El gasoducto Argelia-Almería, una obra energética sostenible
El proyecto invertirá 900 millones de euros, de los que 70 los absorberá la provincia almeriense · Dará empleo a numerosas personas y suministrará gas natural a Europa, desde los yacimientos argelinos
El gasoducto que conectará África con Europa, procedente de Beni Saf (Argelia), y que atravesará Almería por la Playa de El Perdigal, está previsto que se ponga en marcha a mediados del año que viene.
Se trata de una infraestructura faraónica, que invertirá un total de 900 millones de euros, de los que un 8%, unos 70 millones, irán a parar a las arcas almerienses, ya sea en inversiones, así como mediante la generación de empleo directo e indirecto.
El impacto del tendido del tubo por el mar, uniendo el litoral argelino con el almeriense a través de 206 kilómetros es nulo, tal como han demostrado los estudios e informes técnicos en poder del consorcio que lo está realizando, Medgaz.
A pesar de ello, la sociedad constructora ha deseado cumplir escrupulosamente con uno de los requisitos autoimpuestos a la hora de llevar a cabo este proyecto: la plena integración en su entorno, sin causar perjuicio alguno a ningún ámbito. En este sentido, ha alcanzado un acuerdo con los pescadores de Almería, después de las quejas de estos por una posible afección de su actividad, por el que se les abonará un total de tres millones de euros.
Dentro de este compromiso de garantía y seguridad, acorde con la sostenibilidad del proyecto, no sólo social, sino también, medioambiental, Medgaz realiza unos procesos que garantizan el perfecto estado de los tubos que se ubican en el fondo del mar: los más cercanos a la costa, hasta 550 metros de profundidad, se entierran para protegerlos del tráfico marítimo, así como de otros factores de riesgo externos. Para ello, una máquina dragadora ha realizado la zanja en la que se ha enterrado la tubería, que, posteriormente, se ha rellenado con un manto de roca graduada.
Además, las tuberías que se colocan en la zona más profunda, a partir de los 550 metros, y con un máximo de 2.160 que contempla en proyecto, reciben un tratamiento previo antes de sumergirlos en el lecho marino.
Este tratamiento consiste en proteger cada tubo, de 48,8 metros de largo, del paso del tiempo bajo el mar, a través de un triple revestimiento formado por tres capas: una, de resinas epoxídicas, contra la corrosión; otra, de material adhesivo, para fijar el revestimiento; y una tercera, de polipropileno, para proteger al tubo de golpes y rozaduras.
Junto a estas medidas, la compañía comprueba que las soldaduras de los tubos entre sí, que se realizan mediante el sistema de arco eléctrico, están en perfectas condiciones, antes de dejarlos caer verticalmente desde el barco, el Saipem 7000, hasta el suelo marino. Para ello, utilizan técnicas no destructivas de ultrasonido que comprueban, en tiempo real, si se ha producido algún fallo en la soldadura, por pequeño que sea, y se evitan peligros, al no usar sistemas de radiación.
La seguridad laboral, otra de las máximas de Medgaz, sigue a rajatabla unas estrictas normas laborales, entre las que destacan el hecho de que esté prohibida la presencia de alcohol en la embarcación encargada de tender la tubería (Saipem 7000), así como en la que ha soldado los tubos entre sí, el Castoro Sei.
Una vez concluido el proyecto, la provincia se beneficiará de una energía limpia, segura y a un precio razonable, a la que ya están esperando sectores industriales como el mármol, entre otros.
La integración de Medgaz en Almería ha pasado por la construcción de oficinas y un centro de control en el Puerto de Almería, así como los acuerdos de colaboración con la Universidad.
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