Observatorio 2021

Sector agroalimentario español: fuerte en el exterior, competitivo, pero debe sumar en I+D

  • El ‘Observatorio sobre el sector agroalimentario español en el contexto europeo’ de Cajamar indica que este sector, incluyendo la distribución, aporta casi 100.000 millones de euros la economía española

Roberto García Torrente, Eduardo Baamonde, Fernando Miranda y Joaquín Maudos en la presentación del observatorio del sector agroalimentario

Roberto García Torrente, Eduardo Baamonde, Fernando Miranda y Joaquín Maudos en la presentación del observatorio del sector agroalimentario / Diario de Almería

“El objetivo del sector agroalimentario es ser rentable y ello va ligado al valor y esto, a su vez, a la I+D”. Así lo apunta Eduardo Baamonde, presidente de Cajamar, al presentar la quinta edición del ‘Observatorio sobre el sector agroalimentario español en el contexto europeo’, un estudio, en esta ocasión referente al año 2021, elaborado por el Ivie, que analiza la aportación del sector primario, la industria transformadora y la distribución de alimentos y bebidas al total de la economía.

 

Como destaca Baamonde, este documento pone de relevancia la aportación del sector a la economía y al empleo, a la balanza comercial española, dado el incremento de las exportaciones, “no tanto en toneladas como en valor, lo que muestra que vamos por la buena dirección”, con una competitividad mayor, sobre todo en industria y sector primario. En esta línea, a pesar de que el texto muestra el incremento de la inversión en I+D+i, de acuerdo a las palabras del presidente de Cajamar: “Estamos todavía por debajo de la media comunitaria; pero nuestro referente no debe ser la media, sino que deben ser los que estén más arriba, como Holanda que invierte el 2% del PIB del sector”. Y es que, en lo que respecta a la inversión empresarial en I+D del sector agroalimentario, el observatorio la cifra en 373 millones de euros en 2020 (último dato disponible), un 2,1% superior respecto al ejercicio anterior encadenando cinco años de incremento, pero esto no permite reducir la brecha con la UE-27, ya que mientras en España la inversión en innovación en el sector supone el 0,63% del PIB del sector, en la UE se sitúa en el 0,75%. Entre los países de la UE-27, el esfuerzo inversor español solo es superior al de Italia.

 

El observatorio, coordinado por Joaquín Maudos, director adjunto del Ivie, y realizado en coautoría con la economista del mismo instituto Jimena Salamanca, muestra un crecimiento del 0,5% del valor añadido bruto (VAB) del sector, hasta alcanzar una cifra de 99.792 millones de euros, el 9,2% del producto interior bruto (PIB) total de la economía española (5,1%); si bien el peso del sector en la economía ha caído cuatro décimas en 2021, supera en cuatro décimas al que tenía antes de la pandemia en 2019 (8,8 %), aspecto que recalca Maudos.

 

En el último ejercicio, el sector de la agricultura, ganadería y pesca ha visto reducir su valor añadido un 5,6% (según Eurostat que es la fuente utilizada en la comparativa europea y que difiere del -3,7% del INE), que contrasta con el incremento del 4,3% del año anterior; mientras que la industria de la transformación ha experimentado un aumento del 4% y la distribución de productos agroalimentarios del 3,8%.

 

Las exportaciones del sector crecieron un 11,6% y alcanzaron un nuevo máximo histórico de 61.646 millones de euros en 2021

Pese a este menor crecimiento en 2021, España se mantiene como cuarto país que más aporta al VAB del sector agroalimentario de la UE-27,con el 12,4%, por detrás de Francia, Alemania e Italia; siendo el segundo en el caso del subsector primario con el 16%. En concreto, en cuanto aproductos, España es la economía que más cítricos, aceite de oliva, ganado pordino, fruta y vegetales frescos aporta.

En cuanto al empleo, España es también es el sexto país que más empleo aporta al sector agroalimentario europeo, con un 10,4 % del total. Sin embargo, aunque la recuperación de la economía tras el año de pandemia comienza a notarse, no ha podido impedir que en 2021 el empleo total del sector en España cayera un -0,4 %. El sector primario ha aumentado el número de trabajadores un 1,9 % (lo que contrasta con la caída en su VAB), mientras que en la industria y en la distribución ha caído un -2,3% y un -1,1%, respectivamente. En total, 8.305 empleos menos, que dejan la cifra de trabajadores del sector en 2.999.142 personas,lo que supone el 11,5 % de ocupados del total de la economía española.

Respecto a la productividad del sector agroalimentario (valor añadido por ocupado), que en su conjunto y de manera agregada ha crecido un 0,8%, Maudos indica que se sitúa un 29,1% por encima de la de la UE-27, “es mucho más competitivo que el europeo porque sus costes laborales por unidad de producto (CLU) son un 29% más reducidos”. En comparación con la media de Europa, destaca sobre todo la elevada competitividad del sector primario (sus CLU son un 70% más reducidos). También es más competitiva la industria de la transformación (con un CLU un 11% inferior a la UE-27). En cambio, el sector de la distribución de alimentos y bebidas en España es un 3% menos competitivo que la media europea.

