El edificio de Las Mariposas remonta el vuelo un siglo después de su construcción

Si la intención, repetida por los responsables de la entidad financiera almeriense Cajamar, era devolver la "dignidad" al edificio de Las Mariposas, después de la primera visita a pocos días de su inauguración oficial hay pocas dudas de que lo han conseguido plenamente. La que será su sede emblemática ha recuperado el esplendor que tenía hace justamente un siglo, cuando fue terminada en pleno corazón de la capital almeriense.

Habrá que esperar poco, al próximo lunes, para que un programa de radio que espera contar con la presencia del presidente de la Junta de Andalucía para hablar desde el Centro de Cultura de Cajamar, instalado en los sótanos del edificio (la única parte no original del mismo que se ha creado durante las obras de rehabilitación) para que Las Mariposas se convierta en uno de los objetivos de sus promotores, un lugar sobre el que gire "la vida social y económica de Almería".

De momento, ya han comenzado los trabajos de algunas de las dependencias, de la entidad financiera, en concreto la Dirección de Sucursales, la División de Negocio Agroalimentario y la Fundación incluido el despacho de su presidente y fundador de la entidad, Juan del Águila, uno de los principales impulsores de la operación. La primera planta es la denominada 'institucional'; la siguiente es para la División de Sucursales y de negocio Agroalimentario; las dos últimas, con acceso directo a la torre con las 13 mariposas que le otorgan su nombre, serán para la Fundación.

Hoy mismo, los clientes de la entidad financiera ya podrán realizar sus operaciones habituales en las oficinas situadas a nivel de la calle. Habrá que esperar hasta el próximo jueves para que se viva el que iba a ser el primer acto oficial en el inmueble, la asamblea general de socios de la entidad financiera.

El inmaculado mármol de Macael se mezcla con las baldosas originales que se ven en cada una de sus plantas en las que aún se observan operarios rematando los detalles de una mudanza que se ha prolongado durante semanas mientras se mantenía la operatividad de todos los departamentos.

El cuidado de la restauración ha sido exquisito. Se han respetado de manera escrupulosa los requerimientos de la protección especial que pesa sobre el inmueble (fachada y volumetría) y todos los trabajos de rehabilitación han estado encaminados a recuperar el aspecto original del mismo. Una de las novedades más sorprendentes es el color de las mariposas (una de las cuales tiene un disparo que se ha respetado), de un rojo intenso que era el original tapado por gruesas capas de óxido y herrumbre, así como de una suciedad que afectó de una manera importante a la piedra original. Las catas que se han realizado en todos los elementos han llevado, por ejemplo a descubrir unas cenefas de unos seis centímetros de ancho de un color verde azulado sobre fondo blanco que también han sido rescatadas.

La restauración de Las Mariposas ha tenido también sus coincidencias históricas: en 1909 comenzaron las obras, un siglo después las de su restauración; en 1911 finalizó completamente su construcción y cien años más tarde, vuelve a revivir.