La escombrera de cenizas de la térmica de Endesa, recuperada
Un proyecto de seguimiento de este entorno de la empresa revela la biodiversidad de esta zona
En el marco de su política de responsabilidad social corporativa y su preocupación por la sostenibilidad, Endesa ha llevado a cabo en su central térmica de Carboneras el denominado Proyecto SEBIECO, consistente en el seguimiento y evaluación mediante bioindicadores de la estructura y funcionamiento de los hábitats semiáridos ecorestaurados en la escombrera de cenizas.
La iniciativa, que se recoge en el 'II I n f o r m e d e l O b s e r v a t o r i o d e Gestión Empresarial de la Biodiversidad 2016' que se presentó la semana pasada en Madrid, es una de las numerosas buenas prácticas empresariales nacionales e internacionales en restauración de ecosistemas, investigación, sensibilización y conservación de especies de flora y fauna, que destaca el Club de Excelencia en Sostenibilidad. Esta entidad elabora este informe con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
El objetivo del proyecto SEBIECO ha sido evaluar con datos científicos si la evolución de los niveles de biodiversidad, la estructura de las comunidades, y funcionamiento ecológico de los componentes que integran el ecosistema que se quiere reproducir en la zona de intervención, es adecuada y alcanza las metas que se perseguían al realizar esta actuación de eco-restauración. Este objetivo forma parte de la política medioambiental de Endesa y está relacionado con la mitigación del impacto ambiental provocado por la producción y acumulación de residuos de combustión del carbón y con la conservación del entorno natural de sus instalaciones, favoreciendo el establecimiento de especies de flora y fauna y mantener un ecosistema sano y equilibrado.
De los resultados se extrae que los niveles de biodiversidad de la zona son extraordinariamente elevados, y la estructura de las comunidades es bastante más compleja de lo que cabría esperar de ecosistemas restaurados. Existe una gran similitud entre el entorno natural y el de la zona restaurada. Las cenizas vertidas en la escombrera sellada están actuando positivamente generando un efecto fertilizante sobre la vegetación establecida. Analizando un periodo de máximo estrés, la vegetación implantada ha reaccionado mejor en la zona restaurada que en la natural. La salinidad del suelo, más alta en la zona restaurada por la presencia de cenizas, ha sido un factor limitante pero no ha impedido el desarrollo de las especies autóctonas empleadas, que han puesto en juego sus adaptaciones a condiciones de alta salinidad.
Existen indicios de que algunas de las especies utilizadas en la restauración pueden ser buenas fitoremediadoras o fitoextractoras. Un primer ejemplo ya estudiado en esta restauración, es el de la crucífera Diplotaxis harra subespecie lagascana.
También te puede interesar
Lo último