 

Otro dato que lleva al optimismo es el de las exportaciones, en 2021 se mantuvo la tendencia creciente, con un nuevo máximo histórico que alcanzó los 61.646 millones de euros, es decir, un 11,6% más que el año anterior. España es la cuarta economía exportadora del sector agroalimentario de la UE-27 y aporta 10,5% del total. También es la UE el principal destino de sus exportaciones. Concretamente, Francia, Alemania, Italia y Portugal concentran el 45,9 % de las ventas al exterior de productos agroalimentarios españoles, mientras lo mercados asiáticos ya suponen el 8,6%.

 

España encadena dos décadas ininterrumpidas de superávit comercial del sector agroalimentario, que en 2021 creció un 2,2%, hasta situarse en 18.831 millones de euros, el segundo superávit más alto de la UE-27, por detrás solo de Países Bajos.

 

En 2021, la fruta y frutos comestibles son los principales productos agroalimentarios que ha exportado España y concentran el 17,1% del total de las exportaciones, mientras que el pescado, crustáceos y moluscos son el principal producto que importa (15,5 % del total de importaciones agroalimentarias). Por otro lado, también se alcanza el máximo histórico con empresas exportadoras con 20.362, un 11,9% más que en 2020.

La competitividad del sector agroalimentario español es superior al de la UE-27 ya que sus costes laborales por unidad de producto son un 29% más reducidos

Para concluir, Maudos señala como amenazas que afectan a la competitividad del sector el reducido nivel de capitalización de las empresas, su déficit en inversión en I+D+i, el retraso en la incorporación de las tecnologías digitales y su exposición a los riesgos del cambio climático. Para responder a estos retos, los autores destacan la importancia de las inversiones que se van a financiar a través del PERTE (Proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica) del sector, con un montante inicial de 1.051 millones de euros, que se acaba de ampliar a 1.800 millones. “Es una oportunidad única que el sector debe aprovechar para mejorar su competitividad y seguir siendo uno de los principales pilares de la economía española”.

El secretario general de Agricultura y Alimentación, Fernando Miranda, acompañaba a Cajamar en la presentación del observatorio, y resaltaba que los datos son indicativos de la recuperación y crecimiento del sector a niveles similares a los que había antes de la crisis sanitaria. Miranda destacaba también la lectura que el informe hace de los próximos retos a los que se enfrenta el sector agroalimentario español, poniendo de relieve el reto de la digitalización. En este sentido, el secretario general ha recordado que, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, la inversión C3I5 contiene dos actuaciones integradas en el II Plan de Acción 2021-2023 de la Estrategia de Digitalización del Sector Agroalimentario y del Medio Rural, adoptada por el Gobierno de España en marzo de 2019.

Inflación en el sector agroalimentario

Ya a finales de 2021, el efecto conjunto de la dificultad en el transporte por al escasez de contenedores, la creciente demanda de cereales, el incremento de precios de los aceites vegetales y de la energía, sumados a las bajas laborales a causa de la COVID-19 y al aumento del IVA de las bebidas azucaradas en España, derivó en un proceso inflacionario de los alimentos y bebidas alcohólicas que situó su tasa de crecimiento en el 4,9 % en España y en el 4,3 % en la UE-27. En cualquier caso, los productores no trasladaron al consumidor la totalidad del incremento de precios registrado en la producción de los alimentos y bebidas, ya que el coste de producción aumentó en 2021 un 8,2% en España y un 7,1% en la UE-27.

Aunque en 2021 ha caído el peso de los alimentos y bebidas en la cesta de la compra de los españoles (tras el intenso aumento en 2020 durante la pandemia), siguen pesando más que en la cesta de la compra de los europeos (23,3%, frente a un 19,6%). Además, su peso supera el que tuvo antes de la pandemia (23,3% en 2021, frente a 19,7% en 2019). El gasto per cápita en alimentos y bebidas en España alcanzó los 2.300 euros en 2020 (último año disponible), un 8,4% por debajo del de la UE (2.510 euros). Tanto en España como en la UE-27 ese gasto aumentó, un 7% y un 4,6%, respectivamente.

 

El informe analiza también las implicaciones del conflicto bélico Rusia-Ucrania en el mercado internacional agroalimentario. Mientras que el porcentaje de las exportaciones agroalimentarias españolas hacia ambos países es similar (0,3% a Ucrania y 0,4% a Rusia), las importaciones son bajas en el caso del mercado ruso, pero son más importantes en el caso de las compras a Ucrania (2,4% del total de importaciones). Los dos principales productos importados desde ese país son los cereales (53,1%) y las grasas, aceite animal o vegetal (41,2%). El 27,4% del maíz y el 62% del aceite de girasol que importa España proceden de Ucrania.

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