Xiana Méndez Bértolo. Secretaria de Estado de Comercio

“Se pide que haya moderación en la traslación de los costes al producto final”

  • La secretaria de Comercio, en su visita a Almería, responde a cuestiones que afectan a las exportaciones españolas, la factura eléctrica y sobre la propuesta de poner tope a precios de los alimentos

Xiana Méndez, secretaria de Estado de Comercio, atendía a Diario de Almería en la Cámara de Comercio

Xiana Méndez, secretaria de Estado de Comercio, atendía a Diario de Almería en la Cámara de Comercio / Javier Alonso (Almería)

La secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez, mantenía esta semana un encuentro con empresarios almerienses en la Cámara de Comercio y tenía la oportunidad de conocer un poco más de dos sectores estratégicos para esta provincia: la agricultura y la piedra natural, a través de su visita a la Estación Experimental Las Palmerillas de Cajamar y Cosentino. Además, hubo momento para ahondar en temas de actualidad y comercio exterior. 

–Las exportaciones hortofrutícolas no paran de marcar registros históricos, al menos en valor. Aunque la Unión Europea (UE) es el principal destino y, ante la competencia de terceros países, ¿están trabajando en nuevas relaciones bilaterales para facilitar los envíos a otros destinos?

–En el sector del agro español eso es continuo. Es un sector tradicional de exportación para España y, por tanto, para Andalucía y Almería con productos de muy buena calidad y, a la vez, es un sector innovador, de hecho España es una de las potencias exportadoras de frutas y hortalizas orgánicas y ahí hay un nicho muy importante. Es decir, que no hablamos solo de mercados de destino maduros sino, también, que están en continua transformación. España exporta a los más exigentes, algunos dentro de la Unión Europea, otros fuera recientemente, como Reino Unido, y otros de enorme interés como Estados Unidos y en Asia. Por ejemplo, Japón es un mercado muy exigente en términos sanitarios y fitosanitarios y de calidad de los productos, donde los productos españoles entran muy bien. Hay también muchas posibilidades de exportación a Oriente Medio y el sector del agro se está expandiendo también mucho en China. Actuamos en dos vías: por un lado, en lo que es la promoción de los productos y, por otro, en la negociación de los acuerdos comerciales y aquí es fundamental. Acceder a mercados en Latinoamérica y Asia es más sencillo cuando hay acuerdos comerciales que permiten que nuestros productos entren en las mejores condiciones.

–¿Qué acuerdos recientes destacan para el sector agroalimentario en fresco?

–El acuerdo con Canadá fue importante en ese sentido y con Japón, que ya entró vigor y abre muchas oportunidades para nuestros productos del agro. También ha sido interesante lo que llamamos el acuerdo multipartes con Colombia, Ecuador y Perú para proyectar allí todo el sector del agro, incluyendo también la agroindustria y el vino; no ha sido hasta el acuerdo cuando hemos podido entrar de lleno en estos mercados en muy buenas condiciones y por delante de otros competidores. Estos acuerdos se van implementando poco a poco, primero se van levantando los aranceles, pero después es necesario seguir negociando los protocolos.

–Respecto a Estados Unidos, ¿cómo ha repercutido la llegada de la Administración Biden frente a las actuaciones de Trump en cuanto a los aranceles, por ejemplo a la aceituna de mesa?

–El tema de la aceituna negra de mesa es un tema que todavía no está resuelto, pero está en vías de resolución porque tenemos un panel de la Organización Mundial de Comercio que es favorable a España, además de dos sentencias en EEUU del Tribunal de Comercio Internacional que son favorables y va a haber una tercera que, probablemente, lo será. Pero también con el panel Airbus-Boeing tuvimos una afectación muy grande al aceite de oliva, queso, vino, aceitunas y otros y, gracias a la Administración Biden, nos encontramos en un momento de suspensión de los aranceles, de negociación de ayudas a la aviación civil y estamos en una situación en la que nuestros productos se han recuperado; de hecho, los datos de la exportaciones aceite de oliva en concreto a EEUU en 2021 y en lo que va de 2022 son muy positivos.

