"Empecé como envasadora y ahora soy jefa de línea"
Entrevista a Natalia Gerasimova, jefa de línea de CASI
Oriunda de Rusia, Natalia Gerasimova, llegó a Almería hace 16 años, donde ha formado su propia familia en lo personal, y en lo profesional, trabajando en CASI
Natalia Gerasimova llegó desde Rusia a Almería hace 16 años. Aquí ha formado su propia familia tanto en lo personal como en su trabajo, que inició como envasadora en la Cooperativa Agrícola San Isidro (CASI). Hoy es jefa de línea de la primera cooperativa productora de tomate de España, que este año se encuentra conmemorando el 75 aniversario de su puesta en marcha.
Ella forma parte de ese 72% de personal femenino que compone el subsector del manipulado de frutas y hortalizas de Almería. En una entrevista publicada en ‘A en Verde’, la revista de Coexphal, pone rostro y sirve de ejemplo del colectivo de 20.000 trabajadores que compone el manipulado y envasado de frutas y hortalizas de Almería. Gerasimova ha formado familia en esta tierra. Su marido es almeriense y junto a él ha criado dos hijos, el mayor, de 15 años, y la menor, de 14.
Explica que vino a Almería a través de una amiga para conocer la Feria. Era 2002. “Me presentaron al que hoy es mi marido y aquí me quedé. Estoy casada, tengo mi trabajo, tengo mi casa... Tengo mi vida en Almería”.
En enero de 2006 empezó a trabajar en CASI como envasadora, en la campaña 2006-2007. “Como no sabía nada del tomate, solo lo había visto en la ensalada, me pusieron en la salida. Antes no había hombres que montaran las cajas. Este trabajo lo hacíamos solo mujeres. Estuve tres campañas montando cajas. Luego estuve etiquetando palets con pegatinas, llevaba una pistola láser y contaba las cajas en el palet, así poco a poco fui haciendo de todo”, dice.
En la actualidad, es jefa de línea de una máquina. “Mi trabajo consiste en organizar a las mujeres, organizar pedidos, al personal de salida, comprobar cómo va a salir el producto, la calidad del mismo y enseñar a las mujeres a trabajar para formar un gran equipo. Tengo a mi cargo 37 personas, 30 envasadoras y siete (entre chicos y chicas) que están supervisando la salida del producto”, afirma.
Cuando ella empezó en CASI, había muy pocos extranjeros, una compañera que también es rusa que está en otro turno trabajando, Olga; otra compañera que es de Rumanía, Dorina; una mujer marroquí y nada más, apunta. “Ahora estamos de todas las nacionalidades en el almacén. En mi equipo hay chicas rusas, marroquíes, rumanas y españolas que están envasando”.
Reconoce que tiene unas “amigas excelentes” gracias al trabajo, que siempre la han echado una mano. “Nunca he tenido ningún problema ni ningún conflicto. Al contrario, además de mi propia familia también he formado mi familia en el trabajo”.
“Vivir en almería es un lujo por el clima y cercanía al mar”
Para Natalia Gerasimova, vivir en Almería es vivir en un paraíso, “tanto por el clima como por el mar. Vengo de una ciudad que solo tiene un río, así que vivir al lado del mar es un lujo. La gente de Rusia tiene que pagar muchísimo dinero para poder ir de vacaciones al mar y yo lo tengo al lado. Me encanta el mar, me encanta hacer deporte y andar”, explica en la entrevista publicada en ‘A en Verde’, la revista corporativa de Coexphal.
Acerca de las noticias que se proyectan, principalmente, en medios de comunicación de ámbito nacional, que ponen el foco en las condiciones de los inmigrantes en la agricultura almeriense, Gerasimova señala que ella “no ha visto a ningún inmigrante trabajando en la CASI que no esté integrado o que lo traten diferentes al resto de los españoles, a ninguno. Y ¿quién se queja? No lo puedo decir porque no sé qué hay en otros almacenes. Yo estoy en una empresa donde jamás han distinguido entre un inmigrante o un español, todos somos iguales aquí. Pienso que cada uno tiene en la vida lo que se merece y a lo que aspira”, concluye.
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