Los invernaderos de Almería luchan contra los efectos del cambio climático

Las cerca de 30.000 hectáreas de cultivo bajo plástico son un sumidero de CO2 y provocan un 'efecto albedo' que reduce la temperatura y el calentamiento global al reflejar los rayos del sol

Las 30.000 hectáreas invernadas que posee Almería son un arma fundamental contra el calentamiento global de la Tierra.
Elio Sancho

13 de diciembre 2015 - 01:00

Con los ecos de la reciente Cumbre del Clima aún en los oídos y la multitud de mensajes y discursos que se han lanzado a los cuatro vientos durante los últimos días en París aún flotando en el aire, Almería saca pecho, una vez más, gracias a su modelo de producción agrícola, pues sus características le confieren un status privilegiado por su respeto al medio ambiente, lo que contribuye a luchar en primera línea y con argumentos de peso contra el cambio climático.

En este sentido, el investigador almeriense Emilio Galdeano, miembro del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Almería, insiste en que hay cosas "que llegan a saturar" como que Almería y, especialmente, "su agricultura bajo invernadero sean siempre el ojo de críticas de todos los males que azotan el mundo actual", como ha ocurrido estos días en la Cumbre del Cambio Climático. "Ya vale que nos ignoren en el plano político, que aunque la los medios de comunicación exalten que el inicio de la campaña electoral tuvo lugar en esta provincia, lo cierto es que los políticos empiezan en aquellos feudos que menos les importa y dejan para la parte final aquéllos que más peso consideran que tienen para sus propósitos. Pero, que siempre recurran a Almería y su agricultura para limpiar sus conciencias e ignorancia haciendo crítica del mal de la sociedad, ya da mucho que pensar", insiste.

Galdeano incide en que el modelo agrícola de Almería "resulta que puede ser un ejemplo donde mirar y encontrar alternativas a los problemas medioambientales, como viene siendo considerado por promotores de desarrollo agroalimentario en muchos países y por distintos comités científicos de foros de sostenibilidad internacional, ahora también resulta que somos la 'cabeza de turco' del cambio climático. Visto así, posiblemente en un futuro nos considerarán como los principales causantes de la próxima glaciación o la próxima extinción masiva de vida en la Tierra", considera con ironía.

Para Emilio Galdeano, "no basta que se trabaje duro, que se intenten aprovechar los recursos lo más eficientemente posible generando al mismo tiempo muchas externalidades medioambientales positivas (entre ellas paliando los efectos del calentamiento global), que se generen procesos de integración y desarrollo socio-económico como en pocos lugares del mundo, mientras que paralelamente nuestras Administraciones ignoran por completo, entre otras muchas, las políticas de infraestructuras hidráulicas y de comunicación".

En estos días de cumbre parisina ya nadie se acuerda de que. en 2010, el Departamento de Energía de Barack Obama puso el punto de mira en el impacto de los invernaderos sobre el clima y anunció su intención de proponer al G20 blanquear los edificios de las grandes ciudades para reducir las emisiones de dióxido de carbono. Todo ello gracias al denominado 'efecto albedo', una idea que surge tras considerar el efecto contrario al calentamiento atmosférico ocasionado por los hielos polares al reflejar gran parte de la radiación solar que reciben, hipótesis que se extrapola a las cerca de 30.000 hectáreas de invernadero existentes en Almería. Esta idea se plasmó en un trabajo de investigación dirigido durante el año 2007 por el profesor de la Escuela Politécnica Superior Pablo Campra Madrid y que fue publicado el 23 de septiembre de 2008 en la prestigiosa revista Journal of Geophysical Research, editada por la American Geophysical Union, bajo el título 'Tendencia al enfriamiento superficial y forzamiento radiativo negativo debido al cambio de uso del suelo hacia la agricultura de invernadero en el sureste de España'. A ello se une el efecto de sumidero de CO2 que suponen estas 30.000 hectáreas invernadas.

Por todo ello, Emilio Galdeano concluye que si Almería vuelve a ser la provincia árida de décadas pasadas, "muchos la utilizarán como ejemplo de desastre ecológico del mal hacer del hombre de nuestro tiempo, cuando ellos, lógicamente, dirán que pusieron todos los medios para remediarlo. Por tanto, parece que hagamos lo que hagamos siempre vamos a estar en el punto de mira de aquéllos a los que hemos ofendido o les hemos quitado la novia", puntualiza irónicamente. "Ahora bien, si se trata de un simple problema de ignorancia tendremos que seguir intentando contrarrestarla, porque tampoco sabemos con exactitud a quién hemos podido ofender", apostilla.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último