La 'escuela' de Cajamar ya ha formado a casi 500 directivos de 64 empresas

Hace ahora cuatro años, en marzo de 2012, veía la luz la Escuela de Consejeros Cooperativos de Cajamar, una herramiento de trabajo con un objetivo estratégico muy importante a medio y largo plazo: la formación y reciclaje continuo de los altos directivos de las cooperativas agroalimentarias, principalmente, aquellas en cuyo territorio posee una mayor implantación la entidad almeriense, pues esta enseñanza es un pilar fundamental a la hora de la mejora en la toma de decisiones y en la planificación del tejido empresarial del sector de la agroalimentación, íntimamente ligado con las raíces y con el negocio de la caja.

La iniciativa veía la luz formalmente en el seno de la fundación de la caja rural almeriense, después de una década de experiencia acumulada a través de cursos dirigidos a consejos rectores de cooperativas agrícolas. Un proyecto con vocación nacional y de permanencia, que en sus primeros años de vida está obteniendo excelentes resultados, tal y como explican el director de Negocio Agroalimentario de Cajamar, Roberto García Torrente, y el director del Servicio de Estudios de Cajamar y coordinador de la escuela, David Uclés.

Con la Escuela de Consejeros Cooperativos, Cajamar pretende formalizar e intensificar la acción formativa y poner a disposición de la agricultura su experiencia cooperativa, así como su modelo de responsabilidad social, el Sistema Ético de Cajamar.

En estos cuatro años de vida de este proyecto, Cajamar ha formado a cerca de 500 consejeros, en concreto, 481, de un total de 64 empresas, lo que supone una media 7,5 consejeros por cada compañía y de 120 consejeros por cada año que ha estado en marcha la iniciativa.

García Torrente y Uclés apuntan que las explotaciones son cada vez más grandes, de ahí la necesidad y la importancia que tiene la gestión de los recursos humanos, los cambios que se han producido a la hora de tomar las decisiones, hay que ser más eficientes, optimizar la gestión de la tesorería, usar la tecnología adecuada en cada momento, tanto en la producción como en la comercialización, conocer lo antes posible las tendencias y los cambios que experimenta el consumidor para mejorar la planificación empresarial y los principios básicos de la amortización desde el punto de vista financiero, entre otros asuntos.

El objetivo radica ahora en cubrir todos los eslabones y dar el salto a la base, a los productores, pues son los que "tendrán que tirar del carro en el futuro a medio plazo" señala Roberto García Torrente.

En este sentido son muy interesantes las fórmulas que se están llevando a cabo ahora en algunos Consejos Rectores, que han comenzado a "introducir a los jóvenes en el consejo rector con voz, pero sin voto, para que se vayan formando y conociendo el funcionamiento interno de las cooperativas", comenta David Uclés.

En este sentido, la formación engarza con el pensamiento actual de los consejos rectores, pues antes se planificaba más a nivel individual y a corto plazo, mientras que "ahora se tiene más una visión de futuro y colectiva de la cooperativa y del sector agrícola en su conjunto", apunta el director de Negocio Agroalimentario de Cajamar.

Asturias, Aragón, Canarias, Cataluña, Andalucía, Murcia y la Comunidad Valenciana son las comunidades autónomas que han visitado los miembros de la Escuela de Consejeros Cooperativos a lo largo de los últimos meses, expandiendo cada vez más su radio de actuación.

Entre las últimas acciones formativas llevadas a cabo por la Escuela de Consejeros Cooperativos de Cajamar se encuentran las realizadas en Onubafruit, Coophuelva, Coplaca, Unica Group, Agrícola Villena, las cooperativas de Cheste, Carlet y Villar del Arzobispo, Unió de Reus, Cooperativa de Gijón o Arento.