Finanzas

La misión imposible de leer la etiqueta de una hortaliza o fruta tiene fecha de caducidad

  • El consumidor no tendrá dudas: el agro almeriense le pondrá en su mano toda la información de manera clara a través de una etiqueta inteligente que sumará otros aspectos como información nutricional del producto

  • Caparrós, Hispatec, Tecnova y PITA ponen en marcha el proyecto eTIC4FOOD que durará 2 años

Diego Clemente, director general del PITA, en la presentación del proyecto eTIC4FOOD sobre etiquetado inteligente

Diego Clemente, director general del PITA, en la presentación del proyecto eTIC4FOOD sobre etiquetado inteligente / Diario de Almería

Mabel Salinas (Caparrós), Carmen Villalobos (Tecnova), Diego Clemente (PITA) y Laura López y Ali Zidi de Hispatec Mabel Salinas (Caparrós), Carmen Villalobos (Tecnova), Diego Clemente (PITA) y Laura López y Ali Zidi de Hispatec

Mabel Salinas (Caparrós), Carmen Villalobos (Tecnova), Diego Clemente (PITA) y Laura López y Ali Zidi de Hispatec / Diario de Almería

El consumidor cada vez quiere saber más y el campo almeriense le brindará toda la información de manera fácil y accesible. Para esto ya se ha puesto manos a la obra el grupo operativo autonómico eTIC4FOOD, en el que participan Tecnova, Grupo Caparrós, Hispatec y el Parque Científico-Tecnológico de Almería (PITA) con el fin de desarrollar herramientas TIC para el etiquetado inteligente de la producción sostenible hortofrutícola. Como sintetiza el director del PITA, Diego Clemente, la iniciativa consiste en desarrollar una huella digital del producto hortofrutícola durante su recorrido por toda la cadena de valor, incidiendo en aspectos como la sostenibilidad, seguridad y calidad, integrada en una plataforma de información, a tiempo real y dinámica, entre el productor y consumidor. Así se diseñará una etiqueta inteligente, equipada con una tecnología NFC y códigos QR, que permitirá su lectura de forma sencilla en contraposición del etiquetado actual de código de barras y números que para el consumidor es un jeroglífico difícil de descifrar.

 

En el proyecto eTIC4FOOD, que fue aprobado en el pasado mes de julio y que tendrá una duración de 24 meses, se empezó a trabajar a finales de año, tal y como detalla Carmen Villalobos de Tecnova, quien expone que con la información incluida en la etiqueta el consumidor sabrá cómo y cuándo se ha cosechado el producto, sus distintas etapas en la cadena de valor, la empresa que lo comercializa y su responsabilidad social e incluso incorporará información sobre la calidad y aspectos nutricionales del mismo, así como se le sumará información sobre gastronomía y otras novedades.

 

Para desarrollar la iniciativa se trabajará con los productos Sandía Premium y tomate cherry Lobello de Caparrós. Esta primera fase del proyecto está centrada en el consumidor, recopilando información y estableciendo requerimientos tecnológicos. A continuación, se pasará a la fase experimental y al diseño del sistema.

 

Se pretende un sistema no muy costoso para las empresas, estable y fiable

Laura López, responsable de I+D+i de Hispatec, tras exponer el posible origen de las etiquetas, datado en el año 5 por unas jarras de vino encontradas por Howar Carter en la tumba de Tutankamón hacia 1922, y la importancia de la trazabilidad para generar confianza en el consumidor, muestra una encuesta del International Journal Food Systems Dymamics que concluía que el 63% de los encuestados daba mucha importancia al origen de los alimentos, el 49% a la salud en la cadena de valor y el 47% a la transparencia de la cadena, entre otros aspectos. Hoy en día, las etiquetas muestran información sobre el tipo, origen, categoría, número de lote, código de trazabilidad correspondiente al agricultor y el peso, pero se ofrece de forma muy codificada e ilegible para el consumidor. Como añade Ali Zidi, jefe técnico de I+D+i de Hispatec, actualmente todas las etiquetas cumplen con los requisitos legales, pero lo que pretende el proyecto es dar valor añadido tanto a empresa que lo ejecute como al consumidor, con un coste no muy alto para la compañía y que sea un sistema estable y fiable. Ali Zidi enseña, en la presentación que ha tenido lugar esta mañana, alternativas para el desarrollo tecnológico del proyecto a través de experiencias en que se ha trabajado, tanto descentralizadas, utilizando blockchain como cadena de seguridad, como centralizadas, algo que todavía deberá definirse en la iniciativa andaluza; lo que deja claro es que a más trazabilidad e información, más impacto en la decisión de compra por parte del consumidor que sabrá qué es lo que come.

 

Mabel Salinas, en representación de Grupo Caparrós, señala que la gestación de lo que hoy es eTIC4FOOD se dio en enero de 2018 siendo conscientes de que “es misión imposible leer una etiqueta”; cuatro años después, más con la irrupción de la pandemia, como recuerda Salinas, los hábitos de consumo han cambiado y el consumidor ha pasado de ser sujeto pasivo a activo, queriendo una información completa sobre el producto. “En este proyecto ponemos la empresa a disposición del sector, nuestros productos son solo un piloto para desarrollar una fórmula que llegue de manera fácil al consumidor. Cuando finalice el proyecto cualquier empresa lo podrá implantar”.

 

Salinas defiende que el sector hortofrutícola está en disposición de mostrar el trabajo que desempeña, “ese provincialismo nos lo hemos quitado desde hace tiempo”. Además, la representante de Caparrós insiste en que tener informado al consumidor contribuye a desmontar bulos, “somos sostenibles en las tres patas que implica la sostenibilidad -económica, social, medioambiental-“.

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