Edificios abandonados y a la venta en Almería: comprar 'esqueletos' olvidados tras la crisis

Inmobiliaria

Son los restos del 'boom' del ladrillo, cuando cientos de proyectos se olvidaron y no se llegaron a terminar

A la venta parte de un cortijo de 1880 en este pueblo de Almería

Edificio olvidado en la Calle Capileira, Huércal de Almería / D.A.

En la Calle Capileira del barrio de Las Zorreras, en Huércal de Almería, una valla separa lo que debería ser un edificio con diecisiete viviendas. Donde debería vislumbrarse una fachada solo hay un montón de cemento abandonado. La obra está parada a un 16% de su ejecución y, ahora, este terreno de 7.326 metros cuadrados ha salido a la venta.

“La inversión es ideal para quienes buscan un proyecto con un avance significativo y la posibilidad de personalizar el diseño y acabados para adaptarse a las necesidades del mercado actual”, promociona la oferta, que está siendo gestionada por una inmobiliaria. En este terreno, con imponentes vistas del resto de esta localidad del Bajo Andarax, nada ha cambiado en más de tres lustros. La obra lleva parada desde el inicio de la crisis económica y nadie se ha planteado retomarla una vez superados los peores momentos. Es un coloso olvidado, uno más de cuantos hay en la provincia.

334.000 euros deberá abonar el inversor que quiera hacerse con este territorio. La compraventa de edificios parados es un nuevo negocio que genera cantidades ingentes de dinero. Se traspasan terrenos que son parte de la historia, del creciente interés por edificar durante los años del ‘boom’ del ladrillo y que quedaron abandonados a su suerte cuando el estallido de la burbuja inmobiliaria dejó sin financiación estos macroproyectos.

Nadie se escapa

Pocos municipios parecen librarse de este boom por colocar a inversores las obras ‘víctimas’ de la crisis del 2008.Este rotativo ha encontrado ofertas en Almería, El Ejido, Vicar, Roquetas de Mar, Dalías, Pechina, Cantoria, Garrucha, Níjar, Cuevas del Almanzora o Huércal de Almería, entre otros municipios.

Ahora que la necesidad de vivienda es cada vez mayor, han aumentado este tipo de ofertas con solares vacíos o edificios sin acabar. El objetivo de estas ofertas está claro, inversores que tengan el dinero para hacerse cargo de lo que cuesta el terreno más rehabilitarlo y ponerlo en funcionamiento. “Esta propiedad representa una excelente oportunidad para inversores o promotores inmobiliarios que deseen retomar y finalizar un proyecto en una zona con alta demanda residencial”, cuenta el anuncio sobre el inmueble de la Calle Capileira publicado en el portal inmobiliario Idealista.

Las ofertas que se pueden consultar en las diferentes plataformas de Internet suelen recalcar la ubicación, siempre cerca de servicios esenciales para los vecinos, que tienen los inmuebles que murieron antes de nacer. “Ubicada en una zona de creciente desarrollo, esta obra parada permite aprovechar el potencial del mercado inmobiliario local”, recoge otra promoción en el barrio de Las Cabañuelas, en Vícar. Se construyó en 2008, en el límite entre los tiempos de bonanza y de sufrimiento, aunque una tercera parte de la edificación, que cuenta con trece viviendas y diecisiete plazas de aparcamiento, está aún por hacer. Su precio va en la misma línea que en Huércal de Almería, 378.000 euros.

Raro, pero no imposible, es encontrar uno de estos inmuebles que supere el millón de euros. En el número 92 de la Carretera Granada de la capital almeriense, junto a una estación de servicio, hay uno de ellos. Se construyó hace una década y tenía previsto ser un edificio comercial, pero nunca se llegó a acabar. Este viernes, en medio del puente festivo por el 1 de mayo, se actualizaba el anuncio. Cuesta 4.300.000 euros y sus tres plantas se asientan sobre un solar de 2.979 metros cuadrados en el que antes había naves.

Vivir o mercadear

Aunque la mayoría de ofertas que se encuentran son sobre edificios para viviendas, los hay también, los menos, para actividad comercial, como el de la Carretera Granada, 92.

A lo largo de la provincia, los esqueletos que radiografían una época de excesos en el ladrillo se amontonan buscando resucitar. Proyectos que sonaban bien sobre el papel pero que se quedaron estancados por la falta de dinero. Muchos han bajado su precio por si así ganan en atractivo. La pregunta es, ¿Por qué comprarlos? Entre los motivos que esgrimen quienes quieren venderlos, la posibilidad de construir al antojo del inversor sin la necesidad de empezar de cero. “Cómprelo, no se arrepentirá”, ruega una inmobiliaria. Como estas propiedades descuidadas por la calle, las ofertas proliferan por Internet sin que se encuentre solución. El recuerdo de años mejores se amontona sin solución en la provincia.

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