La granja municipal de perdices de Bacares dobla su producción
El Ayuntamiento prevé una ampliación en noviembre La última camada de 300 polluelos salió de la incubadora el 30 de julio El coto ya ha sido repoblado con 400 crías nacidas en esta sierra
Aficionado a la caza desde muy joven, amante de los animales y de la naturaleza, y un gran conocedor de los hábitos y del carácter de la perdiz roja. Vicente Sánchez es el capataz de la granja municipal de perdices de Bacares. Es uno de los vecinos del municipio más capacitados para cuidar de esta especie tan demandada en los últimos años, tanto por los amantes de la cinegética (para la práctica de la perdiz con reclamo) como por los propios cotos de la comarca y establecimientos de restauración. Así lo ha pensado el Ayuntamiento y su equipo de gobierno, que lo han escogido para que sea él quien vele por estas aves, desde su nacimiento, en las instalaciones que llevan por nombre 'La Tetica' (en referencia al pico montañoso que corona el término municipal y que se encuentra a una altura de 2.088 metros de altitud).
Bacares está en auge en cuestiones de cinegética, por lo que las inversiones vinculadas a esta modalidad deportiva son cada vez más. El Ayuntamiento de la localidad ha sido el primero en aprovechar la coyuntura con la puesta en marcha de este complejo que ya ha cumplido cuatro años de funcionamiento. Desde 2012, las instalaciones han visto nacer a cientos de polluelos, también llamados perdigones, unos destinados al reclamo y otros a repoblar cotos, pero todos con el sello de calidad de esta sierra de Los Filabres tan fértil para la crianza de animales de caza.
Con paso firme, poco a poco la granja coge ritmo. Este año ha visto incrementada su producción y también sus ventas. Tales son las cifras que incluso ha sido el primer año que se han soltado perdices criadas en estas instalaciones para repoblar el coto de la Sociedad de Cazadores Tetica-Layón del mismo pueblo. Según explicó a Diario de Almería Vicente Sánchez, el capataz, han sido unos 5.000 los perdigones que han nacido de los huevos puestos por las 170 parejas que están íntegramente dedicadas a esta labor. La intención es ampliar hasta 400 el próximo año.
Tras 21 días de incubación, las crías rompen los huevos y salen del cascarón. Y todo después de un mañoso y delicado proceso de manipulación que va desde el traslado de los huevos de las gavias hasta la incubadora, el marcaje para saber su procedencia, y más tarde el vuelco a las cestas de nacimiento. Control de humedad, de temperatura en todas las instalaciones e incluso de coloración son algunas de las pautas a seguir para lograr sacar una camada con éxito. La supervisión de los animales es constante los 365 días del año, pues el cuidado de estos animales conlleva un estricto ritual incluso antes de que vean la luz.
La última camada que nació en la granja fue el 30 de julio, cuando 300 pollos salieron del huevo y hoy crecen en semilibertad a la espera de alcanzar el grado máximo de maduración para ser comercializadas. No obstante, como explicó el capataz, las parejas han estado poniendo huevos hasta el pasado día 5 de septiembre, algo inusual, ya que el período normal de puesta comienza en el mes de abril y concluye justo cuando los días empiezan a alargarse en verano.
Los polluelos viven en la sala climatizada hasta que se les marca el collar, una zona anillada en las plumas que cambia de coloración. Y empiezan a volar cuando tienen apenas 12 o 14 días. Su venta al público se realiza entre los 5 y los 12 meses de edad, tras haber alcanzado el nivel de maduración deseable. Cabe destacar que a lo largo de su vida en la granja las perdices pasan por cinco fases diferentes de crecimiento, el mismo número de diferentes tipos de pienso que consumen (iniciación, medicalizado, transición, crecimiento y mantenimiento).
El alcalde del municipio, José Segura, asegura que la intención es producir más de 10.000 aves al año, con el objetivo de poder repoblar el monte con la especie autóctona, la perdiz roja, que en los últimos años escasea en esta sierra debido al clima y a la sequía, cuestiones que han provocado una acusada despoblación. Las positivas cifras que ya ha dado la granja en sus años de funcionamiento han hecho que el Consistorio ya se haya planteado la idea de llevar a cabo una ampliación. Una obra que está ya próxima a iniciarse y que conllevará la ampliación de la plantilla de trabajadores.
Precisamente, la tradición a la caza de la perdiz roja en este municipio y la escasez de la especie fue el motivo por el que el Ayuntamiento decidió poner en marcha unas instalaciones semejantes. Un complejo que ya ha empezado a hacerse hueco en el mercado y al que acuden numerosos aficionados a la cinegética al cabo del año para hacerse con vistosos machos para la temporada del reclamo que empieza en el mes de febrero.
Si la incubadora ha estado estos meses atrás repleta de huevos, la previsión es que el próximo año la producción pueda multiplicarse. Y una vez a pleno rendimiento la granja, el Ayuntamiento quiere sacar una concesión a concurso para que sea una empresa quien la gestione.
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