La caza como instrumento de desarrollo rural

Según la Consejería de Medio Ambiente, se trata de un recurso natural renovable, susceptible de agotamiento si se realiza una explotación incontrolada o inadecuada

El cazador debe respetar las especies prohibidas en la legislación.
El cazador debe respetar las especies prohibidas en la legislación.
Carmen Fenoy / Almería

07 de diciembre 2008 - 01:00

La caza es una actividad sostenible. Esta proposición puede generar una contradicción, y seguro un debate. Sería incierta de no realizarse bajo los criterios de sostenibilidad y de practicarse al libre albedrío.

Sin embargo, teniendo en cuenta las conclusiones del III Congreso andaluz de caza: 'Caza, Desarrollo Rural y Sostenibilidad Ambiental en la Andalucía del siglo XXI' puede considerarse su practica responsable con el entorno. "Se constata que la caza puede ser un importante motor de la conservación y desarrollo económico del medio rural, en convergencia con otros aprovechamientos como la agricultura, la ganadería, el turismo, los deportes en la naturaleza, etc. No obstante han de erradicarse métodos y aptitudes negativos para la sostenibilidad de los sistemas naturales y agroganaderos, que deberían ser rechazados contundentemente por todos los sectores implicados".

Así también lo corrobora la Federación Española de Caza que estima, que esta actividad tiene una gran influencia económica, sobre todo en algunos sectores como la hostelería y restauración. En este sentido hay que señalar que muchas zonas rurales están condicionadas por la caza indirectamente, pues sus comercios están se nutren de esta actividad.

En el caso de Almería, concretamente en la Sierra de Los Filabres, para el control de la caza, la Consejería de Medio Ambiente desarrolla a lo largo del año distintas actuaciones cuyo único objetivo es la mejora de la gestión cinegética en los cotos públicos. Estas iniciativas están encaminadas a la mejora de hábitat, control poblacional y vigilancia de los posibles brotes de enfermedades. El análisis periódico ha permitido determinar el óptimo estado en que se encuentran las diversas especies entre las que hay ejemplares de alto valor cinegético.

"El arraigo de la caza en Andalucía convierte a la actividad cinegética en un formidable instrumento para la conservación del medio rural y el desarrollo rural". Según el borrador del Plan Andaluz de Caza, respecto a los hábitats de las especies cinegéticas, la principal preocupación reside en frenar la progresiva degradación del medio y mejorar su capacidad de acogida para las poblaciones de interés cinegético. En relación a las especies de caza se persigue un incremento tanto de la calidad como de la cantidad de las poblaciones cinegéticas mediante la adecuación de su aprovechamiento al estado demográfico de las mismas y el establecimiento de medidas de control genético y sanitario de la fauna y el seguimiento de las poblaciones de especies predadoras.

Según el documento de la Consejería de Medio Ambiente, la caza es un recurso natural renovable, pero hay que asumir que es susceptible de agotamiento si se realiza una explotación incontrolada o inadecuada. Por tanto es necesario integrar la actividad cinegética como una herramienta de conservación del medio natural ante el convencimiento racional de que la gestión cinegética está reñida con la conservación, sino todo lo contrario. Una gestión cinegética bien planificada puede convertirse en una pieza clave en la política conservacionista, ya que el equilibrio de las poblaciones cinegéticas y la recuperación de su hábitat conlleva el sostenimiento de una gran parte de especies de los niveles tróficos superiores.

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