El campo no para y exige revertir una situación que está llevando a la ruina a muchos agricultores almerienses. Después de la movilización desarrollada la semana pasada a las puertas de un supermercado en el término municipal de El Ejido, donde se apuntó directamente a las grandes superficies como uno de los grandes obstáculos por su especulación con los precios, ahora el campo almeriense refuerza su conjura y se presentará ante el Ministerio de Agricultura, en Madrid, el próximo día 24 de noviembre para reivindicar todos y cada uno de los atropellos que están generando la situación de bajas cotizaciones en origen.

Coag, Asaja, UPA y la patronal Coexphal organizan y secundan este movimiento dirigido al corazón de la Administración y para el que fletarán los autobuses de manera gratuita para todos los agricultores que se quieran sumar a la iniciativa.

La decisión de emprender este viaje se definía en la tarde noche del pasado miércoles, donde se convocó una asamblea informativa en la cooperativa Campoejido para abordar los problemas capitales del campo, que en este momento se circunscriben a tres: crisis de precios, acuerdos de Marruecos y terceros países.

Claro está que estos últimos puntos se han convertido en el principal caballo de batalla para el sector en origen, pero hay más, tal y como quedó patente en la reunión. Sin embargo, está también la subida de los costes de producción derivados del aumento en fertilizantes, el gasóleo, la electricidad e, incluso, el agua, entre otros elementos. Todo ello ha dado a una situación insostenible que se espera sea peor a partir del inicio del año y que también afecta a las comercializadoras.

Plantean una bajada del IVA en parte de los insumos y otras deducciones fiscales

Por ello, plantean una puesta en marcha de una tarifa especial eléctrica para este sector, el agrario, encargado de producir el alimento que consume todo el continente y que se ha declarado y visto en pandemia que es absolutamente esencial.

También piden deducciones fiscales en la factura de fertilizantes y plásticos no amortizables o lo que es lo mismo, una bajada del IVA al 10% en este tipo de elementos que gravan en exceso y que asi se contribuya a aliviar un aumento de gastos que viene en el peor momento para el campo, cuando cada vez es más flagrante que no se compite con las mismas condiciones que con otros países para comercializar.