Entrevista a José Colomina / Director de la Delegación de Aqualia en Almería y Jaén

  • La empresa le ‘devuelve la vida’ a la antigua Rambla Morales, hoy Mar de Alborán, con el objetivo que el recurso llegue a todos, a buen precio y de manera respetuosa con el medio ambiente

“Aqualia no especula y su apuesta es clara: dar valor con 20 hm3 de agua”

Colomina atiende a Diario de Almería en las entrañas de Mar de Alborán, donde Aqualia está movilizada trabajando para su puesta en marcha. Colomina atiende a Diario de Almería en las entrañas de Mar de Alborán, donde Aqualia está movilizada trabajando para su puesta en marcha.

Colomina atiende a Diario de Almería en las entrañas de Mar de Alborán, donde Aqualia está movilizada trabajando para su puesta en marcha.

José Colomina hace este septiembre 30 años en Aqualia. Natural de Almería, en concreto de la barriada de El Zapillo y nieto de agricultor de la vega almeriense, sabe bien la importancia del recurso hídrico. En la provincia ha trabajado en dos etapas, desde 1.993 al año 2.000; pasando luego dos años por Puerto Rico, y otros siete entre Madrid y Málaga. Corría 2.009 cuando volvía para hacerse cargo de la gerencia y desde hace aproximadamente un año y medio es director de la Delegación de Almería y Jaén. Por su experiencia y amor a sus orígenes, Colomina busca lo mejor para su tierra y asegura que ya desde hace años que en Rambla Morales “siempre he visto una oportunidad importantísima”. Hoy es responsable de una desaladora, rebautizada como Mar de Alborán, que está en pleno proceso de puesta a punto y que espera esté funcionando a un ritmo más que aceptable para finales del próximo 2.022.

–¿En qué momento y por qué se planteó Aqualia la adquisición de Rambla Morales?

–El origen surge en 2017 aproximadamente, cuando ya se empezaba a poner en valor la planta. De hecho, antes de eso, nosotros tuvimos contactos con la Comunidad De Usuarios de Aguas de la Comarca De Níjar, porque en ese momento estaban viendo con La Caixa las posibilidades de adquirir las instalaciones. En aquel entonces nosotros propusimos a la CUCN colaborar desde el punto de vista tecnológico e, incluso, financiero, para invertir de manera conjunta. En aquella época había buena sintonía y nuestro primer movimiento fue ese, el principio. La CUCN también abordó un acuerdo con más empresas al mismo tiempo para esta operación. Finalmente, no llegó a puerto ni con Aqualia ni con otra firma. Posteriormente, La Caixa puso a la venta de manera separada la desaladora dentro de un paquete inicial con otros activos que tenía un valor de 700 millones de euros y que compró un fondo de inversión. Por las características de esta infraestructura, este fondo lo desgranó y puso la planta al mercado a nivel de grandes empresas, entre las que estaba Aqualia.

Colomina a la entrada de las instalaciones de Mar de Alborán en Cabo de Gata. Colomina a la entrada de las instalaciones de Mar de Alborán en Cabo de Gata.

Colomina a la entrada de las instalaciones de Mar de Alborán en Cabo de Gata. / Rafael González (Almería)

–Y ahí fue cuando se decidió la compra de este activo…

–Siendo de aquí de Almería y conociendo ya el sector como lo conocíamos, llevando Almería capital y también Emanagua, de la que somos concesionarios en Níjar, yo veía aquí una oportunidad importantísima. Más aún sabiendo como están los acuíferos y la escasez de recursos para el campo. Además en esta zona, a diferencia del Poniente, los acuíferos son fósiles, no se renuevan, o al menos necesitan muchísimos años en hacerlo. Nosotros compartíamos la visión de la CUCN en aquel momento, en esa línea. Entonces se sacó por parte del fondo a subasta y finalmente nos la adjudicaron. Realmente lo que compramos en aquel momento fue un crédito, no las instalaciones en sí. La Caixa no terminó de ejercer el embargo que podía haber ejecutado y no hizo por los condicionantes fiscales que llevaba aparejado, algo que en cuestión de impuestos ha corrido a cargo de Aqualia al hacer frente a las instalaciones y esa deuda. Ejecutamos el embargo, que es un proceso jurídico muy riguroso, largo por coincidir también con la pandemia, y que culminó en septiembre de 2020. En esa fecha ya se dio la orden judicial en la que se nos proporcionaba el activo.

