De neófito a experto en autoadhesivos

El personaje

Luis Luque es gerente de Etiquetas del Poniente y uno de los cuatro socios fundadores.
Luis Luque es gerente de Etiquetas del Poniente y uno de los cuatro socios fundadores.

18 de septiembre 2010 - 01:00

Por aquel entonces "no conocía nada de este mundo", pero se zambulló en él arrastrando a parte de su familia y a día de hoy puede afirmar que "ha merecido la pena".

Ahora no hay etiqueta autoadhesiva, cartoncillo térmico o preimpresión que se le resista. Cuenta con algunos de los mejores proveedores de materias primas del segmento y diseña, fabrica y vende sus etiquetas para las principales empresas agrícolas, agroalimentarias, grandes superficies y bodegas vitivinícolas andaluzas, así como otras de la Región de Murcia, y de la Comunidad Valenciana.

El secreto de su éxito radica en un viejo lema que nunca falla: "hay que renovarse o morir". Desde que la empresa echó a andar, allá por el año 1998, ha apostado por la innovación y la modernización constante de la maquinaria de impresión, tanto es así que hace apenas dos años tuvieron que trasladar sus instalaciones por falta de espacio al Polígono Industrial La Redonda, en Santa María del Águila, para albergar la gran cantidad de material y maquinaria que posee.

Su última adquisión ha costado la nada desdeñable cifra de un millón de euros, y supone el paso a la era digital, en la que "no hacen falta clichés, y se hacen tiradas pequeñas a una calidad muy alta". Eso sí, no deja de lado otro tipo de tecnologías para tiradas más grandes que se ajustan a las diferentes exigencias de la clientela.

La apuesta por la tecnología ha sido, sin duda, el diferencial que ha permitido que la empresa no haya seguido el sendero de otras.

"En este sector han caído muchas o están teniendo serios problemas porque no han invertido" y se han quedado obsoletas, explica el gerente de Etipon.

Contra la crisis, Etipon ofrece una "excelente relación calidad-precio" y servicio a pie de campo de sus productos.

Acostumbrado a capear cualquier situación, Luque asegura que el principal problema al que se enfrenta "no es vender, sino cobrar", ya que los impagos están a la orden del día. Sin embargo, la maquinaria de su empresa puede seguir rodando, y la 'culpa' de ello la tiene la agricultura, que por sí sola representa el 90% de su clientela.

Una vez consolidada, la firma ejidense se marca como objetivos principales el "mantenerse" al pie del cañón y "seguir invirtiendo en la medida de lo posible" para minimizar cada vez más los tiempos de producción. Y es que cada minuto cuenta, y supone una media de 150 metros de producto a ocho colores, nada que ver con los 30 metros que se producían con la maquinaria de hace una década, "y a seis tonos".

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