El aroma de Cafés Ortega, ahora también en cápsulas para café y té

El sonido de la máquina de moler café y el aroma que desprende cuando está en funcionamiento son el sello de una empresa tradicional que lleva desde 1940 dedicada al ama de casa, su público objetivo. Por el despacho de la primera tienda de Cafés Ortega, ubicada junto al Mercado Central, han pasado generaciones enteras que se pasan el testigo de unas a otras para no perder las buenas costumbres.

Y es que, pese al paso de los años, el producto sigue siendo el mismo. "Lo compramos a unas determinadas fincas en origen, siempre son los mismos proveedores", cuenta el gerente de la firma, Joaquín Martínez. Además, muchos de ellos son productos de la línea de 'comercio justo' (también denominado 'comercio alternativo'), un sistema que promueve el desarrollo sostenible de naciones productoras en vías de desarrollo a través de la reducción de márgenes comerciales de las empresas comercializadoras.

El grano de Cafés Ortega llega desde países remotos, famosos por la calidad de sus cafetales: Colombia, Brasil, Nicaragua, Jamaica, Costa Rica, Kenya, Etiopía... puntos de origen distantes que aportan matices distintos al producto, pero siempre con el "máximo nivel de calidad".

Ahora, para adaptarse a las últimas tendencias, la firma ha incorporado a su gama de artículos a granel una máquina de café con sistema a través de cápsulas que, además, es apta para hacer té (también encapsulado) y, en tres meses, ampliará sus posibilidades con la introducción de una gama de chocolate a la taza.

Las novedades que propone la cafetera Ortega residen tanto en la forma como en el contenido.

Las máquinas de café que comercializan desde la pasada Navidad, ha sido elegidas por su fabricación y montaje italiano, "a diferencia de otras marcas que tienen la patente italiana pero se fabrican en China u otros países", asegura el gerente. Sobre este punto la empresa tiene una política inflexible, ya que "cada producto que incorporamos es de extrema calidad".

Esta afirmación se hace extensible a las cápsulas, que son "100% biodegradables para facilitar el reciclado al cliente" y asegurar el respeto medioambiental, y el producto que contienen no es ni más ni menos que el café o el té que vende la firma, "100% natural y sin aditivos".

Así, antes de encapsular el café se tuesta y se muele en las dependencias de la empresa a la manera tradicional.

El maestro tostador, Diego Segura, es quien le da el 'punto' ideal al grano, procurando mantener a raya la humedad del producto. Esta variable, la humedad, es la más importante, ya que influye en el cálculo del tiempo de tueste.

Por lo general, la media oscila en unos 20 minutos para un saco de 70 kilogramos. Posteriormente, se procede al enfriamiento del grano y, una vez que éste alcanza la temperatura idónea, ya está listo para el molido o la venta a granel.

La última fase,conocida como molienda, se realiza "en el mismo instante de compra". De esta manera, se garantiza la máxima calidad y 'frescura' del producto, que "aguanta un año en condiciones óptimas".

Entre las variedades que comercializa la firma, se encuentran cafés de distintas procedencias en grano, molido o en la versión en cápsulas. Los hay de diferentes matices y precios. Desde el Blend 'de la casa', que se vende a 10 euros/kg al más selecto, el Jamaica Blue Montain, de 70 euros/kg.

La gama de tés se comercializa también a granel y encapsulado en sus más de 50 variedades: verde, blanco, sin teína o el más vendido, el pakistaní.

En los últimos años, el gerente de Cafés Ortega ha apreciado un "aumento considerable" en las ventas de este segmento, que achaca a la "nueva cultura del té" que se está dando en la provincia.

Se trata de un producto en alza, algo más caro que el café, pero con un mayor rendimiento, ya que "sólo hacen falta dos gramos para hacer una infusión".