Vegacañada prevé un buen año de precios para el tomate pese a la Tuta

La firma prevé facturar 41 millones de euros con una producción cercana a los 60 millones de kilos · El precio que supone el cultivo de las solanáceas y la amenaza de la polilla hace que muchos opten por plantar productos alternativos

El tomate supone el 90% del producto que llega a Vegacañada.
El tomate supone el 90% del producto que llega a Vegacañada.
Virginia Hernández / El Alquián

12 de septiembre 2009 - 01:00

Como cada mañana, el altavoz anuncia el inicio de la sesión. El alboroto de la sala desaparece e, instantes después, una voz metálica comienza a cantar números. Los compradores atienden con calma, esperando a que llegue su cifra, aquella por la que van a pujar y que ya llevan en mente. Muchos son representantes de grandes compañías, hombres de negocios que conocen de sobra el campo y su otra cara, la comercialización.

La mecánica de las salas de subastas agrícolas es siempre la misma. No hay sopresas. No obstante, este baile de cifras supone un mundo para los agricultores que llevan allí su producto. Francisco López, director general de Vegacañada, es consciente de ello y lo refleja en su filosofía empresarial.

"Uno de nuestros mayores hitos es la promoción de la comunicación con los agricultores y el cliente", explica. "Hacemos varias reuniones antes, durante y después de la campaña para acordar actuaciones de cara a las plagas, saber qué plantarán en la temporada siguiente o para dar datos y estadísticas" .

Esta retroalimentación entre la empresa y los agricultores es fundamental ya que "cuando llueve nos mojamos todos" afirma, elocuente, el jefe máximo de la comercializadora.

Tras el "desastre" de precios de la campaña estival, que registró precios alarmantes en gran parte de la producción hortofrutícola a excepción del pimiento, las dudas sobre el devenir agrario son muchas. Y es que las 'plagas' que aquejan al sector hortofrutícola almeriense no son sólo de insectos como la Tuta absoluta. También está la de la crisis económica, que no cesa, o la del área comercial, que también afecta, y bastante. "Bajo mi punto de vista, las grandes cadenas han elegido la verdura como un elemento competitivo", asevera López.

Sin embargo, no hay mayor defensa que un buen ataque. La prevención se impone como elemento clave para la supervivencia. Ya en la campaña pasada, Vegacañada comenzó a implementar algunas medidas para paliar los efectos de la polilla del tomate. La mayoría son medidas "preventivas y correctivas", tales como el acondicionamiento de los invernaderos con doble capa de plástico y cerramientos que evitan la entrada de insectos, la limpieza exhaustiva del terreno, o la edición de folletos informativos para que los agricultores estén al tanto de todo y se evite, así, una mayor extensión de la plaga.

Pese a todo, el director de la empresa considera que las previsiones para esta campaña no son del todo negativas. La producción, en kilogramos, será "más o menos la misma que el año pasado, es decir, unos 60 millones". En cuanto a la facturación, alcanzará, previsiblemente, los 41 millones de euros. Y es que, según explica, "este podría ser un buen año de precios para los agricultores" que opten por el tomate, ya que el miedo a la Tuta y el coste que supone su cultivo está haciendo que muchos se decanten por plantar productos alternativos.

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