Los envases de madera se preparan para cumplir con el 'tsunami normativo' de la Unión Europea
Sotenibilidad
La hiperregulación sacude al sector del packaging, con nuevas exigencias en sostenibilidad, reciclabilidad y trazabilidad digital.
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El sector del envase y embalaje en Europa se encuentra en el ojo del huracán regulatorio. La Comisión Europea avanza con paso firme en el desarrollo de un conjunto de normativas ambiciosas y complejas que transformarán profundamente la manera en que se diseñan, producen y gestionan los envases.
El objetivo es el de avanzar hacia una economía más circular, transparente y sostenible. Pero en el camino, la carga regulatoria amenaza con desbordar especialmente a los pequeños y medianos fabricantes.
Entre los materiales que buscan adaptarse a este nuevo escenario destaca el envase de madera, una alternativa natural, renovable y biodegradable que ha ido ganando terreno frente a plásticos y otros materiales no sostenibles. Sin embargo, ni siquiera un material con este perfil ecológico escapa al escrutinio europeo.
Un escenario regulatorio sin precedentes
La Comisión Europea está desplegando un auténtico "tsunami normativo" que impactará al packaging en varios frentes. Entre las principales iniciativas en marcha se encuentran: El nuevo Reglamento de Envases y Residuos de Envases (PPWR), que establece requisitos estrictos sobre el reciclado, el diseño para el reciclaje y la reutilización; el Reglamento sobre Deforestación (EUDR), que afectará directamente a todos los productos derivados de la madera, exigiendo pruebas de trazabilidad hasta el origen para garantizar el origen sostenible de la materia prima; y El Pasaporte Digital de Producto (DPP), una herramienta que deberá incorporar cada envase para ofrecer información detallada sobre su composición, reciclabilidad, huella ambiental y cadena de suministro.
Estas regulaciones no actúan de forma aislada. Cada una impone requisitos específicos y procedimientos de verificación, lo que está generando una carga administrativa y técnica creciente para las empresas.
El envase de madera, entre la oportunidad y el reto
Frente al endurecimiento de la legislación europea, el envase de madera parte con algunas ventajas comparativas. Su origen natural, su capacidad de biodegradación y su menor huella de carbono lo convierten en una opción alineada con los principios de sostenibilidad que promueve Bruselas.
No obstante, estas cualidades no eximen a los fabricantes de cumplir con las nuevas exigencias. Por ejemplo, el EUDR exigirá a las empresas que certifiquen que la madera utilizada proviene de fuentes legales y sostenibles, con información precisa sobre la parcela de origen, el proveedor y las prácticas forestales utilizadas. “Para muchas pequeñas empresas del sector, esta carga regulatoria supone un esfuerzo desproporcionado”, señala Emilio J. Pérez, Director General de FEDEMCO.
Además, la implementación del Pasaporte Digital de Producto obligará a etiquetar digitalmente cada envase, con un código accesible a consumidores y autoridades, que incluya información estructurada sobre materias primas, reciclabilidad, emisiones, etc. Esta digitalización exigirá inversiones en tecnología, software y formación que no todas las empresas están en condiciones de asumir rápidamente.
Una carrera contrarreloj
El calendario normativo avanza sin tregua. Algunos reglamentos ya han sido aprobados (como el EUDR, cuya aplicación comenzará en 2025 para grandes empresas), mientras que otros están en fase de negociación o pendiente de implementación técnica. Pero la dirección está clara: más control, más datos, más responsabilidad sobre el impacto ambiental del packaging.
En este contexto, las asociaciones sectoriales han comenzado a movilizarse. La industria del envase de madera —representada en Europa por entidades como GROW y FEFPEB o en España por FEDEMCO— trabaja para anticiparse a los cambios, desarrollar sistemas de trazabilidad adaptados y colaborar con certificadoras forestales para asegurar el cumplimiento del EUDR.
También se está avanzando en iniciativas de estandarización digital para facilitar el cumplimiento del futuro pasaporte de producto. “Queremos que nuestros envases estén preparados no solo para cumplir la ley, sino para destacar como solución sostenible dentro del mercado europeo”, apuntan desde el sector.
El riesgo de la hiperregulación
A pesar de las buenas intenciones, la acumulación de normativas ha generado críticas entre los fabricantes, especialmente los más pequeños. “Estamos viendo un fenómeno de hiperregulación que, aunque bienintencionado, puede volverse contraproducente”, explica Emilio J. Pérez.
La principal preocupación es que el exceso de exigencias —en ocasiones mal coordinadas entre sí— pueda llevar a la concentración del mercado en manos de grandes empresas capaces de asumir los costes regulatorios. Así, se corre el riesgo de desplazar del mercado a pymes que han apostado por soluciones naturales y locales.
Por ello, desde diversas organizaciones se reclama una implementación progresiva y proporcional, que tenga en cuenta las capacidades reales de las pymes y que armonice los diferentes requisitos para evitar duplicidades.
La transición hacia un packaging más sostenible es ineludible y necesaria. Europa está liderando este proceso con ambición, pero también con una complejidad normativa que exige prudencia y acompañamiento.
El envase de madera representa una alternativa coherente con los principios de circularidad y bajo impacto ambiental, pero necesita contar con marcos regulatorios viables que no castiguen a los actores más comprometidos. “El reto no es solo técnico o ambiental, sino también político: cómo diseñar regulaciones que impulsen la sostenibilidad sin asfixiar la diversidad y resiliencia del tejido empresarial europeo”, apunta Pérez.
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