El arte funerario cae cada vez más en desuso en la provincia

Segovia Valdés es un taller de Fines que se dedica a este tipo de trabajos · Su propietario, Fernando Segoviano, asegura que los pedidos han descendido un 50%

Uno de los trabajos de Segovia Valdés que se localiza en Fines.
Uno de los trabajos de Segovia Valdés que se localiza en Fines.
María José Carrillo / Almería

25 de julio 2010 - 01:00

Fernando tenía 23 años cuando comenzó a tallar la piedra, aunque según recuerda, desde pequeño ya tenía esa afición. Le encantaba coger cualquier material y transformarlo, darle una imagen, modelarlo y aportarle unas cualidades distintas a las que tenía. "Yo creo que es un sentimiento con el que se nace, si tienes una sensibilidad especial para crear está ahí, solo tienes que saber ponerlo en práctica y dedicarle muchas horas y por supuesto mucho cariño", nos cuenta Fernando Segoviano, propietario del taller Segovia Valdés, que tiene claro que "es una tarea delicada, ya que se necesitan habilidades especiales, buen tacto para los volúmenes, requerimiento de dibujo artístico y que te guste".

Una pequeña empresa que fue fundada en el año 1985 en el polígono industrial de Las Cruces, en Fines, y que ahí continua, dedicándose al arte funerario, aunque tras el paso del tiempo ha sufrido importantes cambios, como en el uso de su maquinaria. Al comienzo de su andadura todo era manual y mucho más costoso. Hoy en día las máquinas han dejado paso a un trabajo laborioso, pero que resulta más llevadero gracias a los sistemas de control numérico y a las copiadoras. Esta empresa posee una importante maquinaria preparada para poder elaborar una pieza tres veces superior a las que se confeccionaban a mano, de un tamaño de 50 x 30. En este tipo de trabajo, que antes se empleaban tres días, ahora tan solo necesitan uno.

El arte funerario es una disciplina que pocos conocen, y que aún menos dominan. En Segovia Valdés elaboran todo tipo de trabajos como son panteones, lápidas, nichos, columbarios, imágenes religiosas, diversidad de cruces, eso sí, utilizando materiales de primera calidad. "En todos nuestros productos intentamos plasmar el sentimiento de las familias, mediante la personalización de los trabajos. De igual forma cualquier diseño que deseen lo convertimos en realidad. Nosotros hacemos imágenes personalizadas, algo que la gente valora mucho", explica Segoviano.

Los materiales con los que trabajan son el mármol y el granito y normalmente los colores suelen ser o blanco o negro, ya que son artículos muy clásicos.

Sus comienzos, allá por la década de los 80 fueron bastante duros hasta conseguir una pequeña estabilidad, pero ya todo eso pasó y hoy en día de todo aquello queda algo muy importante y es seguir trabajando con la misma calidad y servicio al cliente, normas básicas de esta entidad. Una empresa que trabaja por toda España, "Nos movemos en el mercado nacional, en ciudades como Madrid, Galicia, Extremadura o la Comunidad Valenciana. Aunque cada una de ellas requiere un trabajo especial y distinto. Son temas muy específicos y completamente diferentes de una comunidad autónoma a otra". Nos encargan trabajos desde fuera, añade Segoviano, y tenemos que ir para ver los estilos funerarios en esa zona. Normalmente nos llama el marmolista de un pueblo concreto y el nos dice que vayamos a conocer la localidad para que el producto final quede dentro del entorno de lo que se está haciendo en esa tierra. Son cosas parecidas, pero a la vez completamente distintas, figuras hechas de otra forma, otras situaciones en las imágenes...

En el mercado del arte funerario los trabajos se hacen en cantidades pequeñas, no es un sector ampliamente demandado, pero si que es constante.

Segovia Valdés es una empresa que se ha visto obligada a reducir su plantilla para mantenerse firme y esperar a que esta crisis se supere para invertir en innovaciones que puedan dar nuevos diseños. En estos momentos el número de pedidos ha caído en más de un 50%, algo que está complicando bastante el día a día. "Queremos intentar que las nueva generaciones tomen la disciplina como hasta hace poco tiempo se tenía, porque si no logran eso las tendencias en esta materia se irán perdiendo y estarán cada vez menos valoradas, con lo que nos veríamos obligados a cambiar este arte por algo más simple y menos figurativo". "Ahora estamos en el taller cuatro personas, porque la crisis actual nos ha obligado a prescindir de algún trabajador, ya que no había pedidos suficientes, añade Fernando, no obstante este es un tema en el que siempre ha habido escasez de gente buena, ya que es un arte que tienes que llevarlo dentro, ciertas cualidades que no todo el mundo posee".

A lo largo de los años que llevamos, reitera Segoviano, hemos mejorado mucho, hemos mantenido los buenos acabados, pero también nos hemos modernizado. Ahora lo que estamos haciendo es intentado aguantar, aunque en estos tiempos el ciudadano de a pie no se gasta el dinero que empleaba antes en este tipo de arte. Además los jóvenes lo ven de otra forma, debido a la crisis de valores religiosos que se está viviendo, y que están muy relacionados con este sector.

Si las cosas no mejoran, añade Fernando, no creo que este tipo de negocio tienda a desaparecer, pero si que será distinto. Se realizarán cosas más sencillas, con menos coste y probablemente se abrirá a gente con menos cualidades, que puedan a hacer cosas mas sencillas.

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