La almendra, el cultivo que da de comer a todo Los Vélez

Hablar de Vélez-Rubio es, como sucede en toda la comarca, referirse obligadamente a la almendra. Se trata del principal cultivo leñoso de secano que se da en la localidad, según los datos que ofrece el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía, contando con 10.383 hectáreas. Un motor agrícola capaz de resistir a las turbulencias que han azotado en los últimos años al sector primario, empezando primero por los problemas de la pandemia, continuando posteriormente por el alza de los costes, una casuística derivada de la invasión rusa a Ucrania, y sufriéndose ahora la pertinaz sequía.

Se estima que una de cada cinco hectáreas de cultivos de almendras, que hace una década bordeaban las 50.000, pertenecen a este término municipal. Las comarcas de Los Vélez y el Alto Almanzora son fundamentales para aquellos que degustan con placer las almendras, logrando un fruto que destaca por su calidad y apostando en los últimos años por el ecológico, que domina ya la superficie plantada. Hasta museos se le han dedicado en el norte de la provincia a este manjar que lleva sello almeriense.

Aunque las malas noticias no han dejado de aparecer en los últimos meses, en una campaña complicada para el sector primario en todo el país. “Se está entregando almendra por debajo del precio de coste”, alertaba en el mes de septiembre el productor Baltasar Fajardo, que desarrolla su actividad en este término municipal. “Está muy barata, hay zonas en las que ni se cogen. Ahora mismo la ecológica se está pagando en cooperativa a 5,25 euros kilo/pepita y su precio sería entre los 7 y los 8 euros, los 2 euros cáscara. El año pasado se llegó hasta los 9 euros, que es un gran precio”, decía entonces. El temor, que no se cultive.

En esta campaña se ha llegado a vender la almendra por debajo del euro por kilo, una ruina que han denunciado las organizaciones agrícolas en repetidas ocasiones. Cuando el cabreo explotó en forma de revuelta agrícola, Los Vélez habló para defender lo suyo, como la inclusión de los agricultores que no podían optar a las ayudas para la producción de frutos secos.