"Adquirimos la deuda con el compromiso de que no se le reclamara nada a los comuneros de Rambla Morales"

–Ha habido algunas voces discordantes en algunos foros acerca de ese proceso…

–Sí, ha sido algo que nos cogió por sorpresa y no entendimos nunca, porque se trata de contrastar simplemente, pero no hay ninguna duda en cómo se ha desarrollado. Es más, nadie nos ha llamado para que le explicáramos nada de este proceso. Imagínate si la empresa, para una inversión de esta magnitud (100 millones de euros) no hace un estudio previo y profundo. La información del proceso está registrada y puede solicitarse. Nosotros cuando adquirimos la deuda el compromiso era que contra los comuneros no se va a hacer ningún tipo de acción legal para requerirles la deuda que les pudiera corresponder y eso nosotros siempre lo hemos tenido muy claro y nos comprometimos. No hemos venido a especular ni sacar dinero de ningún aspecto jurídico. Nosotros no venimos aquí especular, simplemente como empresa a generar unos ingresos a través de una apuesta de valor para Níjar que se traduce en la inyección de 20 hectómetros cúbicos de agua que son muy necesarios.

–El objetivo es resucitar una planta que estaba muerta...

–Totalmente y ponerla en valor, además de aportar, porque es una necesidad que queda patente a diario. Se está viendo con los trasvases y lo que cuesta traer algo a Almería, donde la Mesa del Agua pelea constantemente. Ese es nuestro objetivo.

El director de la Delegación de Aqualia muestra el área de influencia de la desaladora. El director de la Delegación de Aqualia muestra el área de influencia de la desaladora.

El director de la Delegación de Aqualia muestra el área de influencia de la desaladora. / Rafael González (Almería)

–¿Qué hay del precio al usuario?

–Evidentemente, en este factor, nosotros vamos a intentar vamos a contar con la mejor tecnología y aprovechar toda la energía verde posible para minimizar ese aspecto, además del impacto medioambiental, ya que somos especialistas en eso. Es que ni siquiera pondríamos el precio que queramos, vamos a estar fiscalizados por la administración, porque entramos en una concesión en régimen de servicio público. Por tanto habrá un control, no solo en costes, también en todo lo que tiene que ver con el suministro y la calidad del agua.

–¿Entonces puede ir variando?

–Eso aún está por definir, y como digo, no es cosa unilateral de Aqualia. Aquí lo determinante va a ser que la planta esté funcionando los 365 días del año. De esa manera se pueden conseguir los mejores precios y estamos convencidos de que así será. Otro aspecto diferente es la amortización de la inversión. Nosotros queremos que la concesión sea a muy largo plazo, cincuenta años, para que esa cuota de amortización sea sostenible y lo más pequeña posible y, de ahí, la repercusión en el precio también la menor. El objetivo es energía verde, unido a una concesión a largo plazo y la mejor tecnología.

–¿Se va a encargar Aqualia de la gestión del suministro?

–Sí, las concesiones de Dominio Público Hidráulico, caso de la producción de la desaladora, pueden ir o al usuario final que es lo que ha sido habitual y en un 99% normalmente ha ido para las comunidades de regantes o juntas centrales de usuarios, o bien, tal y como la Ley permite, se le puede conceder al propio generador mediante una concesión en régimen de servicio público. Aqualia ya está en disposición de cumplir con los requisitos para ello. Además, el generador tiene prioridad para gestionar el suministro , realizando concesiones o autorizaciones. Además, hay un efecto colateral beneficioso de que sea así, y es que todo plazo administrativo se reduce al no entrar en competencia de proyectos. Luego, con los usuarios finales se establecerían convenios, ya bendecidos por la administración, que tendrían la misma validez legal que si los diera esta misma.

Entrañas de Mar de Alborán, donde ya se trabaja para cumplir con la cronología. Entrañas de Mar de Alborán, donde ya se trabaja para cumplir con la cronología.

Entrañas de Mar de Alborán, donde ya se trabaja para cumplir con la cronología. / Rafael González (Almería)

–¿No se contempla entonces ceder la gestión del suministro?

–Estamos trabajando con la administración, que ve bien el planteamiento y que tiene total sostenibilidad jurídica. Ahora mismo se está en proceso de formalizar un expediente que ya está muy avanzado. Se trata de un modelo que cuenta con las comunidades de regantes.

"A futuro, con una Junta Central, que garantice una gestión igualitaria, se estudiaría una concesión. Hoy no"

–¿Con convenios?

–Sí,la concesión la tiene Servicios hídricos y se firmarían convenios con cada una de las comunidades de regantes. Ese es el modelo. Yo no descarto que en el futuro haya Junta Central de Usuarios que aún no hay en Níjar donde estén representadas todas las comunidades de la comarca. ¿Por qué no? No hay que descartarlo, pero a día de hoy no hay figura jurídica que a Aqualia se le garantice la viablidad del proyecto, solo la que tenemos propuesta.

–¿Cómo encontrasteis la planta?

–Una situación desigual, peor en lo que se refiere a los 170 kilómetros de red de distribución.

–¿Es optimista en la cronología?

–En julio tendremos suministro eléctrico para un bastidor y comenzaremos las pruebas. Si todo va bien, que esperemos que sí, nuestro objetivo es estar funcionando, mínimo con uno, espero que más, a finales de 2.022.

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