El club ecuestre El Serbal apuesta por el turismo a lomos de un caballo

Al igual que la natación o la esgrima, la equitación es uno de los deportes más completos que existen. Su práctica reporta grandes beneficios a nivel físico pero exige una preparación previa que, además de los aspectos más técnicos, implica un profundo conocimiento del animal. José Antonio Martín Martín conoce de sobra esta máxima e intenta inculcarla a sus alumnos en el centro ecuestre que regenta en el municipio de Abla, 'El Serbal', recientemente ascendido a la categoría de Club Deportivo.

Ganadero de profesión y agricultor en ciernes, Martín creó esta empresa en 2002 y ahora acomete una ampliación ambiciosa que, sin duda, supondrá un revulsivo para el turismo de la zona. El proyecto incluye una zona de equitación y otra destinada a la estacia de los équidos constituida por una treintena de establos o boxes en alquiler, almacén para guardar los utensilios necesarios (cabezadas, enganches, sillas de montar, accesorios, hebillas, mantas...), vestuarios para los jinetes y una sala dedicada exclusivamente a la proyección de audiovisuales relacionados con este sector.

La iniciativa supone una importante inversión económica que asciende a más de 660.000 euros y que cuenta con el aval del Grupo de Desarrollo Rural (GDR) Alpujarra-Sierra Nevada a través de la concesión de una subvención de 232.000 euros.

El consejo territorial del GDR aprobó hace apenas una semana esta ayuda. Su presidente y alcalde del municipio abulense, Antonio Ortiz Oliva, destaca el valor añadido que supone el proyecto, ya que además de generar empleo (en principio se crearán dos nuevos puestos de trabajo ampliables posteriormente según la demanda), servirá para atraer una mayor afluencia turística que redundará en beneficio de otros comercios de la zona.

La ejecución de las obras empezará, si todo sigue según lo previsto, "a principios del próximo año" y se dilatarán durante alrededor de 12 meses. El propio promotor afirma que se trata de una "obra importante" que no verá la luz hasta 2013.

Actualmente la empresa ofrece servicios de alquiler de caballos, clases de equitación de diferentes niveles y rutas guiadas que van desde una hora a cuatro días de duración. Para los más 'arriesgados' Martín advierte "solo los jinetes expertos son capaces de soportar tanto tiempo a lomos del animal, hay que tener una buena preparación previa".

La idea de ampliar sus instalaciones y servicios surgió a raíz de los comentarios que Martín ha escuchado a lo largo de los años en sus charlas con otros compañeros del sector y aficionados a la equitación. "En este arte, en el mundo ecuestre, conoces a mucha gente y todos se quejan de que en Almería y en la zona del Poniente no pueden salir con el caballo". El principal problema es el intenso tráfico rodado, aunque hay otros inconvenientes como la falta de zonas verdes, algo que no sucede en Abla y alrededores.

Ortiz Oliva señala los principales alicientes que pueden encontrar los turistas ecuestres en la zona: "aquí hay grandes espacios abiertos, senderos variados, vistas naturales fabulosas... si subes a algunos de los picos se puede ver desde Guadix hasta Cabo de Gata".

Para aquellos jinetes que elijan la opción de alquiler de boxes y acudan los fines de semana a montar a caballo existe un servicio de asesoramiento para encontrar alojamiento de manera fácil y cómoda. "Estamos estableciendo convenios para ello", explica el propietario del club.

Desde hace dos años los aficionados al mundo del caballo tienen la oportunidad de disfrutar del Raid Ecuestre Abla-Sierra Nevada en el que los participantes ponen al límite su resistencia a lomos de sus caballos en pruebas de 19 y 38 kilómetros de recorrido. En la última edición participaron 17 concursantes y hubo una afluencia cercana al centenar de personas.

Los organizadores, el Centro Ecuestre el Serbal, en colaboración con la Federación Andaluza de Hípica, el Ayuntamiento de Abla y Diputación de Almería se afanan ya en los preparativos de la próxima jornada, fechada para el próximo 3 de junio.

A este evento se suma otro muy tradicional en la zona, la festividad de San Isidro, fecha en la que los habitantes y forasteros aprovechan para salir a pasear con caballos, mulas y burros.