El compost, clave para un cultivo sano y mitigar el cambio climático
El proyecto ‘Comfort’ de Cajamar lleva dos años analizando el mejor compuesto a base de restos orgánicos de la industria de los cítricos y obtener un producto de alto valor agronómico
Como consecuencia de su actividad, la agricultura genera una serie de restos vegetales y subproductos que es necesario gestionar de manera adecuada para obtener un modelo mucho más sostenible tanto desde el punto de vista socioeconómico como medioambiental.
Todo ello está basado en lo que desde hace más de un lustro se persigue en el la agricultura, la llamada economía circular o bioeconomía. Y es aquí donde Cajamar, tanto en su estación almeriense de Las Palmerillas, como en la valenciana de Paiporta como es este caso, trabaja para avanzar hacia estos objetivos.
Carlos Baixauli, como responsable del proyecto, y Alfonso Giner, llevan trabajando hace ahora dos años en un proyecto que persigue ese fin, denominado ‘Comfort’. Desarrollado entierras valencianas, se centra en la elaboración y valorización de una serie de compost funcionales, en este caso procedente de los restos de poda de los principales cultivos de esta zona, especialmente de los cítricos, pero también la viña. Hasta ahora el recorrido que se ha hecho para la obtención de este subproducto natural en los cultivos hortícolas ha sido un éxito y, claro, totalmente extrapolable al de cítricos donde estos científicos han comprobado ya sus beneficios, y donde Almería en la zona del Bajo Andarax y del Levante cuenta también con una importante producción.
En el caso de Cajamar Paiporta, mezclan estos residuos con el lodo generado por la industria de la naranja y del caqui, que son de allí. Así, mediante el compostaje consiguen que todos estos desechos orgánicos se transformen en un compost enriquecido que aplicado al suelo va a aumentar el contenido de materia orgánica, mejorará sus propiedades físicas y, por ende, mejorando la capacidad de aireación a nivel radicular, así como la retención de agua y la generación de un contexto más propicio para la actividad de los microorganismos. En el mejor de los casos es posible llegar a conseguir un efecto supresor de algunas enfermedades propias de los suelos como: fusarium y nemátodos. El uso de estos productos es de gran interés porque con su recuperación para el ciclo se evita la quema de los mismos, y por tanto, en este sentido, la recuperación de carbono, mitigando así el cambio climático.
En estos meses han estudiado las mejroes mezclas, incluyendo suproductos ricos en nitrógeno y los mejores compost siguen en estudio aplicados a dos cultivos hortócilas, en los que se analiza los aportes de nutrientes y la capacidad supresiva frente a enfermedades del suelo.
Los resultados constituyen un ejemplo cooperativo entre la Fundación Cajamar Valencia y la Universidad Miguel Hernández.
Innova lanza su primera convocatoria
Los responsables de Cajamar Innova, la incubadora empresarial de alta tecnología especializada en la gestión del agua que promueve la Fundación Cajamar, dio a conocer a finales de enero, en un encuentro virtual con medios de comunicación y profesionales del sector, los detalles de su primera convocatoria de proyectos de incubación y aceleración para emprendedores y empresas emergentes de toda España, que se mantendrá abierta hasta el próximo 23 de febrero. La selección final tendrá lugar entre los días 16 y 17 de marzo. A partir de ese momento los proyectos elegidos tendrán, además de un seguimiento personalizado, la posibilidad de acceder a especialistas en diversas ramas de la gestión y de la tecnología, y conocerán a potenciales inversores y clientes. Todo ello para facilitar el éxito de sus iniciativas.
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