–El Brexit no ha tenido un gran impacto en la exportación de frutas y hortalizas de esta provincia a Reino Unido, por un trabajo previo como las estrechas relaciones de confianza entre exportador y cliente, pero aún no han entrado en vigor todos los nuevos requisitos comerciales...

–La primera buena noticia es que se llegó con un acuerdo comercial que en el sector del agro, en concreto, supone cero aranceles. Pero el mercado británico ya no es parte del mercado único, lo que supone no tanto que en el futuro pueda haber condiciones muy distintas, pero sí que hay unas cargas administrativas para exportar y hay que aprender. Nosotros, prácticamente tres años antes del Brexit, ya pusimos en marcha una serie de jornadas y campañas para colocarnos en el peor de los escenarios y aprender a exportar con todas las dificultades, sobre todo las pymes. Yo creo que las empresas españolas demostraron estar más preparadas de lo que uno podía haberse imaginado al principio y, también, es cierto que, como no se han puesto en vigor, de momento, todos los controles en frontera, prácticamente nos encontramos en niveles de exportación de 2019, es decir, prebrexit y prepandemia. Cuando se pongan en marcha los controles habrá que estar atentos en dos sentidos: lo primero que sean ágiles que permitan que nuestros productos de calidad, que además son perecederos, lleguen en tiempo y en condiciones al mercado británico y, por tanto, no haya bloqueos, ni esperas innecesarias ni costes adicionales y, para ello, estamos muy en coordinación con ellos. Y en segundo sentido, que también nuestros sistemas informáticos con el Reino Unido funcionen de manera coordinada; al final, que la digitalización también alcance los trámites aduaneros y las empresas puedan mantener sus clientes y seguir creciendo en Reino Unido. 

–¿Cree que la retracción del consumo frenará la exportación?

Asistimos a tasas de exportación e importación de dos dígitos, eso es anormal. Tendrán que tender a la normalidad”

–Asistimos a tasas de exportación e importación de dos dígitos, eso es anormal e incluso, si separamos el efecto precio del efecto volumen, estamos viendo datos récord en un contexto internacional que sigue siendo complejo, con cierres aún de algunos puertos como en China. Lo que tendremos a final de año serán máximos históricos en exportación e importación, pero esas cifras tienen que ir, en algún momento, tendiendo a la normalidad de lo que es un crecimiento continuo de una potencia exportadora como es España, pero a ratios normales para la evolución de la economía. Leyendo un informe del Banco de España, en esta situación de inflación, con las políticas monetarias que se puedan tomar, esa contracción de la demanda y consumo es una reacción al incremento de los precios, que lo que hará no será una recesión, sino simplemente, hacer que modere el incremento de los precios y retorne a niveles que son razonables. No tendría miedo de esa evolución porque es un ajuste que, de hecho, es deseable.

–El posicionamiento de España a favor de la propuesta de Marruecos de autonomía para el Sáhara occidental ha enturbiado las relaciones con Argelia. Este contexto dificulta la exportaciones españolas, que no cruzan el puerto argelino, ¿cuál es la situación actual?

