guiño a los trabajadores: “Tenemos cuatro autoventas, de los cuales dos llevan trabajando en la empresa bastantes años, otro entró a la par que nosotras y otro en enero de 2020, y todos han seguido trabajando sin negarse a salir a vender, están muy comprometidos con la empresa”.

Patricia Contreras, socia de Jiménez y Contreras Patricia Contreras, socia de Jiménez y Contreras

Patricia Contreras, socia de Jiménez y Contreras / Javier Alonso (Almería)

Rocío y Patricia dejaban sus trabajos anteriores para, en 2009, apostar por el negocio que habían emprendido sus progenitores: “Era una empresa que ha dado para vivir a dos familias, una de siete miembros y otra de cinco, y no podíamos rechazar la confianza depositada en nosotras”, expresan ambas a la vez que destacan la fortuna de contar en sus manos con “una empresa súper solvente, saneada financieramente, con la tesorería en las mejores condiciones y también en cuanto a personal laboral y marcas”. Pero poco a poco el sector y el tipo de consumo han ido cambiando y las ventas han ido menguando. Unos 20 años atrás, no había barrio que se librara de una tienda de chucherías, ahora, éstas casi han desaparecido, una historia similar que viven los quioscos, cada vez más residuales. Desde Jiménez y Contreras sirven a las pocas tiendas especializadas en este sector que quedan, pequeños supermercados que no son grandes superficies comerciales y tiendas de barrio; la empresa abarca toda la provincia de Almería gracias a sus cuatro autoventas y a un subdistribuidor alieneado que se encarga del Valle del Almanzora.

En cuanto a marcas y referencias, la empresa trabaja en exclusividad con una marca líder en el sector como es Risi, “en cualquier sitio de Almería que veáis un producto Risi lo llevamos nosotros, salvo las grandes superficies comerciales”, explican. A ella se suman otras como Fini, cuyas ventas, como detalla Jiménez, también se han disparado en formato de gominolas de 100 gramos envueltas, “el granel está desapareciendo, el consumo está tirando por lo familiar y por lo que nadie manipula, por lo que te llevas a casa y lo abres tú”. En su catálogo también se incluye la firma Chupa Chups, bebidas energéticas, cafés y, además, próximamente sumará Borges, que también distribuirá en exclusiva. Por otro lado, desde la firma también preparan bolsas para cumpleaños y fiestas que comercializan en tiendas y centros de ocio, con todo libre de alérgenos.

En estos años también ha cambiado la manera de trabajar. Al igual que sus padres hicieron a la hora de arrancar el negocio, Rocío y Patricia se suman a la salir a la calle con la finalidad de fidelizar y buscar nuevos clientes, posicionar expositores y dar apoyo al vendedor, tal y como señala Contreras, quien añade que además están introduciendo nuevas referencias para ampliar su oferta.

Jiménez y Contreras, 50 años de la primera distribuidora del sector en Almería

Fernando Jiménez, fundador de Jiménez y Contreras Fernando Jiménez, fundador de Jiménez y Contreras

Fernando Jiménez, fundador de Jiménez y Contreras / Javier Alonso (Almería)

En abril de 1971, Juan Contreras y Fernando Jiménez, que habían sido compañeros de trabajo hasta el momento, dieron el paso para emprender su propio negocio y convertirse en socios. Ambos venían de trabajar para la empresa Chupa Chups. Esta compañía tenía tres líneas de trabajo en cada demarcación: una liderada por el caramelo Chupa Chups, otra por Pitagol (hoy reconvertido en Melody Pops) y la tercera por regalices. Juan trabajaba en la línea de Chupa Chups, que de acompañamiento ofrecía otros productos como el Rebombón, y Fernando era promotor de la línea de Pitagol, en la que también ofertaba el chicle Niña o el caramelo Ñam Ñam. “Cuando empecé a trabajar me dieron un mapa en blanco con un círculo y me dijeron: esta es tú jurisdicción”, recuerda Fernando, quien tenía a seis personas a su cargo a las que acompañaba o sustituía cuando tocaba hacerlo. Al empezar, como a sus compañeros, a Fernando le tocó buscarse la vida y hacerse con clientes. Pero, más adelante, la empresa, con sede en Cataluña, decidió reducir las líneas. “Aquí solo hacía falta uno, iban a prescindir de Juan y a mí a ponerme como vendedor”. Fue en este momento cuando Fernando optó por desligarse de la empresa y por plantear constituir su propio negocio. Entonces habló con Juan y juntos crearon Jiménez y Contreras SL, compraron dos coches de segunda mano y empezaron a trabajar.

Ambos ya conocían la zona gracias a su anterior empleo, así que decidieron gestionar y vender, “Contactábamos con los proveedores y nos visitaban; cuando no teníamos citas cerrábamos y nos íbamos a la ruta para hacer la venta,”. Dedicaban largas horas a su negocio, pero recuerda con cariño su labor con Juan: “Trabajábamos codo con codo, congeniamos y siempre nos hemos llevado, muy bien como si fuéramos dos hermanos”. Pasado algún tiempo ampliaron plantilla desligándose de la venta y dedicándose más a los proveedores y a la gestión de la empresa. “Así hasta que nos jubilamos y delegamos en nuestras hijas”. Fernando y Juan arrancaron en un local en la calle Bidasoa de la capital donde permanecieron hasta 1989 cuando compraron la nave, en la que hoy persisten, en Huércal de Almería. Otra fecha importante para la empresa fue 1993 cuando empezaron a trabajar con Risi, con la que continúan en exclusividad. “Somos la primera empresa que hubo en Almería de distribución de golosinas. Entonces lo que se vendía mucho eran pipas, Chupa Chups, la gama de caramelos y chicles; eso era lo básico”.

En 2009, Juan y Fernando pasaron el testigo a Patricia y Rocío, “ellas tienen más competencia, para nosotros era más factible acceder al cliente para hacerle llegar los productos porque estaban faltos de ellos ya que no había competencia. Había otros almacenes, pero no distribuían”, recuerda Fernando Jiménez, cuya hija Rocío recalca: “Para mí han sido los mejores mentores, cómo han trabajado y luchado durante tantos años. Lo que han conseguido los dos sin ayuda y codo con codo es de admirar, así como la humildad y naturalidad con la que han trabajado siempre. Ahora hay dificultades por el consumo actual, pero no por cómo nos dejaron la empresa. Ha sido el mejor regalo”.

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