La piedra natural de Tino se convierte en arte gracias a la obra de James Turrell
El artista emplea piedra travertino rojo antico y grafito para los 400 metros cuadrados que ocupa 'Second wind'
El artista californiano James Turrell se ha servido de la piedra natural Tino Stone Group para alumbrar su recién estrenada obra 'Second wind', que desde hace unas semanas forma parte de la colección permanente de la Fundación Montenmedio de Arte Contemporáneo en Vejer de la Frontera, Cádiz.
En conjunto, la obra se compone de 400 metros cuadrados de piedra travertino rojo antico, y grafito en dos texturas: metal y arenado domus, basalto apomazado. La obra se consiste en una pirámide vacía, hecha con piedra excavada en el interior de una colina natural a la que se llega a través de un túnel. Dentro, rodeada por una pequeña piscina, hay una estupa, construcción budista para contener reliquias, recubierta de basalto Tino con una abertura en el techo que permite contemplar el cielo, el alma de la pieza.
Ahí reside la importancia histórica de la obra de Turrell: en su habilidad para profundizar en la manera en que se vive la luz, y en su capacidad para que el espectador se contemple a sí mismo contemplando la obra. Más que adoctrinarle con lo que él ha descubierto, James Turrell quiere situar al espectador en el centro de su obra para que con su participación la complete. Así, este arquitecto de la luz ofrece un viaje visual por los distintos estados lumínicos; un espectáculo que cobra su mayor valor al atardecer, el momento ideal para disfrutar 'Second wind 2005'.
James Turrell se describe a sí mismo como escultor de la luz, con obras en las que busca deliberadamente implicar al espectador en la terminación. El resultado es subjetivo, en función de la experiencia individual que pueda sentir cada visitante. La obra más importante de Turrell es el proyecto del Roden Crater, en Arizona, el volcán extinguido dentro de la finca en la que vive y que está transformando en laboratorio.
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