–Es un contexto complicado y, eso, es innegable. En el comercio con Argelia tenemos 2.000 millones de exportación España-Argelia en productos variados, como químicos, algunos son estratégicos para Argelia que los necesita, e importamos entre 4.000 y 5.000 millones fundamentalmente de gas, pero esta importación energética no se ha visto comprometida en la situación actual.En lo que respecta a la exportación de España a Argelia, desde aquella carta de 9 de junio de la asociación de banca argelina, sí se detuvo; se congelaron las domiciliaciones de los propios importadores argelinos que están muy afectados, porque algunos domiciliaron el pago pero nunca obtuvieron la mercancía porque esta nunca se desaduanizó en los puertos argelinos. Actuamos siendo muy conscientes de que es un problema que está ahí, que es europeo y no meramente español, porque supone una violación del acuerdo de asociación entre Argelia y la UE, que, además de que establece que no se podrán establecer prohibiciones al comercio y a los movimientos de capitales, establece que no se pueden hacer discriminaciones entre estados miembros de la UE. Así que siendo un problema comunitario nos movemos tanto dentro de lo que nos permite el acuerdo de asociación, debatiendo internamente, y por la vía diplomática, haciendo seguimiento continuo con Bruselas de las incidencias que las empresas nos van reportando; además, cuando hay viajes a Argelia, este tema siempre está en la agenda. Esperamos que Argelia entienda que este tema debe ser resuelto en beneficio mutuo.

–La industria se enfrenta a un gran problema con el recibo eléctrico y con el tope al gas las facturas continúan siendo abultadísimas ...

–La industria se ve comprometida por los precios actuales de la energía y de lo que se trata, siendo el origen el que es, que tiene lugar en el conflicto en Ucrania, tenemos que intentar poner las medidas para que la industria española continúe siendo competitiva en relación con otros socios comerciales y que el precio de la energía no reste competitividad y no paralice la producción. Son muchas las medidas que se han puesto en marcha y, ahí, tengo que decir que la excepción ibérica ha funcionado topando el gas, porque aunque este está en máximos, en comparación con las facturas en otros países, como Francia o Alemania, es evidente que nuestros precios están por debajo. También recordar el anuncio del presidente del Gobierno la pasada semana relativo a que la excepción ibérica también se aplique a la cogeneración, esto beneficia a empresas de sectores muy intensivos en energía como la cerámica, el papel y otros. Esto, las rebajas impositivas en los peajes, cargos e impuestos al gas y a la electricidad, va a permitir, en un contexto muy complicado en el que vamos a seguir hablando de la energía hasta que se resuelva el conflicto, situarnos en una posición de ventaja competitiva respecto a otros países.

–Usted pasó por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y le querría preguntar por el tope a los precios de los alimentos propuesto por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

–El sector de la distribución en España es un sector eficiente, vaya eso por delante, y más competitivo que en otros países de la UE: los mayores operadores en el mercado tienen menos cuota que en otros países, en Francia, por ejemplo, las cinco principales distribuidoras controlan el 80% de la cuota de mercado algo que en España no se da. Además, ha demostrado, en situaciones como la pandemia, durante la huelga de transportistas…, llevar los alimentos frescos a todos los rincones de España, donde nunca se ha sufrido desabastecimiento. Creo que tenemos que tener en cuenta que es un sector que actúa con responsabilidad. Segundo, estamos en una economía de mercado donde la concertación de precios no es posible. Lo que sí se pide, tanto a la distribución como a todos aquellos agentes económicos que de alguna manera participan en la cadena, es que haya una moderación en la traslación de los costes al producto final de cara a ayudar a que en los hogares se pueda seguir teniendo acceso, al menos, a los productos esenciales para alimentación. Principalmente, hay que trasladar el mensaje de que colectivamente todos los agentes sean responsables en la medida en que cada uno pueda contener esos costes manteniendo los márgenes ordinarios y necesarios para que continúe la actividad y no ignorar que el precio final de los productos, de entrada, no procede de un beneficio extraordinario de ningún agente, porque eso en situación de competencia es algo que no se da, sino que procede del aumento de los costes de las materias primas, el transporte y, así, sucesivamente. La distribución al final lo que quiere es vender más a buenos precios.

–¿Esto va a quedar al final en una llamada a la responsabilidad?

–Sí esto es una llamada a la responsabilidad y que yo, como secretaria de Comercio, veo en la distribución y no pongo en cuestión. También tenemos normativas recientes como es la Ley de la cadena alimentaria que, además, tiene que garantizar que no se destruya valor a lo largo de la cadena y todo el mundo sea remunerado en función de sus costes y con unos márgenes razonables.

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